Capítulo 44

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-Todos quieren ser ya Gato Jazz  porque ello son de los que más saben sincopar -cantó Anne mientras miraba entre los arbustos moviendo el trasero al ritmo (si es que se puede llamar así a lo que ella hace) de la canción-  Todos quieren ya tocar el felino jazz. La música suave quedó atrás. 

Diana le dirigió una mirada asesina a nuestras compañera de cuarto que no había dejado de cantar "Todos quieren ser un gato Jazz" desde que se había despertado. De hecho, no había habido problema con eso de no ser porque no se había despegado de nosotras desde que nos había despertado mediante el destrozo diario de nuestros tímpanos.

 -Hay muchos que son sólo burda imitación pues sólo saben ruido hacer sin coordinación.

-Yo conozco a una -masculló Di por lo bajo.

Me llevé las manos a la boca mientras intentaba ocultar mi risa.

-No seas mala -la regañé pero ambas estallamos en carcajadas.

-El jazz se debe improvisar y sincopar, para eso sólo sirve ser un Gato Jazz. ¿De qué os reís?

Decir: del chiste que ha hecho Diana de tu horrible manera de cantar, hubiera quedado espantoso.

Ya lo creo.

Cuando oyes en tu cabeza la voz furiosa de una chica que no debería de estar en tu clase pegas un salto dando un gritito. 

Diana me miró raro pero la tranquilicé con una sonrisa. Supuse que el hecho de que Lily era legeremante no debía de ser conocido en el colegio. 

Pequeño spoiler: Acerté.

-... Y todos quieren ser ya Gato Jazz y poder improvisar el jazz de verdad...

La voz de Anne se apagó cuando vio que Lily caminaba hacia nosotras con determinación. Los demás alumnos que estaban cerca nos vieron de reojo con una expresión que mezclaba lástima y diversión. Posiblemente se preguntaran quién de nosotras sería la primera en ir a la enfermería.

Yo apostaría por Diana.

-Blofis, Zabini, -las llamó al llegar- esfumaos.

A Anne no se lo tuvieron que repetir dos veces, Lily seria daba mucho miedo. Tiró del brazo de Diana y me dedicó una mirada de compasión. Diana, en cambio, tardó unos segundos más. Sin embargo ni ella era tan suicida como para oponerse a Lily Ginger Dursley cuando se veía a leguas que estaba enfadada. Me miró con una expresión que no supe interpretar y yo asentí dándole a entender que podía marcharse de lo que podría ser la futura escena del crimen.

-James es imbécil -dijo nada más irse mis amigas.

Ladeé mi cabeza con burla.

-Eso no es un novedad.

-Y esto no es una broma -replicó seria- ha ido a hablar con la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras para decirle que sabía todo y que quería presentarse a las pruebas antes que sus hermanos.

¿Qué había hecho qué?

-Creo que me has entendido perfectamente. ¿Por qué crees que no ha venido a esta clase? Y lo peor es que ella ha dicho que sí. Lo sé, lo sé, no pienses cosas tan obvias, Sarah.

-James es imbécil.

Eso es obvio.

Lily bufó mientras cruzaba de brazos y miró a los otros alumnos que estaban cerca y que parecían sorprendidos de que siguiera entera y respirando. Los chicos apartaron la mirada simulando estar concentrados en la tarea del profesor.

Tras el Andén 9 y 3/4 (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora