31- La Primera Noche

4.7K 338 27
                                    

Abro la puerta de nuestra habitación y puedo notar como toda ella es una clara representación de una persona que está nerviosa y hasta con miedo. Dejo que ella entre primero a la habitación y luego entro yo. La observo detenidamente mientras se para enfrente del gran ventanal con vista a la playa y después de pensarlo por unos segundos camino lentamente hacia ella. Me paro detrás de ella y le planto un suave beso en el cuello.

-No me tengas miedo. Le susurro y la abrazo desde atrás colocando mis manos sobre su abdomen.

-No te tengo miedo... estoy nerviosa. Me confiesa inclinando su rostro para darme mayo acceso a su cuello.

-Rubia, no tenemos que intentarlo si no quieres.

Realmente no quiero que ella se obligue a nada. No quiero hacerle daño.

Sin darme tiempo a nada, ella se voltea haciendo que sus ojos se fijen en los míos.      –Pablo, quiero intentarlo porque de verdad que muero de ganas de estar contigo. Me confiesa y sus brazos se posicionan sobre mis hombros.

-¿De verdad quieres estar conmigo? Pregunto sorprendido.

-¿No te has dado cuenta? Pregunta con una media sonrisa que me quita el aire.

-¿De qué rubia?

-A veces creo que estas muy ciego, o te haces el ciego... Dice sonriente.

-Quizás tu me has dejado ciego con esos ojos. Respondo sonriente.

-Vaya, y cursi también... Dice riéndose.

-Un poco, pero ¿de que no me he dado cuenta?

-De que me he enamorado de ti... de que no sé como paso, pero quiero ser tuya... Me confiesa y me deja sin palabras.

-Yo también me he enamorado de ti. Le admito y solo puedo acortar toda la distancia y besarla.

Sus labios con los míos son una mezcla perfecta. Poco a poco ella va dejando que mi lengua invada su boca y se entrelace con la suya en un juego que va haciendo que la temperatura en esta habitación incremente de una manera drástica. Mis manos dejan su rostro para ir bajando por su cuello, sus hombros, hasta llegar a su espalda. Las suyas, van subiendo por mi espalda por encima de la chaqueta del esmoquin hasta llegar a mis hombros y se cuela por debajo de la chaqueta para ir quitándola lentamente. Lentamente comienzo a recorrer su figura por encima de la tela del infartante vestido que lleva puesto y puedo escuchar como su respiración se ha agitado y no se si es por miedo.

-¿Continuo? Pregunto dejando sus labios por tan solo unos segundos.

-Si. Dice muy segura y después de haber dejado caer la chaqueta, sus manos quitan el moño.

-Eres bellísima. Le susurro besando su cuello mientras que voy buscando la cremallera del vestido.

-Y tu tan guapo... Dice sonriéndome y vuelve a besarme haciendo que nuestras lenguas se re-encuentren.

Puedo sentir sus dedos desabrochando mi camisa después de haber quitado el moño, y yo al fin he encontrado la cremallera. La voy bajando lentamente mientras que sin dejar de besarnos nos vamos acercando a la cama.

-Te quiero. Le susurro mientras que voy quitando su vestido de manera muy lenta.

-Yo también te quiero Pablo... Dice entrecortado.

Mi camisa cae al suelo después de haber sido removida por ella y su vestido finalmente termina en el mismo sitio sorprendiéndome al verla tan solo en lencería del mismo tono de rojo que su vestido. Se ve tan sensual...

-Ufff... Es lo único que logro decir al verla así.

-¿Te gusta? Pregunta dando un paso hacia atrás.

-Me encanta... Pero, ven aquí. Digo dando un paso hacia ella y colocando mis manos sobre su cintura. De esta manera lentamente vamos cayendo sobre la cama.

-Quítate los zapatos. Me pide al oído mientras besa mi cuello haciéndome perder la razón.

-Tus deseos son órdenes.

Vuelvo a besar su boca mientras que ayudando un pie con el otro hago que los zapatos caigan al suelo. Después de haber recorrido cada rincón de su boca, mis labios van bajando por su cuerpo recorriendo sus hombros, el valle de sus pechos, y con mis manos voy acariciando cada una de sus curvas por encima de la lencería con cuidado obteniendo su aceptación.

-Rubio, no te detengas. Me pide arqueando su espalda en respuesta de mis manos y mis labios.

-Lo que tú me pidas...

Sigo con mi tarea y una vez que he llegado a sus tobillos vuelvo a hacer el mismo recorrido hasta llegar nuevamente a su boca. Nos volvemos a besar y esta vez son sus manos quienes buscan mi cinturón y se comienzan a deshacer de él.

-Me encantas...

-Rubia tu a mi me fascinas... Digo y mis manos viajan a su espalda para desabrochar su sujetador, mientras que las suyas desabrochan mi pantalón.

Lentamente voy quitando ese sexy sujetador rojo hasta dejar su cuerpo semi-desnudo ante mis ojos haciéndome perder la razón.

-Ayúdame... Dice interrumpiendo mi incoherencia refiriéndose a mi pantalón.

Lentamente ayudo sus manos con las mías para quitar mi pantalón, mi bóxer y mis medias a la vez, y vuelvo a posicionar mi cuerpo sobre el de ella.

-¿Continuo? Vuelvo a preguntarle con mis manos en la cintura de su braga de encaje.

-Continua. Me dice y bajo su atenta mirada voy bajando lentamente su braga para dejarla completamente desnuda ante mí.

Recorro su perfecto cuerpo con mis ojos y luego mis labios vuelven a los suyos. Estoy perdido en su boca, en su piel con mi piel, pero necesito saberlo... quiero que entre nosotros todo sea perfecto... -Rubia, ¿Tu te cuidas o prefieres que...? Pregunto dejando la frase en el aire.

-Yo me cuido. Me dice con sus manos aferradas a mi espalda. –Rubio, quiero sentirte. Me dice haciendo que el poco control que quedaba en mi se esfume.

-No tienes idea de todo lo que me pasa contigo. Le digo con un hilo de voz y sin apartar mi mirada de la suya, aparto sus piernas con mis rodillas y entro en ella.

-Pablooo... Dice incoherentemente mientras la hago mía.

Lentamente comienzo a moverme en ella hasta que son sus caderas las que uniéndose con las mías exigen que me mueva más rápido.

-No te vas a arrepentir de esto. Digo entrecortado mientras nos seguimos moviendo.

-Lo sé...Dice y se sujeta más fuerte de mi.

Cada movimiento es más profundo, con mas sentimiento, y así nuestros cuerpos responden a este placer que tengo la sospecha que estábamos esperando sentir desde el primer día en el que nos conocimos.

-Rubia... Digo casi sin aliento antes de salir de ella.

-¿Qué? Pregunta con sus dedos enredados en mi cabello.

-Te amo. Le confieso con toda esta mezcla de sentimientos que tengo.

Sus ojos se abren de par en par ante mis palabras y solo puedo volver a besarla para sellar lo que he dicho con mis acciones.

Casados Por Accidente [Pablo Alboran] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora