CAPITULO 11 | Se acabo el tiempo

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Buenas noches, antes que sea media noche. Tengo varias cosas que decir antes que lean la historia.
Las publicaciones de esta historia serán al final martes y viernes. 😉

Algunas se abran dado cuenta que por error publiqué una el jueves, 🤔 creo, pero la borre. La voy a publicar el domingo, ese día será el día que publique la historia, que se llama "¿Qué quieres de mi?

Respecto al maratón, bueno puede que sea la semana que viene o a principios de julio. ¿Les parece? Ya que no llegamos a ninguna meta, que parece 2 capítulo en un día. 🤔

Ahora los dejo para que disfruten el capítulo. Recuerden que si les gusto, no olviden votar, comentar y compartir la historia.

🌟✍️📧

Veo salir al abogado que recomendó Rafael. Este sale con cara de pocos amigos. Que habrá pasado. Se acerca a pasos agigantados. Al tenerlo frente a nosotros, inhala y exhala.

-Él no quiere colaborar al enterarse que soy abogado de Rafael- explica.

-Así de simple se rinde ante sus clientes, no que es muy bueno porque no lo convenciste para que colaborara contigo- expreso.

-Lo siento señorita, mi cliente es Rafael, no el señor Arrieta. Simplemente estoy haciendo un favor a mi cliente y amigo- explica haciendo un gesto al final de que no le importa lo que le pase a Sebastián. No puedo evitar cerrar mis manos formándola en dos puños y darle un su bonito rostro.

-Se te va a pagar, no es un favor- levanto mi tono de voz. Gustavo me agarra mi antebrazo y hace mirarlo.

-Cálmate Camila, el abogado no tiene la culpa- intenta tranquilizarme Gustavo. Por qué los abogados son tan crueles, sin escrúpulos y tempano de hielo. Hago un gesto de fastidio.

-Lo voy a intentar- respiro profundo. Miro al inepto abogado para preguntar, pero se me adelanta Gustavo.

-Juan, ¿Qué fue lo que denunciaron? ¿cuáles son los documentos que presentaron? -pregunto Gustavo.

-Este es el sobre con las evidencias, esta demás decir que son copias. Las evidencias son muy claras, hay firmas correo electrónicos y transferencias bancarias- explica.

-Comprendo, ¿Puedo verlo? -pregunto, es lo único que quiero. necesito verlo mirarlo a los ojos y que me explique todo lo que está pasando. Si todo eso es cierto, puede irse la empresa hotelera a la quiebra. Si es cierto Sebastián, yo misma te hundo en la cárcel. Respiro profundo. Miro al abogado esperando su respuesta.

-Sí, este es el permiso- me entrega el documento que necesito presentar ante el oficial. Lo doblo, para seguir escuchando todo lo que tenga que decir el abogado.

-Yo le entrego los documentos para sé los entregue al abogado que va a estar a cargo del caso, ya que el señor Arrieta no quiere mi ayuda- dice sin remordimiento. Me los entrega y se despide de nosotros. Se va con una sonrisa en sus labios. Como si eso le causara alegría. Volteo los ojos.

-Quédate con los documentos, voy a verlo- le doy el sobre a Gustavo.

-Señorita, el desayuno del joven Sebastián- se acerca y me entrega el emparedado.

-Gracias- le regalo una pobre sonrisa en agradecimiento. Me voy directo al mostrador para que me permitan pasar a ver a Sebastián. Le entrego al oficial el documento que me permite verlo. Lo revisa que sea original y me pasan la máquina de detector de metales. Al ver que solo llevo mi bolso, me hacen colocarlo en el casillero con todas mis pertenencias. Entro al área donde tienen los presos.

Rendirte JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora