Capítulo 6

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Me senté pesadamente en un sillón de la Sala Común. En frente, sentada, Diana hacía el enorme esfuerzo de la tarea de Encantamientos.
-¿Cómo se te da tan bien esto? -preguntó exasperada- me siento frustada cada vez que veo el pergamino.
Sonreí.
-Encantamientos es facilísimo -dije- mucho más que Transformaciones y eso que cuento con ventaja.
Mis orejas se alargaron convirtiéndose en orejas de burro. Diana rió, luego me las volví a cambiar.
-Aún no entiendo como puedes haber terminado ya la tarea, has empezado después que yo -se volvió a quejar.
Alzé las cejas con gesto divertido.
-Magia -contesté.
Diana dió un resoplido.
Anne entró en la Sala Común y se aproximó a nosotras.
-¿Habéis visto a Julia? -preguntó.
Negué con la cabeza.
-No la he visto desde Pociones -dijo Diana.
-Tu hermana parece invisible -digo- yo no la he visto desde Historia de la Magia.
Anne se sentó a mi lado suspirando.
-Tengo que hablar con ella y no la encuentro.
-Bienvenida a mi mundo -exclamé abriendo los brazos- yo nunca encuentro a nadie.
Diana soltó una risita.
-Es que te pierdes con facilidad -me dijo.
Sonreí mientras me levantaba.
-Me sentiría ofendida si no fuera verdad.
-¿A dónde vas? -preguntó Anne interesada.
Me estiré.
-Tengo que comprobar una cosa en la biblioteca -dije.
Ella arqueó una ceja.
-¿El primer día y ya vas a la biblioteca?
Diana alzó la vista y me miró. Ella sabía a que iba.
-Soy muy aplicada -me miró escéptica- y te recuerdo que este año son los TIMOS, por cierto ¿cómo es que no estás compartiendo saliva con tu novio?
Bufó.
-No me hables de ese desgraciado -exclamó.
Diana la miró.
-¿Tan pronto habéis vuelto a romper?
Presentí que se avecinaba una serie de insultos y gritos de los que me iba a aburrir así que salí de allí.
Cuando salía oi:
-Es un verdadero imbécil, engreído, estúpido y egocéntrico.
Anne siempre decía los mismos insultos, por Navidad le tendría que regalar un diccionario.
Caminé por los pasillos con pasos silenciosos entre los alumnos hasta la biblioteca.
Una vez allí busqué el libro. No estaba. Eso era todavía más frustante que la tarea de Encantamientos sin hacer de Diana. Pensé que lo más seguro es que me la pidiera mañana.
-Eh, Sarah, qué estudiosa estás este año -Paul se colocó a mi lado mientras salía.
-No pierdas el sueño, seguro que apruebas todo -comentó su hermano Lucas poniéndose en mi otro lado.
-Buenas tardes Lucky Luke ¿cómo es que no te he visto? -pregunté.
-Yo podría preguntar lo mismo, ayer te busqué en la cena.
-¿Para qué me buscaste? -pregunté con curiosidad.
-Para el plan D.Y.A.S.D.A.E.Y.M.H.M.D.S.H -contestó.
Ah sí, otro plan que llevaba a cabo.
-¿Cómo puedes decir tantas letras juntas sin equivocarse? -preguntó Paul- ¿y de qué va ese plan?
-Es el plan para que Diana Y Adrián Se Declaren Amor Eterno Y Me Hagan Madrina De Sus Hijos -contesté- y la primera pregunta, no tengo ni idea.
-Yo personalmente no creo que te hagan madrina de sus hijos -me dijo Lucas poniéndome la mano en el hombro- pero puedes intentarlo.
Paul tragó saliva. Seguramente asimilando lo que habíamos dicho, luego se sorprendió.
-Ah ¿pero todavía no se ha morreado con el Ravenclaw?
Miré a Paul.
-Sois tal para cual -afirmé.
-¿Quiénes?
-Tú y Anne, ha llegado a la Sala Común y me ha dicho que habéis roto -dije.
-Ah si -dijo de pasada- ¿me dices el orden de los insultos?
Pasé el peso de la pierna derecha a la izquierda. Me estaba cansando de estar allí de pie.
-Imbécil, engreído, estúpido y egocéntrico.
Paul formó una sonrisa satisfactoria.
-Gracias, nos vemos.
Y salió corriendo por el pasillo.
-Dos galeones a que en la cena han vuelto a ser novios -propuse.
-No quiero perder mi dinero -negó.
Me volví hacía él.
-Añoro los tiempos en los que eras joven e inocente y te desplumabamos con este tipo de apuestas.
-Yo no los añoro -dijo con decisión- voy a ver a mi jefa ¿vienes? Podemos seguir con el plan.
Asentí.
-¿Cómo te va en el trabajo? -pregunté.
-Mal, es tan difícil encontrar el amor.
Sonreí levemente.
Lucas se dedicaba a salir con chicas para darles celos a sus novios y animarse a que se declararan su amor. Lo habíamos intentado con Diana pero Adrián la persuadió diciéndole que él era mala influencia y que él se preocupaba por cariño de hermano. Cariño de hermano, mala influencia, yo me chupo el dedo. Era lo más patético que había escuchado en mi vida. Y Lucas era la persona más masoquista que había conocido en mi vida. Creo que de pequeño se tragó la obra de Romeo y Julieta porque él quería vivir un amor no correspondido. En serio, ¿quién en su sano juicio quería estar en la friendzone? Lucas Sheldon.
Llegamos a un árbol al lado del lago negro dónde estaban sentados dos chicos y una chica en círculo. Ellos formaban parte de la empresa de poner novios para dar celos.
La jefa era tres años menor que Lucas pero tenía futuro en los negocios. Era una chica pelirroja guapa con los ojos marrones chocolate y el apellido más importante en el mundo mágico. Lily Luna Potter. Y era también la tesorera. A su derecha había un chico con el pelo y los ojos castaños pero con el pelo más tirando a pelirrojo, tenía unas pequitas y era Hugo Weasley, primo de la anterior y secretario. A la derecha de Potter había un chico de pelo rubio, un año mayor que ellos. Lorcan Scamander estaba allí porque estaba enamorado de Potter. No sé como ella no se daba cuenta.
-Sarah Streek -me saludó ella cuando me senté en frente- mi cliente favorita.
-Todos tus clientes son tus favoritos -dije.
-Todos son clientes -decidió.
Una cosa buena de Lily Luna Potter: siempre que hablabas con ella dejabas las cosas claras.
-¿Y qué tal va el plan D.Y.A.S.D.A.E.Y.M.H.M.D.S.H? -preguntó ella adoptando un tono profesional.
Me pregunté si para trabajar allí hacía falta aprenderse de memoria las siglas de los planes de los clientes.
-He tenido una idea -siguió hablando como si no hubiera hecho la pregunta- como Paul tiene mala reputación, podríamos enviar a Lorcan para coquetear.
Negué con la cabeza.
-No me gusta la idea -dije- es decir, Scamander tiene peor reputación que Paul.
-Oh vamos -exclamó Hugo- Paul no tiene una reputación.
-Ehh -se quejó él.
-¿Sabéis que estamos aquí, verdad? -preguntó Lorcan.
-Sí ¿y qué? -dijo Lily con superioridad- no veo que tenga que ver con lo que estamos hablando.
Muchas veces me he preguntado si alguien me lanzó una maldición para que todas las personas que me rodeaban, estuvieran siempre discutiendo.
-Aún así -interrumpí yo- podríamos hacer eso de opción b.
-¿Y cuál es la opción a? -preguntó la jefa.
-He conseguido que vayan a una cita -dije orgullosa.
Observé el efecto de mis palabras. Todos abrieron los ojos como platos y me miraron con expectación.
-¿Estas segura de qué no se está acabando el mundo? -preguntó Lorcan.
-¿Cómo lo has conseguido? -preguntó Hugo.
Pasé de la primera pregunta.
-Les he dicho que hiciéramos una cita doble para que yo no estuviera "tan nerviosa" en la mía -expliqué haciendo comillas con los dedos.
Lily se dió una palmada en la frente.
-¿Cómo no se nos ha ocurrido antes? -se preguntó y añadió- ¿quién es tu cita? Porque llegamos ayer.
Suspiré, adivinado lo que venía.
-Tu hermano.
Sus ojos de abrieron, mala señal.
-¿James?
-¿Tienes otro hermano que le pida una cita a una chica sin conocerla? -pregunté con retintín.
Hugo negó con la cabeza.
-Me parece una pésima idea -expresó.
Volví a suspirar.
-Ya, ya, ya lo sé -dije- pero sólo es una cita.
-¿Qué pasa si te enamoras? -preguntó Lucas.
-Has leído demasiado, Lucky Luke, la gente no se enamora tan fácilmente -dije- además solo es una cita.
-Él te va a añadir a su lista de conquistas -dijo Lily.
-Este es el plan para que Diana Y Adrián Se Declaren Amor Eterno Y Me Hagan Madrina De Sus Hijos -dije- no el plan No Voy A Ser Parte De La Lista De Conquistas De James Sirius Potter.
Lorcan abrió la boca (seguramente para decir algo que hiciera cambiar de opinión) pero un chico de pelo negro, ojos verdes brillantes y túnica de Slytherin se acercó a nosotros.
-Luna -llamó- ¿tienes la capa?
Lily negó con la cabeza.
-Antes de ayer se la presté a Rose -dijo- ella debe de estar en la biblioteca.
El chico asintió.
-Sí, ahora le ha dado por las Pociones -dijo- Hola chicos -saludó.
Pociones.
-¿No tendrá ella por casualidad, el libro de Pociones Curativas, verdad? -pregunté.
El chico me miró.
-Puede ser.
Me levanté.
-¿Puedo ir contigo por favor? Tengo que buscar algo en el libro, es importante.
Asintió.
-Soy Albus Severus Potter -se presentó.
Toma ya. Acababa de conocer a todos los Potter.
-Sarah Streek -dije estrechandole la mano extendida.
Me despedí de los demás con un gesto de la mano.
-Ya nos veremos.
-Streek -me llamó Lily- ten cuidado, le gusta jugar con los corazones, cree que todo es un juego.
Le guiñé un ojo.
-No te preocupes -respondí- yo estoy rota y si juegas con una persona rota, corres el riesgo de cortarte.

Tras el Andén 9 y 3/4 (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora