CAPITULO 04 | Estas Celosa

442 64 33
                                    


Miro por la ventana con una taza de café recién echo por María. Tengo que dejar todo atrás. Miro las ultimas cajas de ropa de mi madre. Sé que otras personas necesitan todo lo que dejo. Voy a extrañar todo de esta casa. Sé que es lo mejor para todos. Camino por la habitación y cierro la puerta al salir. Voy directo al área del comedor donde me espera un rico desayuno de María. Al entrar me encuentro con Sebastián sentado al lado de mi espacio. Tomo asiento a su lado y me sirvo un poco de jugo. No puedo evitarlo mirarlo de reojo. Esa camisa azul le queda de diez.

-Buenos días- susurra.

Une sus manos y coloca los codos encima de la mesa. Su mirada se posa en mí. Me sirvo un poco de revoltillo de huevo, tostadas con mantequilla y café con leche.

-Gracias e igual- murmuro.

-Espero que hayas amanecido de mejor ánimo. ¿Vas para la empresa? -investiga.

-Siempre estoy de buen humor, solo que no me gusta recibir visitas inesperadas a casa de mi madre -espeto.

-No fue mi intención que te incomodaras, no me pareció importante informarte que yo te iba a traer el documento que necesitas. Lo siento- expresa.

-No te preocupes. ¿Tienes el documento? Quiero revisarlo antes de irme a la empresa- informó. Me doy una mordida a la tostada.

-Está en la habitación en cuanto terminemos de desayunar lo busco y lo revisamos- comenta.

-Está bien- digo resignada.

-Si no te molesta me gustaría conocer la empresa. ¿Me puedes llevar a conocerla? -pregunta. No puedo evitar pasarme las yemas de mi mano derecha por la frente.

-Claro. Solo que tienes que estar listo en media hora, porque me voy para la empresa- cedo.

Me concentro en mi plato. No me gusta comerme la comida fría y menos los huevos. Quiero cortar la conversación y dejar de hablar. No puedo flaquear por ningún lado. Definitivamente es mi debilidad, pero no se lo voy a dar a demostrar. Tengo que ser fuerte por mí. Continúo comiendo ignorando su presencia, pero me interrumpe.

-Dime como te ha ido este mes y medio después de compartir con tu padre- indaga.

-Si te soy sincera, me gusto compartir más con él. Perdí años por estar lejos y estar pendiente a la enfermedad de mi madre. Espero ahora que regrese poder recuperar el tiempo perdido- expresó.

-Me alegro que no te apartes de Camilo. Siempre quiso que estuvieras con él, se pasaba diciéndolo. Aunque no tenía el derecho de pedirte que volvieras ya que eres una mujer hecha y derecha- informa.

Miro mi reloj, tengo el tiempo justo para llegar a la empresa y convocar el abogado para los últimos detalles de la consolidación.

-Está bien. Me termino de beber el jugo y busco el documento- se levanta con el vaso en la mano y se bebe lo poco que le queda.

Se limpia con la servilleta y se va en busca del documento no sin antes regalarme una sonrisa. Que se la devuelvo cuando él ya no me está mirando. Me termino el ultima ración del revoltillo y me dedico a beberme el jugo que me queda. Al terminar me levanto y camino hacia el estudio a buscar mi cartera. Al tenerla en mi mano me voy directo al área de la sala a esperar a Sebastián.

Al entrar lo veo de espalda y puedo observar su anatomía. Espalda ancha, brazos musculosos y un trasero voluptuoso que apropósito se le marcan con el pantalón. No puedo evitar escanearlo de arriba abajo. Si tan solo no fueras un don Juan. Quisieras una relación seria que distinto sería la situación entre nosotros. Pero tengo que tener los pies en la tierra, él no va a cambiar nunca. El me lo dijo en varias ocasiones. No debo hacerme ilusiones de que puedo tener algo serio con Sebastián. Me raspo la garganta para dejarle saber de mi presencia.

Rendirte JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora