CAPITULO 19

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CAPITULO XIX

El rugido de una bestia.

Aquella mansión estaba en total caos cuando Raúl y los demás estaban invadiéndola.

Anderson se encontraba en su oficina junto a Eris disfrutando de una copa de vino que guardaba. Anderson recordaba lo que había intentado olvidar. El pasado que vino a cobrarle justo en el momento de mayor debilidad:

Anderson, que solía ser un despiadado líder de uno de los grupos del crimen organizado más importantes de su ciudad, había decidido retirarse. El estaba de camino a su casa en uno de sus vehículos manejados por su chofer.

¿Esta seguro de esto?

ya he resuelto todos mis asuntos pendientes y me he mudado de casa, no hay nada que temer. Mi existencia en lo ilegal ya se termino. Por fin estaré con mi hija y mi esposa —dijo Anderson mientras veía fotos de su esposa con su hija de bebe.

Todo lo que hemos hecho no podemos simplemente olvidarlo.

Ya quedo atrás, somos libres —dijo Anderson con alivio.

Estaban cercas de la casa y les extraño ver una patrulla a la entrada.

Quédate cercas iré a investigar —dijo Anderson asustado.

Tenga cuidado señor.

Anderson entró por la puerta principal y no vio a nadie así que se dirigió a su recamara y vio a unos los policías corruptos que trabajaban con el.

¿Qué hacen aquí? ¿Dónde esta mi esposa y mi hija?

Fue fácil encontrarte Andy, después de todo somos los mejores policías del país —dijo uno de los policías de manera intimidante.

¡¿Qué le hicieron a mi mujer?!

¿Nos crees moustros? no le hicimos nada ella se fue hace un minuto con tu niña después de enseñarles esto —señaló una carpeta en la cama que contenía evidencia de sus crímenes.

Anderson rápidamente se movió para alcanzarla pero el otro policía le pego con su macana en las piernas.

El dolor que sientes en las piernas no te dejara moverte, así que ponte cómodo por que ahora vamos a seguir con tu oficio.

Consíganse a otro yo no volveré —dijo mientras se sobaba las piernas

...el problema es que todo el mundo quiere hacer tratos con Anderson, el traficante más importante de todos. Estas abandonando una fortuna por una mujer y una hija que no te quiere... así es sabemos como te ve tu hija. Ella a sus 10 años no quiere saber nada de su padre.

...MALDITO... DESGRACIADO —dijo Anderson con todo su coraje.

De repente se escucharon gritos y sonidos de alarma por toda la calle lo cual sirvió como distracción para que Anderson golpeara al policía y se escapará del otro tomando su arma. El policía que le habló directamente ya iba tras el cuando un diablillo entró por la ventana del cuarto y se le subió a la cabeza.

¡Quítame esto de encima! —le dijo al otro policía.

¡¿Qué es eso?! —dijo el otro policía al quitarle el diablillo de la cabeza y matarlo.

No hay que dejar que escape.

Anderson se dirigía cojeando hacia el auto para ir por su esposa, cuando un lobo le gruño y al ver a Anderson se le dejó ir junto con otros lobos bestiales. El chofer al verlo les empezó a disparar y alejarlos mientras tomaba a Anderson y se lo llevaba al auto.

Anderson tenía heridas de gravedad pero se encontraba vivo.

Ve por la carretera —dijo Anderson que a pesar de sus heridas quería alcanzar a su esposa.

Tienes que ir al hospital —dijo su chofer.

Necesito ir con mi familia.

El chofer accedió y fueron a alcanzarlas.

Iban por la carretera y vieron a lo lejos una densa niebla oscura que abarcaba mucho. De esa niebla vio el coche el cual era de su esposa chocado del lado contrario y vio los cadáveres envenenados de su esposa e hija. Anderson se quedó con ellas y dejó de sentir el dolor de las heridas que le ocasionaron las bestias.

...Raquel —Anderson mencionó el nombre de su esposa mientras abrazaba su sudoroso y envenenado cuerpo.

Señor si nos quedamos aquí mas de esos moustros vendrán, vámonos

Yo me quedo.

Mientras recordaba y bebía, afuera de la mansión E jefe se encontraba peleando con Khan que ya no tenía manos pero de sus brazos salían unas enormes garras.

El jefe estaba herido por recibir el ataque en la parte alta del pecho. Mantenía presionado su herida.

— ¿Qué pasa? Si solo es un rasguño. Nada comparado a lo que tu me has hecho.

El jefe estaba siendo atacado sin descanso por Khan, que mas que dolor sentía irá.

Raúl peleaba con todas sus fuerzas pero no le hacia frente a Normus que estaba dando colosales espadazos. La oscuridad se apoderaba del lugar y Normus usaba su habilidad mientras oscurecía dentro de la mansión, se notaba el rojizo color de la espada ardiendo. Normus derribó a Raúl y poco a poco a pesar de que Raúl se mantenía cubriendo con su espada, Normus la estaba fundiendo poco a poco, las manos de Raúl ardían y volvió a sentir una presión en su cabeza y no la contuvo más. Sintió que se le salió un fuerte rugido que estaba en su cabeza y enseguida un fuerte temblor se sintió en la mansión. El lugar en donde Raúl estaba peleando había un agujero muy grande que llevo abajo a Raúl y Normus.

Raúl se encontraba inesperadamente bien.

Raúl obtuvo el nivel 3.

— Esta fuerza que siento es muy conveniente en este momento.

Vio que Normus estaba herido por el ataque que hizo al subir de nivel. Raúl se acerco a el y puso su mano encima.

— Quiero saber que tan fuerte puedo hacer mi nueva habilidad.

Su habilidad, que era una onda de choque fue usada en el primer piso y el impacto fue tan duro que el laboratorio que tenían abajo se le rompieron las tuberías las cuales conectaban a la niebla. 

R.P.G. El Despertar De Las Bestias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora