CAPÍTULO 57

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Capítulo LVII

Decisión final.

Después de la muerte de la mayoría de los agentes, Raúl decidió retirarse sin más. Arnoldo y Eris trataron de convencerlo.

— Ya estamos muy cercas de terminar con esto y ¿quieres retirarte? —preguntó Arnoldo.

— Mira lo que le hicieron a Leo. Y no solo a él, si no a todos los que se han enfrentado a él. ¿Qué te hace pensar que no nos pasará lo mismo?

— No podemos dejarlo así —comentó Eris.

— Lo siento pero no puedo ser parte de esto. No soportaría que, para salvar el mundo tenga que matar a la gente que es importante para mí o arriesgarme a ser uno de ellos —Raúl estaba muy decidido.

Mónica llegó con una noticia importante:

— Debemos apresurarnos, hay un campamento base nuestro cercas de aquí y el jefe quiere vernos ya —dijo preocupada.

— Yo me regresaré ahora —dijo Raúl.

Eris se sintió decepcionada pero entendía lo que le preocupaba a Raúl.

— El jefe quiere verte especialmente a ti Raúl —expecifico Mónica.

— En el campamento puedes reabastecerte de provisiones y un arma. Te recuerdo que destruiste tu espada —comentó Arnoldo.

Raúl aceptó y se pusieron en marcha.

Un rato después en el campamento base:

Llegaron preguntando por el jefe y los llevaron a una sala de urgencias.

El jefe estaba muy grave pero aún estaba conciente.

— Lo curaré enseguida —dijo Eris acercándose.

— No te molestes tengo destruidos gran parte de mis órganos —explicó el jefe.

— ¿Cómo pasó esto? —preguntó Arnoldo.

— descubrimos donde se encontraba Osnar y fuimos a enfrentarlo Ernesto y yo.

— Traté de ayudarlo pero estaba perdiendo el control de mi mismo ante Osnar —dijo Ernesto, el hombre que habían salvado de lo Skull.

— Debe haber algo que... —decia Eris.

— Eris, estaré bien —dijo el jefe con gran seguridad.

El jefe le pidió a Raúl que se acercara.

— Se a que te enfrentarás y te diré que si yo pude resistir ante sus engaños, tú podrás resistirlos con más motivo.

Raúl no podía creer que el jefe se había enfrentado a Osnar pero ese estado en el que estaba comprobaba que se enfrentó a algo que era mucho más peligroso que una bestia o persona de nivel 4.

El jefe tomó la mano de Raúl y le dijo:

— la razón por la cual sigo vivo fue para decirtelo. Te lo encargo muchísimo.

El jefe unos segundos después su pupila se dilató y dejó de respirar. Ahora era definitivo, él había muerto.

Eris se quedó inmóvil. Aunque lo deseara no podía ir en contra de la voluntad de el jefe de morir.

Guardaron un minuto de silencio.

— ¿Entonces, lo intentarás? —preguntó Eris.

— ...yo no lo intentaré... Yo lo haré. No tenemos otra opción ¿o si? —dijo inspirado Raúl —. Pero me hace falta otra arma.

— No puedo creer que esté pasando esto —dijo Ernesto sorprendido —. Justamente tienen un arma nueva totalmente exclusiva para ti.

Raúl y los demás fueron al depósito de armas y para sorpresa de ellos estaba Sally ahí.

— Sally, ¿No te habías salido? —preguntó Arnoldo.

— Seguí mi camino hasta donde estoy ahora.

— ¿Ahora eres qué?

— Parte del equipo de investigación.

Sally sacó un estuche el cual llevaba una espada bastante peculiar. La hoja era tan brillante como la luna en ese momento.

— Esta espada contiene un metal único —dijo Sally. Si pasas tu mano cercas de la hoja de la espada, sonará.

Raúl paso su mano a unos centímetros de la hoja y sonó bastante curioso.

— El metal reacciona a los campos eléctricos de los seres vivos —explicó Sally —. Pero no pudimos agregarle el choque eléctrico que tenía la otra espada. Lo siento.

N
— No importa. Esta es incluso más especial —dijo Raúl.

— ¿Qué clase de metal es este? —se preguntó Arnoldo.

— Lo encontramos mientras investigabamos Villa Cascabel tiempo después de que ustedes estuvieron allá —explicó Sally —.  Estábamos buscando la fuente de lo que mantenían alejadas a las bestias del lugar, cuando de repente y sin aviso, un terremoto sacudió todo el lugar. De alguna forma desde el río de Laluka surgió este metal. El lago bajo su nivel y algo se dejó ver, eso era este metal. Es como si fuera un obsequio de Dios, ya que había suficiente metal para esta espada.

— Se siente pesada —dijo Raúl.

— Es un poco más pesada de lo que parece —dijo Sally.

— Me refiero a que no todo es ese metal ¿O si?

— El mango está hecho con placas de identificación de agentes que perdieron la vida y no tenían a nadie para entregárselas.

— Eso la hace más pesada que cualquier otra arma —dijo Raúl.

— Parece que te gustó más que tú otra espada, la Chingona —dijo Arnoldo.

— Está arma está destinada a ser una espada legendaria la cual llevará un nombre épico —dijo Raúl.

— Espada lunar —sugirió Eris por el brillo de la espada.

— Espada cantora —sugirió Arnoldo al ver que sonaba al tocarla.

— No. Como sucesora de la Chingona a esta espada la he de bautizar como... La espada legendaria... "ROMPE MADRES"

Decididos; Raúl, Eris, Arnoldo, Mónica y Roy partieron primero al campo de pueblo Girasol para encontrarse con Osnar.

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R.P.G. El Despertar De Las Bestias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora