Capítulo 52: Huída

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UNOS MINUTOS TRAS LA BATALLA

*NARRA LUCY*

Desperté en un puerto. Lo último que recuerdo es que íbamos a empezar a luchar. Había un chico a mi lado. Era de piel morena, pelo rizado de color castaño, y ojos marrones. Llevaba una camisa negra y unos vaqueros azules. Vi que no estaba herida y aún tenía mi cuchillo, así que no podía ser algún enemigo. Aunque debía ser cautelosa.

-¿Quién eres?- pregunté alerta por si me atacaba.

-Soy Aqua, un amigo de Oliver. Me pidió que te trajera aquí para que no te pasara nada-.

-¿Por qué Oliver iba a pedirte eso?- pregunté confusa. Oliver y yo no nos relacionábamos mucho cuando estaba en el grupo.

-No lo sé. Solo hice lo que me pidió-.

Miré alrededor y me di cuenta de que estábamos en el puerto de la propia ciudad, así que debía volver con mis compañeros.

-Bien. Te agradezco mucho que me hayas traído aquí, de verdad. Pero dile a Oliver que si quería protegerme, que se hubiera quedado en el grupo, ya soy lo suficientemente mayor como para protegerme yo solita. Y ahora, me voy a la batalla- dije comenzando a correr.

-Yo voy contigo, no tengo nada mejor que hacer- dijo Aqua siguiendome.

En ese momento me paré y lo tiré al suelo. Intenté clavarle el cuchillo en el cuello pero tuvo reflejos y lo agarró, luego empezamos a forcejear.

-Si te ha enviado Oliver significa que estas del bando enemigo para mí. Así que tendré que matarte- dije haciendo fuerza para intentar matarlo.

-Si Oliver estuviera realmente de ese bando no me habría mandado a protegerte. Así que supongo que estoy de tu lado- dijo sonriendo, parecía que ni siquiera estaba tomándose la situación enserio.

-No intentes engañarme. He vivido mucho tiempo en este mundo, soy una supervivente. Si creyera todo lo que dicen los demás estaría muerta-

-Vale, no tengo más remedio- dijo Aqua.

Después me arranco el cuchillo de las manos y me bloqueó.

-Yo también soy un superviviente, así que no me subestimes. Ahora vamos, nos necesitan.

Le miré fijamente a los ojos, podía ver su determinación.

-Por cierto estas muy floja, en cualquier forcejeo contra una persona perderías. Mejora eso- comentó.

Yo seguí caminando indignada. A medida que avanzábamos veíamos más caminantes, supongo que el ruido los había atraído. Tras matar varios caminantes conseguimos abrirnos paso y llegamos al lugar de la batalla, pero solo había una gran masa de caminantes. Cuando vi que estaban entrando en los edificios me temí lo peor. Empecé a matar caminantes para liberar la furia. Aqua me ayudaba a despejar la zona. Tras avanzar un poco vi un cadáver en el suelo.

-¡Aqua cúbreme necesito ver quien es!-

Le di la vuelta y a pesar de que estaba medio devorado pude reconocer inmediatamente a Leo. En ese momento no podía parar de recordar momentos junto a él y los demás. Cuando me levanté vi a alguien corriendo a lo lejos.

-¡Aqua sigueme!-.

-¡No puedo, estoy rodeado!- gritó preocupado.

Me acerqué a los caminantes que le rodeaban y comenzamos a matarlos. Íbamos bastante bien, pero al matar a uno de ellos el cuchillo se quedó atascado, un caminante venía hacia mi y le pegué una patada para alejarlo. Conseguí sacar el cuchillo pero cuando me giré ya no me daba tiempo a actuar. Entonces el caminante cayó al suelo.

-Ha faltado poco- dijo Luciana sonriendo. Probablemente sería ella la persona que vi corriendo.

-Gracias. Ten cuidado, estamos rodeados- dije mientras los tres juntábamos las espaldas.

-¿Cómo están los demás?- pregunté preocupada.

Luciana se quedó unos segundos en silencio.

-Será mejor que te lo explique luego. En un lugar más tranquilo.

Tras un rato encerrados conseguimos salir del lugar, pero aún nos seguían los caminantes. Al mirar atrás tropecé y Aqua me ayudó a levantarme rápidamente. Por un momento pensé que iba morir. Conseguimos perderlos de vista después de un rato corriendo. Todos estábamos agotados.

-Soy el único que ve a esas cosas más rápidas?- preguntó Aqua.

-La verdad es que cada vez parecen más fuertes y más veloces, quizás estén evolucionando- respondí.

Luciana estaba llorando sentada en el pie de un árbol, sujetando el cuchillo de Tom

-Luciana, ¿qué ha pasado?- pregunté comenzando llorar, suponiendo que solo quedaba ella de todo el grupo.

*NARRA LEAM*

Me costaba bastante correr, llevando la espada de Sara y la palanca de Tom aparte de mis cosas, llevaba más peso que de costumbre. Además la herida que me había hecho en el brazo mientras huía me impedía luchar adecuadamente.

-¿Y qué hago ahora?- me preguntaba mirando alrededor.

Cogí la carta que me había dado Tom por la mañana y la abrí, para corroborar la información que me había dado Oliver.

Leam, si estas leyendo esto es porque he muerto, así que cuidate por mi y por aquellos que han muerto luchando junto a nosotros. Lo que quería contarte es que nuestro padre, un año después de nacer yo, tuvo un hijo con otra mujer. Es por eso que, bueno, te he ocultado todo este tiempo que está vivo porque no quería que se acercara a nosotros. Ha estado años engañando a mamá, nunca podré perdonarlo. Además ese hijo que tuvo....es Oliver (no fue casualidad que se uniera al grupo) , habla con él, lo sabe todo y te explicará lo que necesites. Él sabe dónde está papá. Cuida bien del grupo por mí y por todos los que dieron sus vidas por nosotros. Hasta nunca, Leam.

Cerré la carta y la guardé. Me limpié las lágrimas y continúe caminando, si quería tener respuestas, tenía que encontrar a Oliver. Y también necesito encontrar a Lucy, aunque esté a salvo quiero tenerla a mi lado para poder protegerla yo mismo.

*NARRA OLIVER*

Me subí a un árbol y miré la ciudad. De repente empezó a llover.

-Esto no me gusta, podría resbalar si necesito correr- me decía a mi mismo.

De nuevo me saltaron lágrimas. Intentaba olvidar lo que había pasado, pero no podía. Murió por mi culpa, estábamos al lado de la salida, y no pude salvarla...

La lucha por sobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora