CAPITULO 46

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CAPITULO XLVI

Destino forzado

3 años después del surgimiento de los ogros...

Los ogros transitaban la Tierra devorando humanos, nadie tenía el poder de acabar con ellos, así que los humanos decidieron quitarse del camino. Debido a que los ogros no eran muchos las personas decidieron dejarlos en paz y tratar de vivir su vida lo más normal que podían.

Era un día normal en una carretera. Una vagoneta pasaba siendo cuidada por una camioneta detrás, cuando por imprevisto una de las llantas de la vagoneta reventó, los hombres se detuvieron para arreglarla.

— Creí que la llanta iba a aguantar —dijo uno de los hombres.

— ¿Tienen con que parcharla? —dijo uno de los hombres que le seguían en la camioneta.

— Si, eso creo —dijo uno de los hombres de la vagoneta.

— Date prisa que este es territorio de bestias nivel 2 —dijo el hombre de la camioneta.

— Para eso están aquí ustedes —refiriéndose a él y a su compañero —a parte tenemos lleno nuestro repelente.

— Existe la posibilidad de que una bestia podría estar muy cercas y aún con el repelente atacarnos. Dense prisa.

De la camioneta bajo su compañero; un hombre con una espada de dos filos muy brillante el cual era Leo, discípulo y amigo de Raúl.

— Si tanto te preocupan que haya bestias aquí yo mismo iré a revisar la zona —dijo de manera presumida Leo.

— El patrón me advirtió que no te dejará solo buscando peleas en nuestro trabajo.

— Raúl es tu patrón pero para mi es mi compañero. Recuerda que yo tengo mas experiencia en batalla que tú y además soy nivel 3 —dijo muy confiado.

— No tardaran nada en parchar la llanta, no te vallas —dijo su compañero.

— No tengo que hacerte caso, yo estoy al mando aquí —desenvainó su espada y presumió.

El brillo de la espada fue vista por una bestia "Camaleón gigante", quien se dirigía junto con otros 3 hacia él.

— ¡Bestias! —gritó al verlas el compañero de Leo.

— Entren en la camioneta, estarán seguros ahí —les dijo a los hombres de la vagoneta.

— Hay que alejarlos y acorralarlos —ordenó el compañero de Leo.

Leo no hizo caso y fue directo a ellos.

Mantuvo su distancia y con su espada brillante disparó unos proyectiles luminosos al sacudir su espada que atravesaban a los Camaleones gigantes.

— Estas bestias no son nada con mi habilidad de "Flechas de luz" —presumió Leo.

Leo estaba tan confiado que no se dio cuenta que atrajo a un Moustr-oso hacia él, a lo cual su compañero uso su habilidad de Ruido para desviarlo.

El compañero de Leo se escondió rápidamente debajo de la camioneta mientras Leo lo atacaba de sorpresa.

Leo acabó con él usando todas sus fuerzas para decapitarlo con su espada.

Su compañero salió e inmediatamente hizo a un lado a Leo que tenia los Camaleones gigantes detrás suyo siendo atacado por el. Leo inmediatamente ayudó a su compañero, quien ya tenía heridas de mordida muy profundas. Con el kit de primeros auxilios que cargaban trataron sus heridas y se dirigieron rápidamente al pueblo más cercano.

De regreso al pueblo Nuevo Marzo:

Raúl estaba histérico regañando a Leo por lo sucedido.

— ¿Qué fue lo que te paso? El trabajo era fácil y tú casi pierdes tu vida y la de tu compañero.

— Se va ha recuperar, yo mismo he recibido mas daño cuando me enfrentaba a bestias antes.

— ¿No entiendes lo que estoy diciendo? Pareces un retrasado mental, siempre te metes en problemas y ahora hasta se te olvido que los Camaleones gigantes se hacían los muertos. Ese error ha costado vidas.

— Ya basta, no sabes te lo que soy capaz, quiero que sepas que yo puedo ser algo mas que un simple guarda espaldas.

— ...fuera de aquí, quedas suspendido hasta que se recupere tu compañero...

— ¡Raúl estas...!

— He dicho.

Un hombre extraño entro por la puerta y fue directo con Raúl.

— Buenos días señor —dijo el hombre con una sonrisa incomoda en su cara.

— ¿Necesita una escolta? —preguntó Raúl.

— Así es, y me gustaría que usted, el famoso Raúl, viniera personalmente.

— No puedo moverme de aquí, pero mandaré a mis mejores trabajadores que te acompañen.

— ... le pagaré 5 veces mas si va usted.

— Tengo suficiente dinero, si quiere que sea escoltado será con uno de mis empleados.

— El sitio es muy peligroso tengo que ir hasta el Valle de los Cerros.

— Yo puedo ir —interrumpió Leo.

— Tu lárgate, y usted si quiere que lo escoltemos será como yo diga entendió —dijo enojado Raúl.

— De acuerdo pero si me pasa algo sabrá que se metió con alguien que no debió tratar así.

El hombre extraño firmó los documentos y Raúl le pidió a Don Eusebio, que ahora trabajaba para él que lo escoltará junto con otro al Valle de los Cerros. Raúl archivo los documentos como siempre.

Ya era de noche y Raúl se dispuso a irse a su casa a pie. Las personas al verlo decían maravillas de él cuando lo veían pasar. De lo fuerte que era y rumores de que nadie podría enfrentársele a él.

Raúl fue a su casa donde vivía con sus padres y como siempre se lamentaba por el rumbo que tomó su vida.

Al día siguiente Raúl al llegar a su despacho recibió una noticia grave. La escolta final de ayer termino en una tragedia a medio camino. Los reportes indicaron que todos murieron, entre ellos Leo que los acompañaba.

— No puede ser verdad —Raúl sintió un golpe fuerte en su corazón.

Al fijarse en los documentos vio algo que lo dejó mas impactado.

El lugar donde fue el accidente fue cercas del Valle de los Girasoles y el hombre extraño firmó el documento con el nombre de Ossnar.



***ULTIMO ARCO DEL LIBRO ESPERO Y QUE LES ESTE GUSTANDO A TODOS. GRACIAS POR SEGUIR LEYENDO***

R.P.G. El Despertar De Las Bestias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora