CAPITULO 38

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CAPITULO XXXVIII

Los ogros

El ogro se les quedó mirando y cuando menos lo esperaban se abalanzó hacia ellos.

Los 3 se separaron mientras buscaban una manera de detenerlo.

El ogro fue tras Raúl, el cual busco un lugar para confundirlo y atacarlo. Usando su habilidad logró confundirlo y atacarlo en una pierna con su espada, le dio 3 espadazos de los cuales apenas se veían que lo rasguñaron.

Necesito pensar en otra cosa rápido si no moriré —pensó con mucha presión Raúl.

Eris llegó a un lugar el cual parecía seguro, pero en ese lugar le apareció otro ogro que intentaba devorarla.

El grito de Eris fue escuchado por Arnoldo que se encontraba cercas, y entonces fue por ella.

Eris se movía entre los escombros de un edificio, el cual era muy fácil para el ogro atravesarlo rompiendo todo. El ogro tomó a Eris y cuando estaba a punto de devorarla Arnoldo apareció, y usando su habilidad de embestida y su espada pudo hacerle daño al ogro en el pie, lo cual hizo que soltara a Eris.

La espada de Arnoldo no había entrado bien, la quitó y junto a Eris buscaron un lugar seguro. El ogro atrapó a Arnoldo, Eris al verlo atrapado uso su subfusil con balas de plasma, las cuales fueron muy efectivas.

Raúl seguía intentando hacerle daño al ogro que se le enfrentaba buscándole un punto débil. El ogro lo pateo y Raúl se estrelló con una pared. En ese momento en el que Raúl sintió el dolor del golpe, fue como si fuese la primera vez que había sentido algo así, sintió como su mente sintiera el dolor de distinta manera de la cual recordaba. Raúl reaccionó rápido y huyó del lugar.

Eris y Arnoldo vieron que los ogros estaban acorralándolos y vieron una alcantarilla abierta, a lo cual Arnoldo le sugirió a Eris entrar. Eris dudaba en hacerlo hasta que vio a los ogros más de cercas y entró sin más opción dejando atrás su subfusil.

El interior de la alcantarilla era grande, oscuro y la peste era insoportable. Eris sintió un profundo asco al estar tan solo unos segundos ahí. De repente ahí mismo unas bestias emergieron; 2 pesadillas perezosas estaban en frente de ella, un repugnante estaba en el agua del caño, y un hombre calamar detrás, aparte un montón de cucarachas que caminaban cercas de sus pies.

Eris se arrinconó y empezó a llorar de miedo. El repugnante la tomó de la mano y la arrastraba al agua del caño hasta que llegó Arnoldo y cortó el tentáculo que la agarraba con su cuchillo.

— Vámonos, busquemos un lugar con más luz —dijo Arnoldo encendiendo una linterna de bolsillo.

— ...debemos salir afuera —dijo Eris muy asustada.

— Esos ogros nos mataran en un segundo.

Un hombre calamar atrapó a Arnoldo llevándolo al agua de caño. Eris muy asustada tomo su cañón de mano y empezó a dispararle a todo lo que se movía. Eris uso todas las balas de su cartucho y las bestias seguían apareciendo. Algo detrás de Eris la tocó y ella se alejó pero después de fijarse vio que se trataba de Raúl.

Raúl acabo con todas las bestias sorprendentemente rápido con su espada.

— ¿En dónde esta Arnoldo? —preguntó Raúl.

— Aquí estoy —dijo Arnoldo todo mojado de porquería.

— Cercas de aquí hay un espacio grande con luz. Vamos —dijo Raúl.

Los 3 se movieron juntos y llegaron a un lugar que parecía seguro. Los 3 se detuvieron a hablar.

— Esas cosas son duras —dijo Raúl.

— Incluso usando mi espada gigante apenas puedo cortarlos.

— ¿Qué le paso a tu espada? —preguntó Raúl al no vérsela.

— la use para poder entrar sin que me atraparan. Ahora la tiene un ogro encajada en una pierna —respondió Arnoldo.

— ¿Le descubrieron algún punto débil? —preguntó Raúl.

— No, esas cosas soportan cualquier cosa, incluso los cañones de los tanques. No por nada acabaron con los militares que se encontraban en la ciudad —respondió Arnoldo.

— De echo... mi subfusil si estaba siendo efectivo, las balas los atravesaban fácilmente.

— Genial podemos acabar con los 3 usando esa arma —dijo Arnoldo.

— ... lo siento chicos... la dejé afuera por accidente.

— Solo hay que ir por ella entonces —menciono Raúl como si se tratará de algo fácil.

Un ruido sonó cercas y los 3 se pusieron en guardia.

— No teman soy humano —dijo un hombre mayor con barba — ¿Están heridos?

— ¿Eres un sobreviviente? —preguntó Eris esperanzada.

— Hay varios cercas de aquí en las alcantarillas —respondió el hombre.

Los 3 se vieron y decidieron ir a investigar a las personas antes de arriesgarse a enfrentase a los ogros.

El hombre los guiaba hacia los demás mientras hablaban.

— Por cierto mi nombre es Robín —se presentó el hombre —. Y ustedes ¿de dónde vienen?

— Hemos venido para investigar el lugar —respondió Arnoldo.

— ¿Vienen de una fuerza especial o algo así? —Robín preguntó al ver bien sus uniformes.

— Así es, y acabaremos con esas creaturas para que puedan escapar de aquí —mencionó Raúl.

— No creo que puedan con las más de 20 creaturas que hay afuera.

Los 3 se detuvieron y muy sorprendidos repitieron con asombro "20".



***SE QUE SIEMPRE DIGO ESTO Y NO LO CUMPLO PERO AHORA SI VOY A ACTUALIZAR MÁS SEGUIDO***

R.P.G. El Despertar De Las Bestias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora