Capítulo 44: El Túnel

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*NARRA LEO*

-Vale, tenemos que ir a Nueva York. Por allí cerca tengo material de investigación y es necesario para que avance en la investigación- dijo Adam.

-Lo que tu digas- respondí sin más.

-¿Aquella de allí no es Natalia?- preguntó Adam secándose sudor con la manga de la camiseta.

-Creo que si, ¡Natalia!- grité para que mirara hacia nosotros.

-¡Leo, Adam! Que bien que seguís vivos- dijo emocionada pero a la vez triste.

-¿Qué te pasa?¿Dónde está Martina?- pregunté provocando que empezara a llorar.

-Ella...Ella se suicidó para que yo viviese- dijo Natalia echándose las manos a la cara.

-Eh, eh, ya pasó Natalia. No es tu culpa. Ella quería agradecerte todo lo que has hecho por ella, tranquila...- dije abrazándola con todas mis fuerzas.

-¿Has encontrado a tu novia?- preguntó después.

-¿Daisy? No, espero que tenga el mismo destino que nosotros. No quiero morir sin volver a verla- dije mirando al cielo involuntariamente.

-¿Y cuál es vuestro destino? Ya que iré con vosotros tendré que saber dónde vamos- preguntó Natalia.

-Nueva York. Adam tiene allí material de investigación- respondí.

-Hablando de Adam, ¿por qué se tapa un hombro?- preguntó Natalia extrañada.

-Intento huir de Patuxent pasando por un hueco de la muralla otro se araño con la chapa- explique con seguridad de lo que decía.

-Pues que fastidio, lo siento- comentó Natalia.

-Gracias por sentirlo, me ayuda a recuperarme- respondió Adam sonriendo débilmente.

Emprendimos el camino y se hizo de noche antes de que llegáramos.

-Continuemos mañana, podemos hacer guardias para estar seguros- dijo Natalia cansada.

-Me parece bien, yo hago la primera guardia- dijo Adam.

Me iba a dormir pero Adam me llamó.

-Leo, ven. Tengo que contarte una cosa, sobre las investigaciones que estoy haciendo-

-Natalia duerme tú, hoy ha sido un día difícil- dije recordando que tan solo tenía 17 años y hoy había perdido a su hermana de 16.

*NARRA LUCY*

Una horda de caminantes se nos estaba echando encima.  Poco después vimos a un hombre detrás de nosotras, a unos 100 metros. Rebeca empezó a andar hacia él y este pulsó un botón y el túnel se derrumbó.

-¡Rebeca!- grité asustada

No hubo respuesta y evite que el miedo se apoderara de mi.

- Tiene que haber otra salida- me dije sin rendirme.

Algunos caminantes empezaron a llegar y perdía tiempo matándolos. Un minuto después, entrando ya en estado de desesperación encontré​ una rejilla de en la pared derecha, el problema, los caminantes ya habían llegado a la zona. Solo me quedaba subir a los escombros y rezar para no morir.Me subí lo más alto que pude y saqué el cuchillo. Empezé a matar a los que iban subiendo, resistía como podía.

La lucha por sobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora