Capítulo 4

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Terminé de bajar las escaleras de un salto y miré para atrás.
-Vamos Di -llamé- nos vamos a quedar sin desayunar.
Diana llegó a la sala común con su habitual cara de enfado de las mañanas.
-No sé como puedes pensar en desayunar a estas horas -refunfuñó.
-A lo mejor -dije yo con mi habitual alegría- porque cuando te despiertas por las mañanas, lo que haces es desayunar.
-Yo preferiría dormir más a desayunar.
Me encogí hombros.
-Pero si te quedas en la cama no podrás ver a Adrián -dije con una sonrisa pícara.
Diana se puso roja.
-No sé porque debería importarme.
-¿Aún no te has morreado con el Ravenclaw? -preguntó Anne bajando la escalera con su habitual sutilidad- estáis tardando mucho.
Mi sonrisa se hizo más amplia.
-Anne -la regañó Julia con suavidad- no seas tan directa.
-¿Tan directa? -preguntó ella arqueando una ceja con una cara de "No sé de que estas hablando"- Yo no soy directa, y en el caso de lo fuera, la vida está para ser directo, no para dar vueltas.
Salimos de la sala común para el comedor mientras Diana seguía recordando a nuestras madres de manera poco grata.
-¿No estáis de acuerdo? -siguió Anne dando unos saltitos para ponerse a nuestra altura.
Diana mandó a la mierda al resto de los antepasados de Anne. Me di la vuelta para ver a Julia pero esta ya había desaparecido.
-Anne, tu hermana... -comencé a decir.
-Ah sí, habrá ido a ver su novio -dijo con gesto despreocupado.
-¿Tiene novio? -pregunté asombrada.
-No lo sé, pero como desaparece sin decir palabra, he supuesto que tiene uno.
-ANNE -gritó alguien.
-Oh no -gimió ella sin ningún rastro de tristeza ni desesperación- salvadme.
-Ese es tu novio -dijo Diana aún endadada- más bien seríamos nosotras las que tendríamos que salvarnos de morir de diabetes, sea lo que sea eso de diabetes.
-Exnovio -aclaró ella y empezó a andar más deprisa.
-¿Exnovio? -pregunté yo e intenté seguirle el ritmo- ¿desde cuando?
-Desde el verano.
-¿Y lleváis tanto tiempo separados? -volví a preguntar asombrada con un deje burlón.
Esta vez fue Anne la que gruñó.
-Anne -dijo Paul cuando llegó a nuestro lado- me tienes que dar mis pantalones.
-¿Y qué tengo que ver yo con tus pantalones?
-Me los dejé en tu baúl durante el verano -explicó él.
-Y -dije yo- ¿se puede saber como llegaron los pantalones de Paul al baúl de Anne? -pregunté- no, mejor no me lo digáis -decidí- no quiero vomitar el desayuno que aún no he ingerido.
-Sarah Steek -oi- ¿se puede saber dónde está mi libro? y Diana buenos días, ¿cómo has dormido? -preguntó Adrián poniéndose a mi lado.
-Yo me encuentro bien -dije mientras entrábamos en el gran comedor- gracias por preguntar.
-Poco -refunfuño Diana sentándose en la mesa de Hufflepuff.
Adrián se sentó a su lado preocupado.
-¿Y eso?
Suspire, tenía la impresión de que sobraba. ¿Por qué no podía sobrar de verdad? Diana y Adrián eran la pareja perfecta, si tan solo se dieran una oportunidad. Como una cita a Hogsmeade el siguiente fin de semana. Bufé, sabía perfectamente que Adrián no se atrevería a invitar a Diana a ninguna cita. Y entonces, se me ocurrió, era algo que podía funcionar.
-Adri -llamé, interrumpiendo la "interesante" conversación sobre la falta de sueño de mi mejor amiga.
-¿Si? -preguntó.
-Vosotros dos -dije- tenéis que ir a Hogsmeade conmigo.
-¿Y con quién vas a ir si no? -preguntó Adrián.
-No, me refiero en una cita.
Diana me pegó una patada debajo de la mesa.
-Tenéis que ir en una cita -continúe sin hacer caso al dolor en la espinilla- porque yo iré con otra y necesitaré apoyo, así que será una cita doble.
Adrián me miró alzando una ceja.
-¿Tú? ¿Una cita? -preguntó incrédulo- pero si acabas de llegar.
-No veo que tiene que ver eso.
Diana entornó los ojos.
-¿Y quién es él? -preguntó con sospecha.
Le hice un gesto a Adrián para que la sujetara.
-James Potter -dije rápidamente.
Diana abrió mucho los ojos. Por alguna razón desconocida para mí, mi amiga odiaba a James.
Adrián tragó saliva.
-¿Potter? -preguntó ella alzando un poco la voz- ¿James-soy-un-idiota-engreído-Potter? ¿Sabes que él y su primo son los chicos más mujeriegos de Hogwarts, verdad?
-Vamos Di, sólo voy a una cita con él, no van a acabar sus pantalones en mi baúl.
E iba a tener suerte si me decía que sí a la cita teniendo en cuenta que el día anterior lo había rechazado.
-De hecho -seguí hablando mientras me levantaba- tengo que ir a... aclarar los últimos detalles con Sirius.
Diana se enfadó todavía más.
-¿Desde cuándo lo llamas Sirius? -preguntó apretando los puños con voz estridente.
Me alejé de mi amiga y me dirigí a una parte de la mesa de Gryffinfor.
Allí estaban sentadas cinco personas. Por supuesto habría que estar sorda para no oír hablar de los Merodeadores en Hogwarts.
Un chico con el pelo castaño de untaba una tostada con mermelada de fresa mientras escuchaba a otro chico rubio muy guapo hablar sobre algo. Frank Longbottom, Colagusano, y Louis Weasley, Lunático.
En frente de ellos había sentadas tres personas. La única que estaba hablando era un chico pelirrojo, también muy guapo, los dos dos parecían sólo escuchar. Fred Weasley, Canuto.
Al otro lado se encontraba la persona con la que había ido a hablar. James Sirius Potter, Cornamenta.
Separando a los dos primos, una chica pelirroja con unos brillantes ojos verdes y la túnica con el emblema de Slytherin estaba sentada. Comía una tostada con una mano mientras que con la otra jugueteaba con su trenza.
En cuanto me acerqué, todos se callaron y me miraron. James me dedicó una seductora sonrisa al reconocerme. Algo en mi estómago se contrajo, seguramente de hambre.
-Buenos días preciosa -me dijo- ¿amaneciste pensando en mí?
Louis me sonrió también con una sonrisa pícara mientras que Frank soltaba un suspiro resignado.
-Sirius, ¿puedo hablar contigo un momento, por favor? -pregunté y añadí- a solas.
James miró a Fred y a la chica pelirroja como si necesitara el consentimento de uno de los dos.
-¿No la habrás dejado embarazada, verdad Cornamenta? -preguntó Fred con picardía ganándose un codazo de la chica y una patada de Frank.
-No -respondí yo.
La chica me miró. Y entonces, de repente, empezó a reírse, como si le hubieran contado el chiste más gracioso del mundo. Luego se puso repentinamente seria y me miró asustada. Por último embozó una pequeña sonrisa triste.
Los demás observaron sus cambios con una tranquila preocupación.
James abrió la boca.
-Todo va bien -dijo ella rápidamente- tal vez luego te explique -negó con la cabeza como si intentará meterse una idea en ella- es totalmente diferente -le dijo a James- tan diferente que no lo puedes ni imaginar -él tenía el mismo aspecto perdido que yo- ve, primo, nos vemos en Pociones.
James se levantó y mientras nos alejabanos oímos como Fred decía:
-¿Por qué diablos siempre nos toca Pociones con Slytherin?
Y la queja de que le habían dado otro codazo.
-No le hagas caso a Lily -me dijo cuando salimos del comedor- ella es así de rara la mayoría del tiempo -y sonrió para sí, como si recordara algo realmente divertido- ¿qué es lo que querías?
Le miré fijamente.
-Me gustaría -me paré y continúe rápidamente- me he replanteado y quiero ir a Hogsmeade contigo este sábado.
James abrió los ojos sorprendido, sin creérselo.
-¿Es una broma? -me preguntó con el ceño fruncido.
-No -niego extrañada- ¿por qué lo sería?
-Ayer me dijiste que no ibas a citas con desconocidos.
-Ayer dejamos de ser desconocidos -respondí- además -añadí- sé que has ido a Hogsmade con chicas a las que conoces menos que a mi y realmente no veo el problema.
James parpadeó y luego me volvió a sonreír pícaramente.
-Muy bien, preciosa, ¿nos vemos a las doce? -preguntó.
-Claro -respondí y entonces me acordé de algo- sólo una condición.
James volvió a parecer extrañado.
-¿Me estás poniéndo una condición?
-Es muy sencilla, quiero una cita doble con mis amigos.
James me miró con extrañado.
-¿Te parece bien? -pregunté.
Si le parecía mal acabaría de mandar mi plan a la mierda.
Se metió las manos en los bolsillos.
-Me parece bien.
-Genial.
Tuve ganas de correr y darle un abrazo pero supuse que no sería bueno para mi reputación y para mis costillas.
Paseé la mirada y me fijé que Adrián y Diana acaban de salir del comedor.
Diana al verme se dió media vuelta y empezó a caminar negando con la cabeza. Seguramente se dirigía a clase.
Me di una palmada en la frente al recordar que no tenía el horario de ese año.
Adrián me miraba con aire divertido, seguramente se habría dado cuenta de lo que me acababa de dar cuenta.
-EY, LADRONA -Me gritó con diversión- TENGO TU HORARIO, CUANDO TERMINES DE LIGAR TE TOCA DOBLE HORA DE HISTORIA DE LA MAGIA CON RAVENCLAW.
Genial. Me tocaba asignatura soporífera un lunes por la mañana. Al menos podría recoinciliarme con Diana, o lo que fuera que tuviera que hacer.
-GRACIAS LISTO, YO TAMBIÉN ESTOY CONTENTA DE QUE MEDIO HOGWARTS SE HAYA ENTERADO DE LO QUE TENEMOS A PRIMERA HORA -le respondí de vuelta.
Miré a James que me examinaba con curiosidad de arriba a abajo.
-Nos vemos, Sirius -me despedí de él.
-Tenlo por seguro, preciosa.

Tras el Andén 9 y 3/4 (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora