Casados Por Accidente [Pablo Alboran] [TERMINADA]

68- Sorpresa...

¡Qué noche de mierda! Me digo a mi mismo mientras voy dando vueltas por el colchón para tomar mi móvil que está en la mesita de noche al otro lado de la cama. No he dormido en casi toda la noche esperando que se comunique. Miro la pantalla y nada. No ha dado señales de vida, y de verdad que me estoy preocupando demasiado. ¿Y si de verdad le ha pasado algo? Me pregunto.

Me levanto de la cama, me coloco el pantalón corto que deje tirado sobre el sofá anoche, uso el baño, y bajo a la sala para desayunar e intentar nuevamente comunicarme con ella. Estoy llegando a la cocina cuando escucho mi última canción "No Vaya a Ser" sonando. El ruido proviene del jardín y sin pensarlo dos veces salgo al jardín para ver qué ocurre; Terral sigue mis pasos hasta el jardín y para mi sorpresa hay una mesa preparada a un lado de la piscina con un gran desayuno. Estoy por voltearme para ver donde están todos, pero un par de manos; claramente femeninas cubren mis ojos.

-¿Creíste que nuestra discusión se quedaría así?- Escucho su voz decirme al oído y sonrió como un idiota.

Ella quita sus manos de mis ojos y al darme la vuelta, la encuentro vestida en traje de baño color negro y con su cabello completamente suelto. -¡¿Tu?! ¡¿Pero qué haces aquí?! ¡¿Cómo?! ¿Cuándo?- Pregunto entre risas y la abrazo pegando su cuerpo al mío.

-Llegue anoche. Me tome el primer vuelo después de nuestra discusión. No podía dejar que mi marido estuviese enfadado conmigo.- Me dice con un tono de voz muy sensual.

-¿Mi familia sabia?- Pregunto confundido mirando a mi alrededor y me doy cuenta que no hay nadie.

Me sonríe pícaramente –Digamos que mi cuñada me ayudo con la sorpresa. Hemos hecho un intercambio de casa. Ellos están en la casa que vivíamos nosotros aquí, y bueno... como la marmota de mi marido estaba en su habitación de soltero; me he tenido que venir aquí a darte la sorpresa.... Pero, no te preocupes, quedamos de almorzar todos allá.- Me explica.

-¿Ósea que has hecho que nos dejaran la casa para nosotros solos?- Le pregunto con una media sonrisa mientras rodeo su cintura con mis brazos.

-Asi es.- Dice segura y luego se deshace de mi agarre. -¿Desayunamos?- Me pregunta como si nada y rio ante su accionar.

Otra vez jugando conmigo... Se sienta en la mesa, y como si nada comienza a beber zumo de naranja mientras prueba las tortitas.

-¿Cómo has hecho para poder venir antes?- Pregunto mientras me siento enfrente de ella.

-Envié un comunicado a los accionistas diciendo que debía viajar con carácter de urgencia a España para resolver un asunto urgente. – Dice como la empresaria, y no mi esposa. –Haremos la junta de manera virtual.- Me termina de decir y rio.

-¿Ósea que no te regresas?- Pregunto con entusiasmo.

-Por ahora no. Tengo una boda que planear y un hijo que buscar contigo.- Me dice entre risas cómplices que hacen que me ría de su comentario.

-Claro, solo por eso estas aquí...- Comento haciéndome el ofendido.

-Exactamente, digamos que necesito un par de cosillas de ti.- Me dice siguiendo la broma y ambos reímos.

-¡Aprovechada!- Exclamo y me hago el enfadado cruzándome de brazos.

-¿Nuevamente enojado?- Me pregunta entrecerrando sus ojos.

-Si.- Digo firmemente e intento no reírme de la situación.

-Mmmm... veamos como soluciono esto.- Comenta y se pone de pie.

Ella camina lentamente hacia mí y sorpresivamente mueve la silla conmigo aun en ella para que quedemos frente a frente.

-¿Qué haces?- Le pregunto al notar que baila al ritmo de la canción que por alguna razón está en modo repetitivo.

-Bailar.- Dice haciéndose la inocente.

-Me doy cuenta...-

De a poco ella va acercándose y alejándose de mí, hasta que de repente me sorprende desamarrándose la parte de arriba del bikini. –Esta vez no jugare contigo...- Comenta y camina hacia mi mientras lanza la parte de arriba al suelo y se acomoda sobre mí.

-¿Jugaremos juntos?- Pregunto mientras la tomo de la cintura.

-Si tú quieres.- Dice pícaramente.

-Quiero.- Digo firmemente y de esta manera me apodero de su boca para reconciliarnos de la manera que más nos gusta. No puedo creer que haya dejado todo a un lado para venir a estar aquí conmigo y hacer las paces. Definitivamente la amo tanto que con una sola sonrisa de sus labios puede hacer que me olvide de todo.

-¿Aquí en el jardín?- Pregunta entre beso y beso.

-Si... aquí en el jardín... bajo el sol... - Respondo y de esta manera la ropa va desapareciendo.