CAPITULO 44 | ¿Cómo pudo hacer esto?

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NOTA AL FINAL

Titiriteo. Siento frío. Parpadeo para mirar a mi alrededor. No veo muy bien. Todo está oscuro. Sera que no hay nadie. Intento sentarme, pero el dolor es infernar por lo que decido quedarme quita. Los ojos me molestan como si los tuviera irritados. Me duele todas mis coyunturas. No sé cómo voy a salir de aquí. No puedo soltarme. Me siento débil. Tengo sed. Observo a mi alrededor por si dejaron comida o agua, pero nada. Me acurruco yo misma intentando darme calor.

¿Cuántos días llevare aquí? Porque no piden rescate o por lo menos pedir dinero, aunque sé que al final me va a matar lo veo en sus ojos. Ella no me va a dejar salir viva de aquí. ¿Por qué me quiere torturar tanto? No lo entiendo. Sollozo. Mi garganta me molesta como si me fuera a enfermar. Mis lagrimas comienzan a humedecer mis mejillas y parte del cuello.

Mamita ayúdame a salir de aquí. Ayúdame a no rendirme. Dame tu fuerza con esa que luchaste tantos años. No siento el valor ni las ganas de salir de este lugar. Si tan solo sé que mi muerte valdrá la pena para que mi familia deje de sufrir lo haría encantada. Tengo tanta rabia mamá que, si tuviera a Sandy ahora mismo frente a mí y mis manos sin estar atada, yo misma la mato con mis propias manos. Cierro los ojos conteniendo mis lágrimas.

Veo una luz en uno de los pasillos, veo a alguien acercase. Una mujer se acerca entremedio de ese resplandor vestida de blanca. Trae una botella de agua. se coloca en cuclillas y me da un sorbo de agua. trato de mirarla, pero la luz no me lo permite.

-¿Quién eres? -murmuro.

-Eso no importa. Vine a traerte un mensaje importante- expresa, su voz me da tranquilidad y su voz es armoniosa.

-¿Cuál? -indago.

-No todo lo que veas será cierto, no dudes de tu corazón el no miente. Pronto todo esto pasara y lo recordaras como un sueño, pero ahí no quedaran las pruebas. Vendrán más tendrás que aprender a mirar con el corazón- responde.

-Ya no puedo más- susurro.

Mis ojos se van cerrando. Ella se levanta caminando hacia la luz. No quiero que se valla, quiero que me saque de este lugar. Necesito salir contar toda la atrocidad que cometió Sandy con mi padre y conmigo. No quiero que nadie más salga lastimado. Sollozo.

-No te vayas por favor- ruego.

La veo alejarse cada vez más, pero no acude a mi ayuda. Necesito que regrese. Sollozo. Mi corazón comienza a acelerarse y mi respiración se entrecorta faltándome el aire. No puedo resistir un día más. Un pinchazo en el vientre hace que me encoja como una bolita. Cierro los ojos intentado soportar el dolor. Sollozo. Comienzo a temblar de nuevo. Titiriteo. Me voy dejando llevar por el cansancio del cuerpo por los escalofríos que voy sintiendo por mi cuerpo.

El agua fría hace que despierte de golpe. Titiriteo. Veo a Sandy con el balde que acaba de voltear sobre mí. En su sonrisa veo triunfo, maldad y mucha rabia contenida. El escalofrió me recorre por toda la columna. La miro intentando mantener mi compostura, no vea que me siento morir.

-No te vez bien, sabes si Sebastián te viera ahora, así, seguro que se desencantaría- reflexiona.

-Agua... baño- susurro.

-Te vez demacrada, pero si te voy a conceder el deseo. Ya que necesito que estés bien. Tienes que firmar par de documentos y a lo mejor te lleves una sorpresa más tarde o mañana quizás- comenta.

Se aleja por uno de los pasillos. Logro respirar de nuevo. No puedo tenerla cerca, siento que hará cualquier estupidez y termine golpeándome más o termine por matarme. No puede ser que esté enferma, pero como no. Si cada vez que me levanta lo hace con un balde de agua fría. Toso. Me toco la frente con el dorso de la mano. Mis sospechas se hacen presente al sentirme caliente, más de lo normal.

Rendirte JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora