74- Sorprendeme

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La tengo sentada entre mis piernas sobre este sofá que está siendo testigo del mejor momento de nuestras vidas. Mis brazos la sujetan fuertemente mientras que su espalada está apoyada sobre mí.

-Aun no lo creo.- Comenta haciéndome reír.

-Te lo dije...- Replico. –Parece que te conozco más que tu a ti misma.-

La escucho resoplar y sé que por una parte le da rabia que haya tenido razón, cosa que me hace mucha gracia.

-¿Cómo lo supiste?- Pregunta volteando su rostro un poco para poder verme.

Una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro e intento no reírme. –Bueno, primero que nada es que hemos estado buscando a este bebe como dos locos.- Digo y finalmente me rio contagiándola a ella. –Segundo, tus ojos rubia. Brillan más que nunca.- Confieso idiotizado por su belleza. –Te ves tan pero tan hermosa amor... no puedo dejar de imaginarme como te veras cuando nuestro hijo comience a crece; serás la embarazada más hermosa del mundo.- Digo y beso su cuello bajo es sonido de su sonrisa.

-¡Dio mío! ¡Voy a engordar!- Exclama entre risas y cubre su rostro con sus manos.

No puedo creer que esté pensando en eso... pero es tan ella... -¡Eres tremenda!-

-Es broma guapo. Ahora, hablando enserio... me pone triste que mi padre no esté conmigo. Sé que él y yo no teníamos la mejor relación del mundo, pero sé que le hubiese hecho mucha ilusión saber que tendría un nieto.- Dice y noto la melancolía en su voz.

-Lo sé amor, pero este donde este; estará contigo y bueno, aunque ellos no sean tus padres, los míos te quieren como si fueses su hija.- Le digo al oído intentando consolarla.

Sé que para ella es muy difícil todo esto porque realmente está sola en el mundo; solo me tiene a mí y bueno... ahora a nuestro bebe. –Si rubio, yo también los quiero mucho a ellos...-

-Muero por contarles.- Le confieso.

-Amor, por favor. Aun no, guardémoslo por un par de días; quizás le podemos decir el día de la boda, sería una bonita sorpresa.- Propone y no sé si es buena idea.

-Rubia, no sé si sabes... pero, soy malísimo guardando secretos.- Digo riéndome de mi mismo.

Ella se voltea completamente y me mira seria. –Rubio, te exijo que guardes el secreto. Además, debería ir a un doctor...- Dice sin apartar su mirada de la mía.

-Vale... me callare la boca.- Le digo, pero sé que será complicado. Tengo ganas de gritarle al mundo que seremos padres. –En cuanto a lo del doctor; si, deberías ir pronto antes que nos casemos.-

-Me encargare de eso mañana; lo prometo.- Me responde sonriente y solo puedo tomar su rostro entre mis manos para besarla.

-Tu ahora me debes algo, ¿no?- Pregunto entre risas.

-¿Ni porque te daré un hijo me perdonaras la deuda?- Pregunta haciéndose la ofendida.

Rio ante sus palabras y acaricio su cabello –Me extraña que una empresaria como tu no sepa que las deudas siempre se pagan.- Replico.

-¡Que rápido que aprendes tu!- Exclama.

-Para que veas...-

-Dijiste que ibas a elegir la ropa tu.- Dice retándome y me encanta que lo haga.

-Sabes, en un momento tuve la loca idea de que fuese un disfraz sexy y eso, pero ahora eres una mujer embarazada... la madre de mi hijo, y no creo que sea correcto hacer esas cosas.- Le dejo saber.

-Pero sigo siendo tu mujer. Que este embarazada no quiere decir que no pueda seducir a mi esposo hasta volverlo loco; en pocas palabras... tu elije la ropa que yo pagare mi apuesta; eso si... ten el móvil cerca por si te toca llamar a emergencias.- Bromea.

-Lo tendré en cuenta.- Digo entre risas. En medio de este momento tan peculiar amarro su cuerpo al mío y comienzo a besarla. –No entiendo cómo es que tu, esa mujer fatal que amaneció en mi cama como un error, es capaz de hacerme el hombre más feliz del planeta. No dejo de sorprenderme con los planes de la vida... eres tan pero tan especial cariño.- Le confieso sintiendo que no hay lugar para mas amor en mi corazón.

-Tu también me haces muy feliz amor. Pensar que creí odiarte... que loca que estaba...-

-Estas, la locura todavía está allí.- Le corrijo.

-¡Hey! ¡Respeto por la madre de tu hijo!- Dice entre risas.

-Yo a ti te respeto, solo digo que eres la loca de mi vida... te confieso que cuando llegamos a Málaga la primera vez, creí que me volverías loco, pero que me ayudarías a componer una canción y que quizás se llamaría así "La loca de mi vida". – Le confieso.

Ella me mira haciéndose la ofendida y luego entrecerrando sus ojos me dice -¿Y la has compuesto?-

-No, solo me has hecho escribir cosas hermosas. Palabras de amor, promesas, historias... Todo muy romántico...- Le admito.

-Eso me gusta más.- Dice con orgullo.

-Ahora me harás escribir como se siente ser el hombre más feliz del mundo.- Le digo y tomándola por sorpresa coloco mi mano sobre su vientre. –Este niño es el resultado de nuestro amor.-

-Si que ha habido amor aquí.- Dice sonriente.

-Mucho.- Afirmo.

-Y lo seguirá habiendo...- Dice entre suspiros y me besa.

-Te amo...-

-Yo mas a ti.- Le digo sobre sus labios.

-Quiero que también puedas escribir una canción sensual.- Me comenta sorprendiéndome.

-¿Ah si?- Pregunto pícaramente y sonrió.

-Si... dime que ropa quieres que use esta noche.- Me pregunta y los latidos de mi corazón aumentan drásticamente.

-Sorpréndeme...-

-Tú lo has pedido.- Dice de manera misteriosa.

-Miedo me das ya.- Replico riéndome como nunca.

-Te mostrare algo que aun no conoces de mi, pero para eso debo salir un momento.- Me dice y se levanta del sofá dejándome en suspenso.

-¿Qué?-

-No me extrañes.- Dice lanzándome un beso y sale de la habitación antes de que pueda reaccionar.

Y si... sigue siendo la loca de mi vida. Me deja aquí solo con una sonrisa de idiota enamorado y embobado por la mujer que le dará un hijo.

Casados Por Accidente [Pablo Alboran] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora