Tras el Andén 9 y 3/4 (James Sirius Potter)

Capítulo 33

Aunque por ese entonces no lo supiera, Lily (al igual que Alice) sería muy importante en mi vida.

Era absolutamente imposible vivir en Hogwarts y no conocer a Lily Ginger Dursley. Probablemente era la chica más popular de la escuela, y no en un sentido muy positivo.

Para empezar debo decir que ella era EXACTAMENTE igual a Lily Evans (la posteriormente Lily Potter y madre de de El Elegido). Era difícil no ver fotos y recuerdos de Lily Evans y los antiguos Merodeadores en Hogwarts y, Lily Dursley, por caprichos de la genética, era igual en aspecto a su tía abuela. Tenía los mismos ojos (que también tiene Albus, por cierto), la misma cabellera pelirroja, todo era igual a ella. 

Pero solo era el aspecto.

El primer día de clases de nuestro primer año, una Lily Durley de 11 años se había subido al estrado y había exclamado que las únicas personas que podían llamarla Lily serían sus amigos, novio y familia, los demás mortales debíamos llamarla o bien por el apellido o si teníamos suerte por su segundo nombre (que obviamente estaba más accesible que el mío). Quizá fue el hecho de que lanzara a un alumno de séptimo curso contra una pared ese día y que no resultara castigada por ello lo que hizo que nos diéramos cuenta que Lily Ginger Dursley era peligrosa.

Por eso no debería ser extraño que no hablara mucho cuando iba con ella por el pasillo (ya que había conseguido convencer a Teddy de dejarme salir de clase para algo de lo que no tenía ni idea). Además, mantenía la distancia prudencial de un metro y medio entre nosotras.

-No te voy a hacer nada.

No pude evitar dar un pequeño respingo que hizo que ella rodara los ojos con diversión. La verdad es que no esperaba que me hablara, pensaba que me mataría sin más.

-Eres una exagerada.

Parpadeé asombrada.

-¿Perdón? -susurré comenzando a notar que ese día llevaba más tiempo empanada de lo que debería.

-Sí, tienes razón -dijo y aceleró un poco al paso para luego seguir hablando- y me refería a que no te voy a matar en un callejón oscuro. James no me lo perdonaría -Lily sonrió con malicia (lo que hizo que aumentara la distancia prudencial a dos metros)- o quizá sí, él me perdona todo.

Otra cosa que hay que mencionar de Lily. Es la mejor amiga de James Potter. La verdad es que ese hecho no ayudaba demasiado a mi tranquilidad.

-La verdad es que prefiero no meterme en los líos de James con las chicas -explicó de la nada y no pude evitar una punzada de decepción al notar el significado de la frase.

Yo solo era uno de sus "líos de chicas" que se había alargado más de la cuenta por mi testarudez por ayudarle.

-Eso es deprimente.

La miré entre asustada y sorprendida. Ella no podía ser...

-¿Legeremante? Merlín, sí que has tardado en darte cuenta.

El hecho de saber de que la chica más intimidante del colegio podía leer mi mente no me tranquilizó mucho. De hecho, no me tranquilizó nada. ¡Estaba a punto de desmayarme del susto! Y eso era patético. Posiblemente me desmayara de lo patético que sonaba.

-No quiero tener que arrastrarte hasta el baño así que no te desmayes -me aconsejó Lily divertida.

Que bien se lo pasó lo puñetera.

-¿Al baño? -logré decir.

Lily asintió.

-Al baño -afirmó- no hay que perder las viejas costumbres.