CAPITULO 39

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CAPITULO XXXIX

La resignación humana.

Raúl y los demás no podían creer lo que habían escuchado: 20 ogros que son capaces de aniquilar ejércitos completos andaban causando destrozos en la tierra.

— Solo vimos 3 ogros, y uno de ellos tenía una cicatriz muy grande en el hombro —explicó Raúl.

— Los otros se habrán ido entonces —dijo Robín pensativo.

— ¿Y ya han intentado escapar por las salidas que tiene las alcantarillas? —preguntó Arnoldo.

— Si, pero hay montones de bestias que llegaron después del escándalo que hicieron los ogros —explicó Robín.

— Deberíamos informarles a la base lo más rápido que podamos —dijo Eris seriamente.

— No hay señal aquí abajo, tendremos que subir —dijo Arnoldo.

— Primero deberías quitarte ese feo olor. Aun estando en las alcantarillas puedo olerte —dijo Robín.

— ...si, eso quisiera —respondió Arnoldo.

Llegaron a una zona muy bien iluminada llena de gente.

— Así que si hubo muchos sobrevivientes —mencionó Raúl.

— Somos pocos en comparación de los que habíamos en la ciudad —mencionó Robín —. Todos aquí vivimos un infierno cuando llegaron esos ogros. Vimos como las personas eran devoradas vivas. Hombres, mujeres, ancianos e incluso niños pequeños si poder ayudar —dijo con gran coraje.

Mientras los 3 recorrían el lugar unas voces y disparos se escuchaban de donde venían.

— Son el equipo especial rápido hay que ayudarles —ordenó Robín a los que estaban ahí cercas.

Hombres traían a unas personas heridas mientras batallaban contra "cocodrilos perrunos". Uno de los hombres estaba desangrándose y rápidamente Eris quiso ayudar pero estaba dudando en pasar el agua de caño que estaba de por medio.

La herida del hombre empezó a sanar, Eris y los demás vieron que Robín tenía sus manos apuntándole mientras su cara se veía que se estaba concentrado.

— Gracias viejo.

Raúl les ayudó a acabar con las bestias, las cuales las derrotó fácilmente con su espada.

Rápidamente pusieron a los heridos en unas camas que tenían. Fue una sorpresa para Raúl y los demás al ver que los 2 heridos se trataban de Mónica, que no tenía un brazo y uno de sus compañeros de su equipo.

— ¿Ella es Mónica? ¿Qué esta haciendo aquí? —se preguntó muy sorprendida Eris.

— No te lo quise decir — dijo Arnoldo mientras le tocaba el hombro con su mano.

— Apártense voy a curarlos —dijo agotado Robín.

— Guarde sus energías —dijo Eris mientras usaba su habilidad para curar en Mónica y su compañero.

El brazo de Mónica dejo de sangrar y las demás heridas se cerraban, pero la perdida de sangre hizo que Mónica siguiera inconsciente. Su compañero, que no estaba tan herido le dio las gracias a Eris.

— Puedes sanar mejor que yo —dijo Robín sorprendido.

— No sano. Mi habilidad hace que el cuerpo se sane por si mismo usando su propia energía —explicó Eris —. Usted si puede sanar y a distancia.

— Si, pero uso mucha energía para ello —explicó Robín.

Arnoldo y Raúl hablaban con el otro herido.

— ¿Qué sucedió? ¿Cómo se salvaron? ¿Y dónde esta el otro?

— Se lo comieron y si no fuera por Mónica a mi también me hubiera pasado lo mismo —dijo el compañero de Mónica mientras veía a Mónica en la otra cama.

— ¿Descubrieron algo importante? —preguntó Raúl.

— A parte de que esas cosas son invencibles, no mucho —contestó el compañero de Mónica.

— Tenemos un plan para acabar con esos ogros que están arriba y rescatar a esta gente —mencionó Raúl.

— No servirá de nada, solo sacrificarán su vida en vano —interrumpió Robín.

— Entonces ¿Qué? ¿Planean estar aquí para siempre? —preguntó Raúl.

— Ya estamos viendo como cocinar ratas de alcantarilla de manera más sana —respondió irónicamente Robín.

El doctor que estaba checando a Mónica les dijo que iba a hacer falta una transfusión de sangre y medicamentos para salvarla.

— Con gusto le daré de mi sangre a Mónica —dijo su compañero.

— No nos queda tiempo tenemos que ir ya —dijo Eris decidida.

— Esperen —el compañero de Mónica los detuvo.

El compañero de Mónica les contó una historia que tenia que ver con el tipo misterioso de nivel 4 que apareció en la ciudad días antes del ataque de los ogros.

"No lo podía creer pero no tengo duda al respecto. Fui seleccionado para esta misión porque estuve trabajando en el cuartel te esta ciudad en el pasado. El tipo misterioso que dicen que es nivel 4 que apareció en esta ciudad das antes del ataque de los ogros es Zaragoza. El era un compañero que decidió ir solo a enfrentarse a Osnar en la Villa Cascabel días antes que ustedes, pero el nunca regresó".

— Sabía que la información de Osnar se habían filtrado —dijo Arnoldo.

— Para nosotros era un mito, nadie se lo tomó en serio, menos él.

— ...¿él era uno de nosotros? —preguntó Eris.

— De echo el era el más recto de nosotros. Siempre nos ayudaba en todo lo que podía. Es por eso que no podía creerlo. Hubiese preferido morir antes de hacer daño a las personas.

— ¿Qué habilidades tiene? —preguntó Raúl

— Solo supe que podía controlar aparatos eléctricos cuando se hizo nivel 3 no supe cual fue su otra habilidad —respondió el compañero de Mónica.

— Hiciste lo correcto en decírnoslo. Pero ahora nos toca a nosotros —dijo Raúl decidido a salir a volver a enfrentarse a los ogros.

R.P.G. El Despertar De Las Bestias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora