Capítulo 51: Perdóname, Leam

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*NARRA NATALIA*

Estaba junto a Steven detrás de un coche. Acababan de matar a Leo. Daisy y Hayden habían entrado en uno de los edificios y Tom y Sara habían entrado en el que estaba a la izquierda.

-Tranquila- me dijo Steve, que notó mi nerviosismo.

-Estoy bien- dije apretando con fuerza mi cuchillo, calmándome poco a poco.

-Sera mejor que vayamos al edificio de la derecha para apoyar a Daisy y Hayden- propuse Steve.

-No. No sabemos si nos están incitando a entrar en los edificios para tendernos una emboscada, no sabemos cuántos son. Si lo que digo es cierto estarían en peligro pero si vamos a ayudarlos podemos morir también. Piensa, y luego actúa mientras hablaba me sentí como si tuviera la situación controlada, a lo mejor incluso sería una buena líder.

-¡Qué nadie más entre en los edificios, puede ser una trampa!- avisé rápidamente.

Cuando miré a mi lado vi que Steve ya no estaba. Me asomé por encima del coche y lo vi junto a Leam entrando en el edificio en el que habían entrado Daisy y Hayden. A medio camino vi que se llevó las manos al estómago y se puso de rodillas, Leam lo agarró y lo empezó a arrastrar hacia un lado.

-Yo advertí. Ha sido su problema, yo ya tengo suficiente con cuidar de mi misma- dije ignorando lo que le pudiera pasar

Escuché pasos a mi espalda y me gire rápidamente.

-Tranquila, somos nosotras- dijo Tara, que iba junto a Luciana y Holly, esta última sostenía a JJ.

-Me alegra que estés bien, Natalia- dijo Holly sonriendo.

-Yo también me alegro de que estéis bien- dije abrazándolas.

-Has sabido controlar la situación, te hemos escuchado desde atrás. Pero debemos hacer algo ya. Yo voy a ir a ayudar a Tom. ¿Alguien viene?- preguntó Tara.

-Yo- se ofreció rápidamente Luciana.

-No, quiero ir yo. Aún no he tenido oportunidad de hacer algo útil- dije levantándome.

-Vamos no hay tiempo que perder- dijo Tara comenzando a correr hacia el edificio.

Al entrar había una gran sala, parecía que era un hotel. Escuché a Sara gritar.

-¿Has escuchado eso?- pregunté en voz baja.

-Si, apresurémonos- respondió dirigiéndose a las escaleras.

Mientras subíamos alguien nos disparó por la espalda y le dio a Tara en un hombro. Me giré y vi a un chico negro con una pistola.

-No os quiero hacer daño. Haced lo que ordene y todo saldrá bien- dijo apuntándome.

-Vale, vale- dije guardando discretamente el cuchillo, ya que probablemente no se hubiera dado cuenta de que lo tenía.

Mientras la ayudaba a levantarse, Tara me pasó la pistola.

-Hazlo- susurró.

Agarré la pistola y cogí aire. Me gire y disparé rápidamente, pero solo le rocé el cuello.

-Ahora se que la has liado niñata- dijo apuntándome a la cabeza.

Tara me cogió el cuchillo y fue directo hacia él. Justo cuando lo alcanzó se escuchó un disparo.

-¡Tara!- grité asustada.

Tara se alejó del rival, pude ver que había conseguido clavarle el cuchillo en el estómago. Luego vi que le salía sangre del pecho a Tara. Al instante cayó al suelo. Me acerqué corriendo.

La lucha por sobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora