Pesadillas.-Capítulo 27

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Pesadillas.-Capítulo 27 

Me despierto exaltada, con falta de aire en mis pulmones, sudando y con mi cuerpo complétamente tembloroso, debido a la angustia, el pavor inmenso, la presión en el pecho y las mejillas empapadas de lágrimas que me producen la misma pesadilla de siempre.

Al parecer ya no me salvo de esas imágenes atroces cuando estoy bien con Josh, sino que parecen, únicamente, desaparecer cuando le tengo cerca.

Me levanto de un salto de la cama (la que también está húmeda por mi sudor y mis lágrimas) y voy a al baño para darme una larga ducha, pues me he despertado unos minutos antes de que sonase mi alarma.

Intento olvidar la pesadilla y centrarme en el hecho de que es el primer día de semana y que mañana debo presentar el corto junto con Matt y Dylan.

En el momento en el que salgo por la puerta de mi casa, mi día mejora al ver a Josh, de espaldas, esperándome apoyado sobre su moto para llevarme a la universidad. Conforme me voy acercando, me doy cuenta de que él todavía no se ha percatado de mi presencia. Cuando llego a él, presiono la palma de mi mano en su hombro, haciéndolo girar. Un notable corte en el labio inferior, donde se puede ver un poco de sangre seca, es lo que hace que pierda mi sonrisa.

-Josh, ¿qué te ha pasado?- pregunto sin quitar la vista de sus labios.

-Nena, ¿confías en mí?

-Sí, pero...

-Pero nada. Te prometo que sólo ha sido un mal golpe.

-Está bien- digo resoplando- Pero algún día vamos a tener esta conversación- le aseguro.

-De acuerdo. Ahora es cuando tú me lo curas con un beso- dice con una sonrisa arrogante.

Snrío y me acerco a él. Me pongo de puntillas mientras rodeo su cuello con mis manos e inclino su rostro hasta que llega a la altura del mío, y le beso lo más suave que puedo, con cuidado de no hacerle daño. A pesar de ser muy delicado, ese beso produce chispas en mi interior. En realidad, él enciende esa llama dentro de mí. Es esa pequeña esperanza que me inspira a olvidar mis problemas y deshacerme de mis demonios internos.

-Yo seguiría así por más rato, pero tú tienes clases a las que asisitir- dice con voz ronca y una sonrisa arrogante, cuando se aparta de mí.

-Claro, vamos- digo ruborizada.

-Sigo diciendo que me encanta cuando te sonrojas- dice subiéndose a la moto.

La mañana se me pasa bastante rápido, y enseguida me veo sentada en la mesa de la cafetería de la universidad con mis amigos.

De repente, recuerdo algo, y me giro en la dirección de Matt, que se encuentra a mi izquierda, y le apunto con el tenedor.

-¡Tú! Ya me estás contando qué es lo que pasó el sábado en la cita con Ali.

-Pues la fui a buscar a su casa. Estaba preciosa- dice con una radiante sonrisa- La llevé al cine, vimos una comedia. Pero creo que me hicieron más gracia los comentarios de Alison que la película en sí. La llevé a cenar, y realemente lo pasé genial.

-¿Y eso es todo? ¿No la besaste? ¿Ni siquiera le pediste otra cita?- le pregunto, deseando más.

-Cuando la llevé a su casa, me bajé del coche y la acompañé hasta su portal. Me despedí con un beso en la mejilla porque estaba asustado, no sabía si me iba a rechazar o no. Nunca he tenido esa timidez, Less. Conforme me alejaba, me arrepentía más, así que me giré y la llamé, ella se giró y me miró con interrogación. Me acerqué a ella y la besé suavemente con miedo de que me apartará. Sin embargo, ella me respondió de muy buena gana, y teniendo ella la iniciativa- dice ligeramente sonrojado.

My last hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora