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-Bueno señorita, lo mejor es que lleve la muñequera por varios días. Solo se la puede quitar para bañarse. Por lo menos no tiene una fractura de tener que enyesar el brazo. Solo se lastimo los tendones- explica el doctor. Miro mi brazo está un poco hinchado por el accidente.
-Me duele un poco, no se preocupe seguiré todas sus instrucciones- expreso.
-Bueno, si no baja la hinchazón con los antibióticos tienes que regresar al hospital- aclara. Hago un gesto con mi cabeza aceptando sus instrucciones. Suspiro. No se ve muy bien que digamos, para colmo tuvo que ser la derecha.
-Está bien, anotado en mi cabeza- murmuro. Cada vez que llego aquí es un problema en el que entro, no puedo creer que acabo de aterrizar y ya estoy en el hospital por cuenta un conductor negligente. Hago una mueca de dolor al sentir como el doctor ajusta la muñequera.
-Es normal -ajusta la última tira- vamos para darte los papeles del alta. Los resultados de las placas de la cabeza salieron bien. No tuviste golpe, ni contusiones. Tampoco ninguna cortadura, nada que preocuparse señorita- explica los resultados. Me ayuda a levantarme de la camilla y me pongo las zapatillas para seguir al doctor que me espera en la puerta. Sigo detrás de él para no perderme. Teno que decir que el doctor esta redondito y tiene lentes. En las novelas los doctores son guapos, pero la realidad es otra. Al llegar a recepción me encuentro con paco, el chofer de Miranda.
-¿Cómo se encuentra? -me pregunta un tanto preocupado.
-Estoy bien, nada de qué preocuparse Paco- respondo con una sonrisa para quitarle la preocupación. Me volteo para ver al doctor en el mostrador que firma un documento. Me lo entrega y listo, puedo salir del hospital.
-Ya tengo las maletas en la cajuela del automóvil, cuando quieras nos podemos ir, señorita- comenta paco. Me agarra por el antebrazo para salir del hospital. Al llegar al auto me ayuda a montarme en la parte trasera para que vaya más cómoda.
-¿Mi papá se enteró del accidente? -pregunto.
-Sí, le tuve que decir para poder venir a recogerla, se quedaron preocupados. Al enterarse de que tuvo un accidente, pero logre convencerlos de que la esperaran en la casa- explica.
-Entiendo- pronuncio. Miro por la ventanilla que está ocultándose el sol entre los edificios. Hoy lo vuelvo a ver desde la discusión que tuvimos en mi habitación. Después de ese día se fue al hotel de mi padre y de ahí lo último que supe es que regreso aquí. No he recibido ni una llamada, ni un texto, absolutamente nada. suspiro. Porque están cobarde. Es que por un simple desamor él se vaya a cerrar en sí mismo. Al llegar a la casa de mi padre, me bajo sin ayuda de Paco. Al abrir la puerta me encuentro con los cuatro sentados en la sala.
-Hija- es lo único que sale de sus labios. Se acerca y me inspecciona antes de darme un fuerte abrazo. Al separarme de mi padre, mis ojos se van directo al vientre de Miranda, esta redondita. Sonrió. Ya debe tener entre ocho meses a nueve. Me acerco y lo primero que hago es tocar su barriga que esta grande. Le digo una que otra palabra a mi hermano. Si hermano se enterraron hace un mes.
-Estas más hermosa- le digo al abrazarla. Miro hacia el lado para encontrarme a Carmela esperando por su abraza. Me separo con cariño y me abrazo a Carmela.
-Qué bueno que no te paso nada- susurra. Me separo de Carmela y siento como me agarran el antebrazo. Arrugo la frente. Al voltearme me encuentro con Sebastián. Me da un beso en la mejilla y me sonríe. Mis ojos se agrandan por la impresión de su actitud.
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Rendirte Jamás
ספרות נוער¡Detente! Segundo libro de la historia de !Prohibido!, la continuación de "¡Jugar con Fuego!", no comiences a leer esta historia si no has leído la anterior. Te habrás perdido detalles sumamente importante para poder entender "Rendirte Jamás". Est...