Sorpresas.-Capítulo 39

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Sorpresas.-Capítulo 39

-Hoy quiero trabajar el sentimiento de felicidad. Como el otro día, lo expresaréis con vuestras palabras y luego trabajaréis sobre el lienzo- nos anuncia la profesora Evangelyn.

De nuevo me encuentro al comienzo de otra semana. Ha sido un fin de semana interesante y entretenido. Se ha basado en estar con Josh y Dylan, con los que me lo he pasado genial, y he disfrutado de ver a ambos reír juntos.

-Para mí, la felicidad- comienza Matt a explicar- es encontrar a la persona indicada. Felicidad es ver a esa persona sonreír por ti, y felicidad es verla fruncir el ceño cuando te metes con esa persona y luego hacer que te perdone con un beso.

Matt, desde que tuvo esa cita con Ali en la que le pidió que fuera su novia y ella aceptó, está diferente. Se le ve más alegre, y he de decir que también algo más cursi.

-Bien, Woods. Es su turno, Hudson. Y espero que no diga ninguna sandez como las de la semana pasada- le pide Evangelyn.

-Para mí, la felicidad es tumbarme en el sofá a ver un partido de rugby, mientras me bebo una cerveza y como pizza con mis amigos. Los amigos para mí, es lo más importante, porque son los que me dan la felicidad.

-De acuerdo, parece que está usted hoy más racional- le felicita Evangelyn- Silver, su turno.

-Para mí, la felicidad es ver como todas las piezas de mi vida encanjan. Ver como todo, o casi todo se arregla en mi vida, y todo aquello que ansías, llega a tu vida y sucede. Para mí, es saber que has escogido el buen camino y que a través de éste puedes llegar a la meta en la que todo puede ser estable, y puedes salir de un pozo lleno de oscuridad y agonía.

Y así es realmente como me sentía. Todo parecía mejorar en mi vida, Josh parecía mejorar en nuestra "relación". Poco a poco va dejando de ocultarme las cosas, y cada vez parece comprometerse un poco más conmigo.

Plasmo mis palabras sobre el lienzo mediante un bonito y tranquilo paisaje. Es un gran prado donde predomina el color verde de unas altas hierbas. Al final de éste, hay una bonita casa, donde parece reinar la felicidad y la paz. Esa es la meta, y para ello solo hay que atravesar un riachuelo con altos juncos, por donde el agua baja con fuerza. El último obstáculo, que en mi vida está representado por la figura de mi padre.

-Querida- me sobresalta Evangelyn, apareciendo a mis espaldas- he estado hablando con Pierre sobre los cuadros que has estado dibujando después de la anterior exposición. Me pidió venir a verlos cuando tú estés presente, para (seguranente) preparar una segunda exposición.

-¿En serio?- pregunto emocionada.

-Claro que sí, querida.

-¡Vaya! Pues cuando él esté disponible,  yo lo estaré.

-Este mismo jueves.

-De acuerdo- acepto.

¡Vaya sorpresa! Una segunda exposición.  Esto es increíble, no lo esperaba.

***

-¿Hoy no ha venido Noa?- pregunta Dylan, metiéndose un brownie a la boca.

-Sí, por ahí viene- digo señalando la puerta de la cafetería de la facultad por la que acaba de antrar mi mejor amiga.

-Hola chicos- dice Noa con una sonrisa nerviosa, sentándose en la mesa a mi lado, frente a los chicos.

-Hola- le saludamos.

-Soy lesbiana- dice de repente Noa, sorprendiéndoles.

-¿Cómo? - pregunta Dylan confuso.

-Que me gustan las chicas. Que me tiran más dos tetas que un buen rabo- dice bruscamente, tal y como es ella.

My last hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora