Capítulo 15

4.6K 360 85
                                    

Los Merodeadores estaban sentados en círculo al lado de un árbol.  Realmente, no creí que estuvieran buscando los palitos/animales raros que teníamos que buscar y de los que no me sabía el nombre. ¿No había nada en el mundo mágico que tuviera un nombre normal?

-Sirius -llamé- ¿podemos hablar?

Solo por las miradas de sorpresa que me dirigieron todos por mi tono carente de enfado mereció la pena no haberle gritado.

James abrió la boca y la cerró, asintiendo.

-Y no, Weasley, no estoy embarazada -dije volviéndome hacia Fred Weasley que también había abierto la boca, posiblemente para hacer un chiste.

James se acercó a mí con cierta precaución. Resistí la tentación de reírme.

-¿Vamos? -pregunté y le sonreí con sinceridad.

La cara de duda y extrañeza que tenían los cuatro chicos era de foto. Qué pena que no tuviera una cámara.

-No os preocupéis -añadí mientras tiraba de James para hablar con él a solas- Lo devolveré vivo y entero.

James dirigió su mirada hacia mí, y me observó como si me intentara leer la mente. Pobre iluso.

-¿Qué quieres? -me preguntó un poco nervioso.

Me fijé en que hacía círculos en la tierra con el pie derecho.

-Saber cuándo vamos a empezar, ¿te viene bien esta tarde?

James entrecerró los ojos en mi dirección.

-¿Empezar? -preguntó- ¿Empezar qué?

A limpiar el castillo, no te jode.

-A investigar sobre el tipo extraño de la Casa de los Gritos -respondí.

El chico parpadeó sorprendido.

No dejé que dijera nada.

-Había pensado en esta tarde que la tengo más o menos libre -continué de corrido- No muy temprano porque habrá que hacer deberes y tú querrás planificar alguna broma o algo así. Supongo que necesitas tiempo para pensar las gilipolleces que haces con tus amigos o inventar ment...

Me paré de golpe y mi rostro formó una sonrisa por sí solo.

-Uh, ¿estás bien? -me preguntó al ver que me había quedado mirando a la nada con una sonrisa que podía haber pasado por psicópata- ¿Te pasa algo?

Le miré más sonriente todavía.

-Qué eres genial.

Su rostro se descolocó. Fue terriblemente gracioso.

-¿Por qué? -preguntó- Quiero decir, sé que soy genial, y todo pero que lo digas tú...

-¿Qué tengo yo de malo?

Aparte de supuestamente haberme desmayado y vomitado mientras tenía sexo salvaje con él.

Noté como él se empezaba a agobiar. Creo que no había previsto una situación así. Bueno, yo tampoco y la estaba disfrutando como nunca. Además, se veía tan mono agobiado.

-A ver, tú no tienes nada de malo... -James empezó a recuperar la confianza y le corté.

-Sí, ya. Me tengo que ir, si puedes nos vemos esta tarde, ¿a las seis te parece bien? Creo que no tendré nada que hacer a esa hora.

Le dirigí una última sonrisa y me volví en dirección a mis amigas.

-Espera -Me llamó y me detuvo con una mano- ¿Dónde...?

Tras el Andén 9 y 3/4 (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora