CAPITULO 44

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CAPITULO XLIV

La maldición de Osnar

Raúl estaba a punto de ser devorado por un ogro hasta que sintió en su cuerpo una sensación extraña al usar la pócima de fuerza en el último momento. Le rompió la boca al ogro y salió de ahí intacto.

Raúl se dio cuenta de que su nivel había subido otra vez.

- Ríndete ya no tienes oportunidad de vencerme -dijo Raúl con seriedad y una pose muy imponente.

Kibulga al ver que el nivel de Raúl subió por cuenta suya sintió dentro de si mismo como si se hubiese muerto por dentro. Eris solo se quedo en su posición observando con atención lo que estaba pasando.

- Nadie puede llegar a ese nivel... es imposible... ese nivel solo de lo puede dar Osnar -dijo Kibulga con terror.

El cuerpo de Raúl sintió una parálisis la cual no lo dejaba moverse.

- O no debió consumir demasiada poción de fuerza -dijo Eris.

- Tu eres una escoria que no debe existir -dijo con coraje Kibulga.

Eris tomó su arma y fue a protegerlo.

- ¡Alto ahí! -dijo Eris apuntando a Kibulga con su arma.

- ...se que no serias capaz de disparar, solo estas haciendo tiempo -dijo Kibulga provocando a Eris.

- ...¡No te acerques! -dijo Eris.

- Solo eres una mujer débil que le estorba a sus compañeros -dijo Kibulga acercándose poco a poco.

- ¡No des ni un paso más! -ordenó Eris.

- Copera conmigo y seremos iguales, igual de importantes y de poder. Juntos haremos de este mundo algo... mejor -dijo acercándose aún más.

- No me obligues a hacerlo... por favor -dijo Eris conteniendo las lágrimas.

Controlando el ogro sujetó con cuidado a Eris.

- No llores esto acabará pronto. Veras que es la mejor decisión de todas.

De pronto Arnoldo y Mónica llegaron y sin perder tiempo Arnoldo cortó el cordón que hacia que Kibulga controlará al ogro alfa.

- ¡No sabes lo que has hecho! -gritó Kibulga.

El ogro dio un aullido muy fuerte. Los otros ogros fueron a la iglesia.

El ogro furioso empezó a atacar sin control a todos destrozando la iglesia.

Kibulga trataba de volver a manipular al ogro alfa, pero este se volvió más inteligente y lo rechazaba. Eris cargaba con Raúl.

Los otros 2 ogros entraron al lugar en seguida de Roy y los otros 2 compañeros suyos.

- No hemos terminado con ustedes -dijo el hombre con el traje negro.

- ... esa voz se me hace familiar... -dijo Arnoldo.

Raúl comenzó a moverse poco a poco, Eris comenzó a atacar a los ogros, a causa de ello el ogro alfa se retiró y los demás le siguieron.

- ¡Acabaré con ustedes solo! -dijo Kibulga atacando con su golpes rápidos.

Todos retrocedieron a excepción del hombre sin camisa que se acercó sin basilar.

Kibulga le dio un fuerte golpe en la cara el cual, el hombre casi no sintió y su apariencia cambio y le dio un fuerte golpe en la cara.

- Tú eres el hombre que estaba en el vehículo de los Skulls -se acordó Arnoldo.

- Les debo la vida a ustedes -dijo agotado -. Me llamo Ernesto.

- No te reconocí sin los vendajes y demás cosas que tenías cuando te vi por primera vez.

- ¡Cuidado! -Exclamó Mónica usando su habilidad de atracción.

Kibulga había lanzado un golpe en dirección de Arnoldo sin que se hubiesen dado cuenta, y ella lo recibió y con sus ultimas fuerzas uso su espada látigo para amarrarse junto con el puño a un pesado escombro.

- ¿Qué paso? -Kibulga se preguntaba mientras se intentaba liberar.

Un fuerte corte de Raúl, cortó el brazo de Kibulga.

Kibulga se encerró junto a Raúl en un pasadillo secreto de la iglesia y forzó la única salida.

Estaban en una tumba secreta debajo de la iglesia con poca luz.

Raúl se preparó para el ultimo combate.

- Ya no puedo pelear más -dijo Kibulga sentándose en una orilla.

- ¿Qué sucede? Te estas rindiendo.

- Él... Osnar... no le importo.

- ¿De que estas hablando?

- Dices que viste a Osnar pero no es posible eso.

- ¿Por qué no?

- Por que el ya no puede hacer nada, esta a punto de morir.

- ... -Raúl no creía en las palabras que decía pero le parecía que lo decía sinceramente.

- Yo estuve aquí esperando a que se volviera a comunicar conmigo y decirle que había encontrado la manera de recuperar su fuerza usando la habilidad de tu amiga. Pero no le importo. -inhaló y exhaló profundamente -. Me usó y desecho rápidamente. Si el se comunico contigo en verdad el te usará y te desechará como a mi.

- ¿Todo eso que dices te paso en todo este tiempo? ¿El te controló?

- La tentación del poder que tiene su presencia es muy fuerte no vallas a caer tú también en ella.

- Vámonos aún tienes mucho que explicar -le arrimó su mano.

- El se encuentra en la niebla cercas del Valle de los girasoles. No dejes que nadie valla para allá. Solo déjalo que termine de morirse.

Kibulga tomó ala espada de Raúl y se la en el cuello terminando con su vida.

- Maldito estúpido -se expresó Raúl.

R.P.G. El Despertar De Las Bestias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora