El reto irlandés.-Capítulo 18

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El reto irlandés.-Capítulo 18

He pasado toda la semana evitando todo tipo de mensajes y llamadas por parte de Josh. En muchas ocasiones he deseado contestarle, para verle y besar de nuevo sus labios, y también alguna vez he tenido el ánimo decaído. Pero me tiene que dar igual, esto pronto desaparecerá, será una persona que habrá pasado por mi vida y que me atraía, pero nada más. Porque esto se me va a pasar, porque solo me atrae, no le quiero ni nada por el estilo. Nunca he querido, de verdad, a un chico y Josh no va a ser el primero.

Después de haber comido con mi hermano, decidí tumbarme en mi cama, donde todavía estoy. Para ser viernes, es lo mejor que se me ha planteado.

A eso de las seis de la tarde, Noa me llama.

-Hola Noa.

-Hola, Less. Te quiero a las siete en la entrada del parque Grange.

-Mm, vale- digo todavía, un poco, desconcertada.

-No vengas en chándal- dice ya previniéndome.

-Pero, ¿qué vamos a hacer?

-Te invito a cenar. No llegues tarde.

Y antes de que pueda negarme, ya me ha colgado el teléfono.

Me cuesta unos segundos reaccionar. Debo darme prisa si quiero llegar, esa zona de la ciudad está un poco lejos, y como no viene a buscarme, tendré que coger el autobús.

Me ducho lo más rápido que puedo, y me visto con unas mallas negras, una camiseta ajustada blanca, una camisa roja y negra abierta, unas botas negras planas e informales, una bufanda y un gorro grises, y por último cojo un bolso negro de cuero sintético metiendo mis cosas. Me pinto un poco, velozmente, y salgo corriendo. Cuando salgo a la calle el frío me cala en la zona del cuello . No me ha dado tiempo a secarme el pelo, y la parte que no cubre el gorro se me hiela. Lo cubro con la bufanta y voy directa al bus. 

Cuando bajo de éste, corro un par de calles hasta llegar a la entrada del parque. Afortunadamente Noa no ha llegado todavía, odia la impuntualidad. La espero con los auriculares puestos, escuchando "Runaway" de Avril Lavigne.

Al cabo de un par de minutos, alguien me quita el auricular derecho, y sin dejar girarme para verle me susurra:

-No deberías salir con el pelo mojado, podrías resfriarte.

Cuando me giro puedo observar al dueño de la voz grave que me ha susurrado, que ya había reconocido, únicamente por las vibraciones que ha mandado a mi cuerpo.

Me quedo hipnotizada mirando esos ojos grises, que hacía tantos días que no veía. Perdida, y disfrutando por un momento de ese brillo tan singular y especial que tiene en sus preciosos ojos, Josh.

-¿Co..Cómo sabías que estaría aquí?- pregunto reaccionando, por fin.

Me cuesta pronunciar las palabras, pues, repentinamente, se me ha secado la boca.

-Porque Noa me lo dijo. No has quedado con ella, sino conmigo.

En una décima de segundo paso de la sorpresa a la furia. Más le vale a esa mujer tener una buena explicación para tenderme esta esmboscada, porque sino le faltará Mullingar para correr.

-¿Y qué te hace pensar que no me voy a ir por donde he venido?

Estoy roja de la furia. Él suelta una grave carcajada, lo que hace que me cabreé aún más.

-¿Qué?- le espeto.

-Que estás muy graciosa cuando te enfadas- dice con una sonrisa.

Doy media vuelta dispuesta a irme de ahí. No pienso sorportar ninguna estupidez más, ni su odioso egocentrismo.

My last hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora