Durmiendo en casa de Josh.-Capítulo 12

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Durmiendo en casa de Josh.-Capítulo 12

Cerré los ojos dejándome llevar por la paz y la tranquilidad. La seguridad que sólo me proporcionaba él. Sentir como el aire chocaba contra mi rostro frenando el mar de lágrimas que caía de mis ojos hace un rato, me resultaba muy placentero. Pero a pesar de la paz que me proporcionaba Josh, lo sucedido con mi padre no se borraba de mi mente. Llega a calcular mal el lanzamiento de esa botella de cristal, y se hubiese estrellado en mi cara, ocurriendo algo grave. No se ha comportado nunca de este modo. No conmigo. Quiero decir, ha llegado a estremos muy agresivos, pero nunca me ha faltado al respeto como estas últimas dos veces, y mucho menos me había lanzado nada. Sopeso la idea de llamar a Fivi para que venga, ella seguramente le mantendría a raya, sin embargo, eso sería muy egoísta por mi parte. Ella tiene una vida, y no debe cargar con el peso de controlar a cada instante lo que hace mi padre.

No sé por donde me lleva Josh, tampoco me inquieta. No sé cuanto tiempo tarda en llegar, pero sí sé que está más lejos de mi casa de lo que lo está la universidad, por el rato que lleva conduciendo.

Tengo curiosidad por ver dónde vive Josh. Me proporcionará algún tipo de información sobre él, que sé que no me daría. Durante toda esta semana, cada vez que sale algún tema referido a lo personal, él simplemente lo evade. Es una persona muy cerrada y tengo curiosidad de cuál es el motivo.

¿Vivirá solo? ¿Cómo será su casa? ¿Grande o pequeña? Y otro tipo de preguntas también se me han planteado como: ¿Qué va a suceder está noche? ¿Va a intentar besarme? ¿Quiero que me bese?

Para la moto y apaga el motor. Es entonces cuando abro los ojos por primera vez. Estamos justo al otro lado de la ciudad de donde yo vivo. Reconozco la zona, pero no frecuento por aquí. No es la parte más rica de la ciudad, pero tampoco es de clase baja.

Ha parado frente a un alto edificio, que parece bastante moderno y elegante. Saca sus llaves y abre la puerta del portal dejándome pasar a mi primero. Cuando entro quedo impresionada por la decoración y la clase de este edificio. Hay una recepción con una mujer de unos treinta y cinco años, hay varios sillones de cuero negros contrastando con las paredes completamente blancas.

-Buenas noches, señor- le dice con una sonrisa la mujer de la recepción.

-Buenas noches, Heather- le responde Josh.

Subimos en el ascensor complétamente callados hasta la planta diez. Se dirige a una de las tres puertas que hay en el rellano, igual de elegante que la planta baja, y la abre dejándome paso. El recibidor es sencillo pero con una decoración con tono vintage. A mi derecha hay una gran puerta abierta dejándome ver que se trata de la sala de estar. Y a mi izquierda hay un corto pasillo con dos puertas haciendo esquina, donde supongo que habrá más habitaciones.

-Dame tu chaqueta y pasa al salón- me dice.

Le doy la chaqueta y entro al salón viendo que también tiene un rollo vintage. Me siento en un sofá negro con forma de L, y en un par de minutos, Josh se sienta a mi lado.

-¿Has podido hablar con tu hermano?

-No. Está en un concierto con una amiga, no habrá escuchado el teléfono.

-¿Quién estaba formando ese alboroto dentro de tu casa?- me pregunta fijando su mirada intensamente en mí.

-Mi padre...- digo desviando la mirada.

-¿Tu padre? ¿Por qué?- dice con un tono de voz sorprendido y preocupado a la vez.

-Es alcoholico.

-¿Te pega?- dice entre dientes.

-No. ¿Podemos no hablar de esto?- digo ahora mirándole.

Él acepta a regañadientes, y mantenemos una conversación animada sobre desde cuando práctico skate.

My last hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora