CAPITULO 26

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CAPITULO XXVI

Entrando a la guarida

El jefe había visto a Mónica, quien era una agente de su grupo, sentada en una mesa. El jefe se arrimó a la cerca que los dividía y saludó.

— Vaya sorpresa para ti en verme aquí no es verdad.

Mónica volteó a verlo y al darse cuenta que era él muy avergonzada agacho su cabeza y dijo:

— Vete.

— ...sigues sin aceptar los hechos. Que lastima eras uno de los mejores agentes que tenía.

El jefe se retiró y Mónica no hizo gesto alguno.

Ya era pasada de las 6 de la tarde y Raúl y los otros estaban por llegar a su destino.

— ¿Y dónde era el lugar a donde vamos? —preguntó Raúl.

— Se llama Villa Cascabel —respondió Arnoldo.

— Yo conozco ese lugar —interrumpió Yan —. Ese lugar me llevaron mis padres de niña. Era un hermoso lugar turístico, y no solo eso, si no que tenia un lago gigantesco a donde cualquiera podía nadar. La mayoría de las casas cercas del lago eran de personas ricas. Era un pueblo muy exclusivo para vivir.

— ¿Qué más sabes de ese lugar? —preguntó Arnoldo.

— Hay una leyenda que tiene que ver con como le pusieron...

"Yan les contó una historia que pasó hace cientos de años en el pueblo. La historia hablaba de cuando ese lugar era un hermoso lugar virgen, hasta que vino el hombre a colonizarlo atraídos por su belleza y abundancia de vegetación".

"Un día mientras construían sus casas ocurrieron varias muertes inexplicables que parecían haberlas causado un demonio y debido a eso recurrieron a la iglesia la cual les había enviado a un padre a investigar".

"El padre volvió después de unos 3 días y confirmó que se trataba de un demonio invisible que protegía la zona y seguiría matando. La única defensa que podían tener era diciendo su nombre en cuanto se acerque".

— Se sabe que el padre logró averiguar el nombre del demonio y le puso un cascabel antes de desaparecer tiempo después —terminaba de contar Yan —. Se dice que si oyes un cascabel estando en el pueblo debes decir el nombre de ese demonio o te masticará tus huesos hasta morir.

— ¿Y cuál es su nombre? —preguntó Eris curiosa.

— "Laluca" —respondió Roy que se sabia también la historia.

— Solo es una historia para atraer turistas —dijo Arnoldo —. De lo que debemos estar precavidos es de Osnar y las bestias que de seguro puede controlar a voluntad.

— Quien sabe que fortaleza tenga —dijo Raúl viendo el camino.

No paso mucho cuando llegaron a una zona segura cercas del pueblo. Raúl y los demás del vehículo en el que estaban se bajaron a investigar.

— ¿Qué ves Ady? —preguntó Arnoldo.

— ...—se quedo callada un rato — Nada... ¿nada? Solo veo un simple pueblo abandonado.

— ¿Cuántas bestias logras ver?

— Ninguna, y eso me da escalofríos.

— Acerquémonos —sugirió Raúl.

— Que no se te olvide activar el repelente —le recordó Eris.

— Ya que vamos en bola solo con que lo accione uno —dijo Arnoldo.

Llegaron a una entrada del pueblo y solo habían insectos, muchos insectos y babosas bestiales. También se podía ver unos pocos insectos normales.

— ¿No hay bestias cercas? —preguntó Arnoldo.

— No detecto ninguna cercana. Pero recuerdo bien esta calle del pueblo —dijo Yan.

— Que raro, con todos estos insectos debería de haber una bestia atraída por lo menos —dijo Raúl.

Arnoldo tomó uno de los insectos que le pareció único y lo puso en un contenedor.

— ¿Qué vas a hacer con eso? —preguntó Raúl.

— Los colecciono.

— ...ya enserio que...

— Si lo hace —interrumpió Eris.

Raúl y los demás decidieron seguir con el plan según lo planeado.

— Raúl tú y yo iremos a investigar el laboratorio que describía el diario, los demás quedarán vigilando y como refuerzo. No hay buena señal dentro de la niebla así que entrarán 10 minutos después por si acaso.

— ¿Cómo vamos a entrar en la niebla venenosa?

— ¿Alguna ves te preguntaste por que sobreviviste a la niebla aquella ves en la mansión?

— No le vi importancia y agradecí de estar vivo.

— Es por que las personas que llegan al nivel 3 se vuelven inmunes al veneno.

— ... —Raúl confiaba en él y no le hizo más preguntas.

Raúl y Arnoldo entraron a la niebla. Era un lugar que casi no le llegaba los rayos del sol. No se podía ver a mas de 10 metro de distancia. Había arboles y demás plantas muertas, lo único que podía vivir en esa niebla eran bestias y unos hongos que crecían por efecto de la niebla permanente.

— No es necesario que dejes activado tu repelente aquí.

Raúl desactivó girando su repelente y se fueron adentrando al lugar.

Eris sintió una extraña fuerza paranormal en el ambiente y fue a investigar el pueblo por su cuenta.

— Espera, ¿A dónde vas? —preguntó Yan.

— Tengo el presentimiento de que este pueblo tiene algo que contarme ¿Vienes?

— Conozco las calles, te llevaré al lugar mas famoso del pueblo.

El lago —se dijo Eris asimisma.

R.P.G. El Despertar De Las Bestias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora