Marido y mujer.-Capítulo 46

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(Leer nota del final, por favor. Es importante)

Marido y mujer.-Capítulo 46

Después de lo sucedido con Mark, los gritos de Josh y su enclaustramiento en aquella habitación que no sé lo que se encuentra en su interior, me fui sola a la cama, y de hecho Josh no vino hasta las tres de la madrugada. Los siguientes días Josh ha estado algo distante, pero a la vez, más posesivo de lo habitual. Cada día me ha repetido que no puedo quedar con Mark bajo ninguna circunstancia. A pesar de que esté así, creo que estamos bastante bien en la especie de relación que tenemos. Aunque ya han pasado seis meses, y él no parece tener inteciones de pedirme que formalicemos la relación.

Hoy era el gran día. Hoy se casan Fivi y mi padre. He estado pensando mucho en esto, y supongo que ahora Fivi se convertiría en mi madrastra o algo por el estilo. Creo que no puedo llegar a verle como una madre, y menos como madrastra, esa palabra suena cruel, y Fivi es todo lo contrario. Aunque en realidad, Fivi ha sido lo más cercano y parecido a una figura maternal que he tenido en estos últimos quince años. Si algo tengo claro, es que no podría tener una madre mejor, y estoy segura de que si ella tuviese un hijo, sería una mamá estupenda.

Me levanto de la cama y salgo disparada al baño para ducharme. En unas horas será la boda y yo tenía que prepararme, y también ayudar a Fivi. Cuando salgo de la ducha, me enrollo una toalla en la cabeza, y otra sobre mi cuerpo. Voy a la habitación de Jack, donde solo se encuentra Fivi durmiendo. Me acerco hasta la cama, y me siento en el filo de ésta.

-Fivi -la llamo agitando suavemente su hombro- Fivi, despierta. Hoy te casas.

-Deja de decir tonterías, Less -me responde sin abrir los ojos y hundiendo la cara en la almohada.

-Claro, tú hoy no te casas y yo estoy embarazada -le digo irónicamente haciendo que levante la cabeza y me mire con los ojos desmesuradamente abiertos.

-¡¿A caso no sabes utilizar pr-

-¡Qué no estoy embarazada! -la interrumpo- Pero tú sí que te casas hoy.

-Joder, es verdad. No me acordaba -dice pasando sus manos por su cara.

-Corre al baño a darte una ducha -le presiono.

-No me metas prisa que ya voy.

Sale de la cama y luego desaparece por la puerta de la habitación. Mientras está en la ducha, preparo en mi habitación todos los potingues, maquillajes y de más,  para arreglarnos ambas.

Fivi, en cuanto sale del baño y entra en mi habitación,  lo primero que hace es poner el CD de Dirty Dancing, para relajar los nervios.

Primero me maquilla ella a mí, con una fina línea negra casi imperceptible sobre el ojo y sombra azul sobre el párpado. Dejamos que mi pelo se seque, y me lo pone hacia un lado por detrás, sujetándolo con un par de orquillas, y en la parte del pelo más cercana de la cara, me hace un par de ondulaciones. Después, soy yo quien maquilla a Fivi, únicamente con rímel, una suave sombra color crema y algo de colorete. Con su pelo no hay mucho que hacer, así que sacamos el precioso vestido, y se lo pone.

Al final se decantó por el blanco roto como color, no demasiado reluciente pero tiene brillo en la parte del corsé debido a la pedrería sobre el encaje. El escote es en forma de corazón y en los bordes de éste lleva bordadas unas pequeñas perlas transparentes pero cuando les da la luz producen un ligero brillo de muchos colores. En la unión del corsé con la falda, hay una fina hilera de las mismas perlas que el escote. La falda del vestido es de tul y pomposa, aunque no demasiado abultado. Tiene una cola larga, con puntillas en los bordes acompañadas de pequeños abalorios de pedrería, que se une con el velo, que es del mismo color que el vestido, aunque de una tela muy sencilla y semitransparente.

My last hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora