39- Deseos a Futuro

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Entramos a la fundación tomados de la mano, y al vernos Valeria y las demás chicas que han coordinado el evento nos miran sonrientes.

-¡Hola Pablo, bienvenido! Dice amablemente y la saludo con dos besos.

-Hola Valeria, ¿Cómo te encuentras? Digo después de saludarla y luego saludo a Cristina y Ana.

-Muy bien Pablo, todo marcha sobre ruedas. Me responde con entusiasmo.

-¡Qué bueno! Tomo a mi esposa de la mano y la acerco a mí. –Permítanme presentarles a Jacqueline, mi esposa. Digo con orgulloso y cada una de ellas la saludan con entusiasmo presentándose como es debido.

-Pablo, si quieres puedes dejar tu guitarra en mi oficina hasta que llegue la hora de que toques. Me ofrece Valeria y hago lo que me dice mientras Jackie se queda conversando con Cristina y Ana.

[...]

El dejar la guitarra en la oficina de Valeria termino en visitar a varios niños en sus respectivas habitaciones, y así el tiempo fue pasando. Miro el reloj y me doy cuenta que hace una hora la deje sola con Cristina y Ana; espero que no se haya enfadado.  Valeria y yo vamos caminando los pasillos del lugar hasta llegar a la salida que da al jardín donde se lleva a cabo el evento. Al salir al jardín me quedo inmóvil al ver como la mujer de la cual me he enamorado, está sentada sobre el césped con varios niños a su alrededor, que al parecer la escuchan leerles una historia con muchísimo entusiasmo.

-Pablo, tu esposa además de ser preciosa es muy simpática con los niños.  Me comenta Valeria.

Pensar que esta mujer que estoy mirando me parecía ser mi peor pesadilla... ¿A quien conocí en Las Vegas? Cada vez que ella me sorprende de esta manera, no puedo evitar preguntarme lo mismo. A veces pienso que la mujer que conocí aquella vez y que hizo de esos días los más insoportables de mi vida, no era más que un clon malvado de la mujer que estoy viendo ahora.

-Gracias Valeria. Si, ella es increíble. Respondo con una sonrisa de idiota enamorado tatuada en mi rostro.

-Pero, ve con ella. Me alienta dándome un pequeño empujón.

-Vale. Digo entre risas al sentir como pierdo el equilibrio.

Me acerco a ella lentamente y me doy cuenta que les está contando una historia de piratas a los niños, la cual debo admitir que me parece muy interesante. Sin que ella me vea, ya que está muy concentrada en el libro; me siento entre medio de los niños y escucho atentamente lo que dice.  De pronto, ella levanta su vista para contar parte de la historia y su mirada se cruza con la mía. Esos preciosos ojos grises me miran expectante y me regala una de esas sonrisas que me quitan el aire. Este juego de miradas dice tantas cosas... Me dice te amo, al igual que la mía intenta decirle como es que a cada segundo que pasa mis sentimientos por ella van creciendo aun mas. Vuelve su mirada al libro y ahora un poco más nerviosa sigue relatando el cuento hasta llegar a su final y recibir el aplauso y los comentarios de los niños acerca de la historia.

Me quedo sentado esperando que se disperse el publico y cuando lo hacen me acerco para sentarme frente a ella. –Me ha encantado la historia. Le comento con una enorme sonrisa.

-Ha tenido un final inesperado. Dice entre risas mientras lleva un mechón de su cabello detrás de su oreja.

-Me habías dicho que ayudabas a niños, pero no me habías dicho que tenías tan buena química con ellos. Le comento sin poder evitar acariciar su cabello.

-Son increíbles. Me da tanta tristeza que tengan que pasar por este tipo de situaciones siendo tan pequeños. Comenta y noto como sus ojos se llenan de lágrimas.

-Lo sé, pero para eso está esta fundación.

-Sí, pero quisiera poder hacer más por ellos... Dice quitando las lágrimas que han caído de sus ojos.

No puedo verla así. –Amor... Digo y quito la distancia entre los dos para abrazarla. –Me conmueve verte así. Le digo al oído sin soltarla.

-Rubio, quiero ayudarlos. Me dice separándose un instante de mí.

-¿Cómo quieres ayudar? Pregunto acomodando su cabello.

-Haciendo donaciones y viniendo a trabajar aquí algunos días. Me dice dejándome con la boca abierta.

La observo detenidamente a los ojos y tengo el presentimiento que si me quedaba alguna mínima duda de que quería pasar el resto de mi vida con ella, con esto que acaba de decir la ha disipado. No solo es bella, divertida, inteligente, pero también es humanitaria.

-Eso es muy lindo de tu parte. Cuenta con todo mi apoyo. Digo entusiasmado.

-¿De verdad? Pregunta sorprendida.

-Claro que si cariño. ¡Eres increíble! Digo feliz y luego le planto un corto beso teniendo en cuenta el lugar donde estamos.

-Gracias guapo. Me dice sonriente.

Su mirada se cruza con la mía estudiándose una a la otra, tal como si estuviesen tratando de descifrar algún importante secreto. No sé qué es lo que estará pasando por su mente, pero yo si tengo muy en claro lo que pasa por la mía; y al darme cuenta de lo que me sucede siento como me comienza a ser difícil respirar. Necesito decírselo.  

-Rubia... Digo agitado a causa de esta revolución interna que hay en mi.

-¿Qué pasa guapo? ¿Te sientes bien? Me pregunta preocupada mientras toma mi rostro entre sus manos.

-Necesito decírtelo...

-¿Qué cosa?

-Quiero que sepas que... no ahora, claro... llevamos poco tiempo juntos... pero, es que...

-¿Qué sucede? Estas super nervioso. Dice entrecerrando sus ojos.

-Es que en algún momento quiero que tú seas la madre de mis hijos. Le logro decir finalmente y ella abre sus ojos de par en par ante mis palabras.

-¿Qué? ¿De verdad quieres eso? Pregunta aun sin creer mis palabras y yo no entiendo porque lo duda.

-Claro que sí. Sé que llevamos poco tiempo juntos, pero no se... hay algo en ti que me hace saber que esto que comenzó al revés no ha sido un simple accidente. La vida te puso en mi camino por algo, y cada vez que te conozco mas, me doy cuenta que es porque eres exactamente todo lo que quiero en la persona con la cual deseo pasar el resto de mis días y criar a mis hijos. Solo espero que tu también te sientas igual conmigo. Digo serio.

Sus dedos viajan por mi rostro de arriba hacia mi barbilla mientras me sonríe. –Serás el mejor padre del mundo, y yo quiero que mis hijos tengan a ese papá; pero, no tan pronto ¿sí? Dice sonriente.

-Claro, tenemos tiempo... Digo feliz.

-Todo el tiempo del mundo. Añade y es ella quien me besa esta vez haciéndome sentir que volvería a emborracharme en aquel bar de Las Vegas si es que eso es lo que me haría conocerla.

Casados Por Accidente [Pablo Alboran] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora