CAPÍTULO 58

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Capítulo LVII

Cosechadores.

Raúl, Eris, Arnoldo, Mónica y Roy se dirigieron hacia la niebla, esa noche, donde se encontraba Osnar y sus cómplices. Mientras los demás cuidaban del campamento.

Al entrar a la niebla sintieron un escalofrío muy grande. La escencia de Osnar se podía sentir por todo el lugar.

Adentro de la niebla solo había árboles muertos, hongos de diferentes formas y de gran tamaño que parecían árboles. El lugar estaba silencioso.

No tardaron mucho para encontrar un grupo de personas muertas.

— ¿Quiénes son estas personas? —preguntó Mónica.

— Viajeros. De seguro se dieron cuenta que las bestias de nivel 3 salieron de aquí primero y vinieron a investigar —supusó Arnoldo.

— llevan unos días de que murieron —comentó Eris al inspeccionar los cuerpos con mucho respeto.

— Estos de aquí están secos —dijo Roy al ver los otros cuerpos cercas —. Sus cuerpos no tienen ya ni una gota de sangre y sus corazones parecieran que se lo arrancaron de una gran mordida —se talló los ojos y lucia cansado.

— No conozco la bestia que haría eso, puede ser una nueva. Hay que tener la guardia alta —dijo Arnoldo.

— Luces muy cansado ¿Haz dormido bien últimamente? —ke preguntó Eris.

— No hay tiempo para descansar. Estaré bien —afirmó Roy.

Un ruido sonó aproximándose y ellos fueron rápido a ver.

Llegaron a un lugar con unas bestias con un gran hocico y unas garras de dos dedos que se veían muy afiladas. Las bestias estaban dormidas y mientras dormían sus colmillos de enfrente se movían de tal manera que parecía una pequeña garra que podía arrancar un corazón.

— Esas bestias son las responsables de la muerte de las personas que encontramos —dijo Raúl en voz baja y sin moverse.

Un disparo le dió a la pierna derecha de Roy. La mujer que atacaron en el pueblo se presentó ante ellos.

— Tengan cuidado hasta a mí me dió mucho trabajo dormir estás bestias —dijo la mujer de forma irónica.

— Rápido tras ella —ordenó Raúl.

— Si te acercas más las despertaré. Lo juro por Osnar que está cercas de aquí.

Todos se quedaron quietos.

— Ahora que los tengo aquí juguemos a esquiva la piedra —dijo tapando su boca.

La mujer de una bolsa sacó unas piedritas y empezó a lanzarle a Mónica.

Mónica logró bloquearlas con su brazo mecánico.

— Te estaba apuntando en las piernas —dijo enojada.

— Apuesto a que no te atreves a lanzarme una a mí —la reto Raúl.

— Para ti tengo unas especiales —la mujer sacó de su bolsa unos proyectiles de metal.

Raúl le hizo una seña con la mano a  Mónica para que no interfiriera con el disparo.

La mujer lanzó una con todas sus fuerzas. Raúl, como si se tratase de un juego, la bateó con la parte sin filo de la espada y le dió en el hombro izquierdo lo cual hizo que desprendiera sangre, que llegó al hocico de una de las bestias.

Una de las bestias se despertó y atacó a la mujer; de la bestia le salieron del cuello 4 tentáculos que le chupaban la sangre rápidamente a la mujer.

— Aprovechemos para huir —dijo Raúl.

Con sus últimas fuerzas, la mujer, despertó con su habilidad a las demás bestias, la cuales atacaron a los otros.

— ¡Mantenganse separados! —gritó Raúl mientras trataba de llamar la atención de las bestias.

Las bestias atacaban a cada uno de ellos.

* Mónica huia por encima de los hongos grandes para mantenerse a salvo.

* Arnoldo los empujaba para que no pudieran hacer nada.

* Eris usaba su subfusil para dañar a uno de ellos, el cual fue efectivo.

* Raúl, usando su espada nueva, los mantenía a raya. Las bestias parecían que no se querían acercar a la espada y cada vez que la usaba el brillo de esta espada cambiaba.

* Roy no podía correr por su herida en la pierna y fue atacado por sus tentáculos mientras lo succionaba.

Roy reaccionó usando su cuchillo para liberarse, pero los tentáculos eran muy resistentes. Por reflejo agarró un tentáculos y usó su habilidad de toque doloroso en la bestia, lo cual hizo que lo quitara de el, lo mismo hizo con los otros.

Eris fue para ayudarlo disparándole a la bestia hasta matarla.

Roy sacó su poción azul y la uso de inmediato. Eris vio lo que hizo y no le gustó.

Raúl se encargó de las demás bestias sin problema.

— Está espada no solo se ve bien si no que es muy efectiva con las bestias. Pareciese que no soportan la pureza de este metal. Por decirlo de alguna manera.

Eris curó a Roy y hablo seriamente con él.

— ¿Cuántas veces haz usado la poción? —dijo Eris al recordar cuanto le quedaba cuando ayudó a King.

— Ya haz visto cuanto le queda así que no puedo mentirte. La he usado seguido para poder aguantar la carga de las peleas.

— Tu perdida de sueño y hambre se debe a esto. Si sigues así tu mismo te matarás.

— Puedo controlarlo tú no conoces mi cuerpo.

— Se que la mayoría de las veces que hemos trabajado juntos no eran necesario que la consumieras.

— Eres una persona muy importante, no solo para esta misión si no para nosotros, por favor cuídate a ti y a tu otro ti también.

Roy, como ya era costumbre hablo consigo mismo y se dijo que podía intentarlo por su bien.

Raúl muy decidido dirigió al grupo a la siguiente área de la niebla.



*** LISTO, ESA ERA LA ÚLTIMA BESTIA DEL LIBRO.

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R.P.G. El Despertar De Las Bestias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora