Tras el Andén 9 y 3/4 (James Sirius Potter)

Capítulo 56 (final)

-¡Es Sarah, no una muñeca desechable! -gritó Victorie por millónesima vez- ¡Tened más cuidado!

Bufé otra vez y levanté los pies para no golpearme de nuevo con el escalón. A los lados de la Weasley rubia, Teddy y Lily rieron.

-Sabemos que es ella, -murmuró Fred por lo bajo- deja de decirlo. No tenemos amnesia.

Lily rio más alto y Fred la fulminó con la mirada.

-¡La esquina, la esquina! -gritó Vic como una maniática- ¡tened cuidado al llegar a la esquina!

-Vic, hemos pasado ya cinco esquinas -protestó James- sabemos hacerlo.

-En las cinco la habéis golpeado, -replicó ella- perdonad que lo dude.

Teddy también rió más alto y yo lo fulminé con la mirada. Había veces en que se te olvidaba que él era tu profesor. ¿A quién quiero engañar? Se te olvidaba hasta en Hogwarts.

La cosa había sido que yo quería bajar a cenar como una persona normal pero Victoire insistía en que yo todavía estaba muy débil. Así que después de insistir durante días, de sobornar a su novio para que la sobornara a ella e insistir de nuevo, la prima mayor había dado su permiso pero yo no podía llegar al comedor sola. Por alguna razón, mi dormitorio estaba en las últimas plantas y Fred y James se habían ofrecido voluntarios para bajarme haciendo la sillita de la reina. Sí, eso gritaba suicidio. Teddy y Lily, en cuanto se habían enterado, nos habían acompañado y estoy segura que había visto a uno de los dos grabando la escena.

-Vic, -la llamé yo- ¿sabes que puedo andar, verdad? En serio que puedo, ¿cómo crees que voy al baño?

Victoire miró al suelo y no respondió.

-Ella pensaba que tenías una super-vejiga -respondió Teddy por ella y Fred y Lily se partieron de risa en mitad de la escalera (lo cual me obligó a agarrarme más a James).

-Yo pensaba que se lo hacía en la cama -comentó Fred (sinceridad ante todo)- es un alivio saber que no. Cuando la Madriguera está muy llena, a veces tengo que dormir allí.

Y se volvieron a reír.

-Las sábanas se cambian, Fred -dijo Victoire rodando los ojos y miró a mi novio- James, por cierto, debo hablar contigo.

James alzó la cabeza hacia su prima y yo me vi obligada a pegarme más a Fred para esquivar un trozo de madera de la barandilla.

-Sea lo que sea -se defendió él- ha sido Fred.

Lily soltó otro par de carcajadas.

-¿Estás seguro, Cornamenta? -preguntó Fred mirándolo de reojo- porque esta mañana, he visto a Louis y se veía muy sospechoso de haber hecho algo. Algo muy malo.

-Tienes razón -asintió James y dijo a la vez de su primo- ¡Ha sido Louis!

-Aunque yo tengo curiosidad -agregó Fred- de todas las cosas que hemos hecho, ¿de cuál te has enterado?

Lily lloraba de la risa.

-Quería hablar de tú y Sarah -dijo Victoire sin inmutarse por nada de lo que habían dicho- sé que has estado pasando las noches con ella.

Eso no era ningún secreto. Me dormía mejor cuando sabía que James estaba allí.

-¿Ocurre algo con eso? -preguntó él extrañado.

-No puedes hacerlo -ordenó ella- está todavía muy débil.

James y yo nos miramos.

-No pasa nada -protesté yo avergonzada- por lo menos nada de eso que estáis pensando.