R.P.G. El Despertar De Las Bestias.

OSNAR (PARTE 3)

El pequeño Osnar se sentía mal y su mamá lo llevó al médico donde lo examinaron.

El médico vio su piel pálida, ojos rojos y al tocar su pecho se sentía con calentura. Le tomó el pulso y para sorpresa no sentía nada, fue por su estetoscopio y escuchó su corazón; latía lentamente y apenas podía escucharlo.

— ¿Qué tiene mi hijo? —preguntó la mamá.

— Tengo que hacerle más pruebas a su hijo —dijo el médico sin mencionarle lo del pulso ni el corazón.

Pronto el médico tomó una muestra de sangre y se llevó al pequeño Osnar al cuarto de tomografía.

— ¿Qué es eso? —dijo el pequeño Osnar apuntando a la máquina.

— Es un tomógrafo y necesito que subas para poder curarte.

— ¿Eso me va a ayudar a sentirme mejor?

El médico asintió y con ayuda de la enfermera lo subieron.

En el monitor se podía apreciar que justo cercas de lo corazón de Osnar tenía lo que parecía una concentración de calor.

Carlos llegó al lugar.

— Vine lo más rápido que pude. ¿Dónde está mi hijo? —preguntó.

Al momento de bajar a Osnar y llevarlo con sus padres, el médico le hablaba sobre la posibilidad de que Osnar tenía un tipo de cáncer en el corazón.

La mamá de asustó pero Osnar recuperó su energía y ya no presentaba síntoma alguno.

— Gracias, ya me siento mejor —dijo el pequeño Osnar alegremente —. Esa máquina me curó.

El médico volvió a tomar el pulso y era normal.

— Era de saber que solo buscan como hacerte pagar más —expresó Carlos —.que poca vergüenza tienen.

— Señor, le aseguro que lo que tiene su hijo nunca lo había visto. Ahora se ve bien pero podía volver a ...

— Nos vamos ya —dijo molesto Carlos.

La familia ya se había retirado y la enfermera estaba organizando el consultorio cuando escucho que se quebró algo.

Al ir a ver vio que una muestra de sangre que estaba bien colocada se había tirado.

— ¿Cómo pasó esto?... Menos mal es la muestra de sangre del niño que ya se recuperó. Ya no se ocupa.

Una babosa roja estaba moviéndose cercas del lugar lo cual espantó a la enfermera y la mató.

La babosa se derritió dejando un charco de una sustancia.

La enfermera creyó que era una especie de sanguijuela y solo limpió el lugar.

A la semana siguiente:

— Me preocupa Osnar —la mamá le decía a el papá —. Se la pasa encerrado en su cuarto todo el día. Creo que la otra vez lo ví algo débil.

— Esta bien es solo un niño que se siente algo solo. Cuando inicien las clases volverá a ver a sus amigos y estará mejor.

Un sonido extraño se escuchaba en la habitación de Osnar. Los padres subieron a su cuarto y no creyeron lo que vieron.

El pequeño Osnar estaba igual de mal que cuando se enfermó, solo que además tenía una forma de vida parecida a un reno sin boca al lado.

— Papá, mamá el es Brinko mi mejor amigo reno. El no me tiene miedo, ni huye de mi —dijo Osnar respirando profundamente mientras sonreía de felicidad.