Casados Por Accidente [Pablo Alboran] [TERMINADA]

111- Saber Que Todo Esta Bien

No hay cansancio que me gane en este instante. Estoy recibiendo un curso acelerado de como ser padre de una niña de cinco años, y debo de admitir que me encanta. No es lo mismo que cuando estoy con mis sobrinas; esto va mas haya. No solo estoy aprendiendo de manera acelerada a como ser padre, sino que también debo conocerla a ella con todo lo que es y con la educación que ha recibido hasta ahora. Jamás me había imaginado adoptando una niña, pero mi la mujer con la que me he casado ha cambiado muchas cosas en mí, y esta faceta de querer darle una vida mejor a una criatura; es una de ellas.

-Esta es mi muñeca favorita. - Me dice con entusiasmo mientras que camina rápidamente hacia mi luego de haberla sacado de la maleta.

-¿Y como se llama?- Pregunto tomando a la barbie entre mis manos.

-Samantha.- Dice mientras se sienta a mi lado.

-¿La peinas todos los días?- Se me ocurre preguntar y mi esposa se ríe de mi mientras sigue ordenando el cuarto de Allegra.

-Todoooos los días. - Responde exagerando en esa palabra y solo puedo sonreír a causa de lo tierno que se ha escuchado.

-Sabes, tu prima más pequeña; Elisa, también tiene su muñeca favorita.- Le comento y me mira sonriente.

-¡¿Y como se llama?!- Pregunta con entusiasmo.

-Mmmm... creo que Natalie, pero no estoy seguro.- Digo y me ha dejado pensando en la muñeca de Elisa. -De todas maneras, mañana cuando le conozcas puedes preguntarle.- Le propongo.

-Mi niña, ya tu cama esta lista.- Le deja saber ella y sin mucho preámbulo me pide a Samantha.

Va hacia la cama y mi esposa la acomoda entre las sabanas ya que ya se ha cepillado los dientes y se ha cambiado. -Buenas noche cariño, que descanses y si necesitas algo ya te hemos dicho cual es nuestro cuarto ¿de acuerdo?- Le dice dulcemente y luego le da un beso en la frente.

-Si mami. Buenas noches papi.- Me dice sonriente y sin poder contener la emoción dejo un beso en su frente antes de salir del cuarto y apagar la luz.

Me apoyo sobre la pared del pasillo de camino a nuestra habitación y mi esposa se me queda mirando confundida. -¿Qué sucede rubio?- Pregunta acercándose a mi.

-Es muy fuerte...- Digo emocionado.

-¿Qué cosa?- 

-Que me llame papí...-Termino de decir y se echa a reír.

Lleva sus brazos alrededor de mi cuello y acerca su rostro al mio -No sabes cuantas mujeres te llaman papí, papasito, papazote, y todos sus derivados... y no precisamente por un sentimiento paternal.-  Me dice en un susurro y luego se echa a reir contagiándome.

-Amor... que ocurrencia...- Digo entre risas.

-Solo la verdad guapo...- Afirma y me toma de las manos -Ahora, si me permites... necesito mucho pero mucho que mi esposo me bese como sabe hacerlo. - Dice de manera sugerente y sin que ella se lo espere la abrazo desde atrás y comenzamos a caminar el pasillo nuevamente hacia nuestra habitación.

-Han sido los meses mas difíciles de mi vida lejos de ti.- Le digo al oído.

-Los míos también... además, las hormonas no me ayudan en nada.- Se queja mientras abrimos la puerta de nuestra habitación.

-¿Has sufrido sin mi?- Pregunto mientras cierro la puerta con llave una vez que estamos dentro.

-Como no te das una idea.- Dice y la acorralo entre la pared y mi cuerpo.

-Yo también he sufrido sin ti... me has hecho tanta falta... necesitaba tus besos... - Digo y la beso -Necesitaba tus ojos grises encontrándose con los míos de esta manera.- Continuo y la miro fijamente. -Necesitaba la manera que tus manos me tocan...- Digo absorbiendo la sensación de sus dedos en mi rostro -Necesitaba recorrer tu silueta y memorizarte...- Años mientras que mis manos viajan de sus hombros a sus pechos, y de sus pechos a su vientre hasta el final de su camiseta y comienzo a levantarla.

-Te amo...- Dice entrecortado y ella también comienza a desvestirme.

En medio de besos y caricias indecentes... aunque muy sensuales, nuestras prendas comienzan a caer de manera desordenada por el suelo de nuestra habitación y asi es como caminamos hacia nuestra cama. Lentamente hago que caiga sobre el colchón para luego posicionarme sobre ella cuidadosamente y darme a la tarea de recorrerla completa admirando los cambios de su cuerpo. Necesitaba estar así con mi esposa para saber que nada había cambiado entre nosotros.

Es mi cuerpo fundiéndose con el suyo donde encuentro la paz absoluta y el equilibrio necesario para seguir adelante con todo. -No seas tan delicado rubio... no le harás daño a los bebes.- Me dice aferrada a mi espalda y como siempre ha leído mi mente.

-Que exigente señora Moreno...- Digo mirándola fijamente y sabiendo que esta todo bien hago lo que me pide y aumento la intensidad de mis envestidas para amarla como tanto deseo hacerlo.

-Como te amo.- Exclama en medio de una tempestad de pasión que se desata entre nosotros.

-Yo te amo mas.- Logro decir agitado cuando nos desplomamos y solo podemos mirarnos de manera cómplice por lo que acaba de suceder aquí.

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