CAPITULO VIII
Condenados
Las bestias estaban atacando en todo el mundo, los pequeños pueblos estaban siendo exterminados, sin embargo un pueblo lograba sobrevivir.
Una patrulla se alejaba por el sur de la ciudad y Don Eusebio trataba de comunicarse con ella por radio. Mónica quien manejaba la patrulla rompió la radio de la patrulla y siguió conduciendo.
— Olvídalo viejo ya están perdidos, tenemos trabajo que hacer —dijo uno de los tres que estaban con él.
Raúl se dirigía a una calle en donde se encontraba una bestia en forma de cangrejo gigante con cuerpo de ciempiés.
Inicio a atacar con su pequeña espada pero la coraza de la bestia era muy dura, se hizo a un lado y la bestia le escupió una especie de saliva tan pegajosa como telarañas, solo que más fuertes. La bestia se acercaba a él sin que pudiera hacer nada. Arnoldo llegó e intervino con su habilidad para paralizar a la bestia.
— ¿Sigues creyendo que puedes hacerlo solo? —le preguntaba Arnoldo mientras le ayudaba a liberarse.
— ... es solo que me emocione de más.
Ya estando libre Raúl intentaba darle en la boca a la bestia, mientras Arnoldo buscaba otro punto débil Arnoldo. Raúl vio su oportunidad y le empezó a encajar su espada por la boca, la bestia reaccionó tratando de cortarlo pero Raúl se dio cuenta y se apartó rápido con su habilidad.
— ¡No parece tener debilidad! —dijo Raúl
— ¡Quítale los ojos con tu arma!
Inmediatamente hizo eso y la bestia solo se movía aleatoriamente por el dolor con la boca bien abierta. Arnoldo le puso en la boca una granada que tenia y se apartó, al explotar, la bestia quedó muerta, tendida en mitad de la calle. Se escuchó un ruido extraño cercas de donde estaban, y en ir allá vieron a un oso bestial, con sus 4 brazos junto a una pila de autos y cadáveres de personas que quisieron escapar. Al ver semejante bestia Arnoldo le preguntó a Don Eusebio sobre lo que debían de hacer antes de enfrentarse a tan temible enemigo.
— No corran —decía Don Eusebio por radio.
— ¿Qué? —no se lo explicaba Arnoldo.
— Esa bestia le da prioridad a cualquier cosa que vaya rápido. Si quieren enfrentarse a él, deben acercarse con cuidado y confundirlo —explicó Don Eusebio.
Los dos decidieron arriesgarse y formaron una estrategia. Arnoldo se encargaría de paralizarlo y Raúl de encajarle su espada.
Arnoldo logró paralizarlo pero Raúl no tenia la fuerza suficiente para atravesar la dura piel de aquella bestia.
— Es inútil, debemos cambiar de estrategia —dijo Raúl.
— Retrocedamos —sugirió Arnoldo.
— ¡Esperen los ayudaremos! —gritó Sally junto al equipo 3 a lo lejos.
Sally corrió hacia la bestia que se fijo en ella y fue a atacarla, Roy usó su habilidad para correr rápido a su alrededor y así distraerlo, mientras que Sally se subió a la bestia y le encajó sus uñas para debilitarlo, una vez hecho eso gritó que lo atacaran. Raúl usó su habilidad y le encajó su espada la cual lo atravesó.
— Bien echo equipo —Arnoldo felicitó al equipo 3.
— Todavia quedan muchas bestias por el pueblo, parece que no se acabarán nunca —dijo estresado Ren.
— Aguanta falta poco —dijo Arnoldo.
— Cuidado una parvada de bestias van a atacarlos ¡cúbranse! —dijo Don Eusebio por radio.
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R.P.G. El Despertar De Las Bestias.
AventuraA causa de una fuerza misteriosa el mundo fue invadido por bestias, convirtiendo la vida de la personas en un "juego" en donde el "subir de nivel" puede volverse una locura.