CAPITULO 14 | Se adelanto el parto

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Buenos días! Arrancamos maratón tempranito, la sorpresa es que serán 3 capítulo 🙃🙂 (Quiero ver su emoción) 🎤🎤🎤.

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🌟✍️🤔

Al llegar la cárcel es grande. La realidad es que nunca me había dado curiosidad pasar por una. A simple vista puedo decir que tiene un terreno enorme, junto con una pista de correr y un mini parque de futbol. Me dejan en la entrada, ya dentro me encuentro con el área de recepción.

-Tienes que tomar una hoja y llenarla con su información y la información del preso- explica. Sin decir nada comienzo a llenar la información que pide.

-Listo- le digo al terminar. Ella coteja la información que esté lleno correctamente.

-Identificación con foto -pide. La buscó en mi cartera y se la entrego- ya mismo se le llama- añade.

Veo varias sillas y me acomodo con mis pertenencias. Leo que no puedo pasar nada a la visita que pida un casillero para dejar las pertenencias. Me levanto y pido el casillero. Me entregan una llave con un número. Coloco todo dentro para que me permitan entrar.

-Camila Soler- escucho mi nombre. Cierro el casillero y camino hacia un oficial. Me hace quitarme las sandalias y pasar por el detector de metales. Me pongo las sandalias y me colocan un ponche ultravioleta. Paso a una sala donde tengo que firmar en una lista de visitas. Después verifican que tenga mi mano ponchada y me entran a un cubículo que divide la sala con la entrada a la cárcel. A parte de mi hay varias personas más. Abre la puerta que nos lleva a la cárcel y caminamos en fila como soldados. Al final del camino hay una puerta, se pueden ver los presos que están esperando los familiares. Al estar dentro, hay un pequeño mostrador, lo busco con la mirada lo veo apartado y de espalda a mí. Camino decidida hasta estar frente a Sebastián. Al verlo me sorprendo. Tiene varios golpes en su rostro. Él se levanta al verme y me abraza.

-No llores, no es nada. Créeme que el que me hizo esto está peor que yo- me intenta tranquilizar.

-¿Cómo paso? ¿Por qué? -cuestiono.

-Es la "bienvenida" que me dieron cuando llegue ayer en la tarde. Descuida, no paso a mayores- responde.

-No quiero que estés aquí, en una semana va a ver otra vista del caso para fijar nueva fianza. Sea el dinero que sea te voy a sacar de aquí. -veo que va a protestar- No me importa tu opinión- añado.

-Yo estoy bien- pronuncia.

-¿Cómo vas a estar bien? Mírate. Te golpearon. Tú no vuelves a pisar una cárcel- acaricio su labio partido. Mi corazón se comprime nada mas de pensar todo lo que puede estar pasando allá dentro. Me acerco para darle un beso suave para no lastimarlo.

-No se permiten demostraciones de afecto- hace que nos separemos al escuchar al oficial.

-Lo siento- murmuro. Este se aleja sin más. No puedo creer que ni un beso le pueda dar a Sebastián sin que nos vigilen. Suspira y baja la cabeza.

-No es justo que estés aquí, pero te lo agradezco tanto. ¿Mi tía como esta? -pregunta.

-Está bien, pero muy preocupada por ti. Sabes que ella te quiere como un hijo- respondo.

-Dale un beso y un abrazo de mi parte. Dile que la quiero y que me hace falta- expresa.

-Ahora que dices eso, Carmela te envió saludos, un abrazo y un beso, pero no te los puedo dar- digo y luego hago un puchero. El ríe por primera vez después de la mueca de tristeza.

Rendirte JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora