My last hope

Feliz no cumpleaños.-Capítulo 43

Feliz no cumpleaños.-Capítulo 43

El rostro de Josh palidece un poco más de lo que ya lo estaba. Abre la boca para decir algo, pero que nunca llega a salir. Intenta buscar la mejor forma de escusarse ante mí, pero fracasa en su busqueda. Fracasa también en su promesa sobre dejar las peleas, y fracasa, una vez más, en nuestra relación.

Quiero preguntarle si está bien, siento el impulso de ir corriendo para acariciarle y besarle hasta que las heridas desaparezcan. Sin embargo, las intensas ganas que tengo de gritarle y pegarle son mayores.

-¿Por qué? -pregunto en un suspiro de decepción.

-Nena, yo... yo...

-¿Tú qué? Con esto consigues demostrarme que tus promesas no valen nada. Me dijiste que lo habías dejado. Me mentiste, otra vez.

-¡Las dejé! Te juro que lo hice.

-Por las heridas de tu cara, no parece eso.

Es entonces cuando derramo mi primera lágrima, por la decepción. Porque yo creía que íbamos avanzando, pero siempre tiene que dar un paso atrás.

-Ha sido la última. No gano suficiente, tú lo sabes. Y este piso no se mantiene solo. Me llamó Emmet y me dijo cuánto podría ganar con esta pelea. Lo necesitaba, nena. Era mucho dinero, y lo he ganado.

-¡Me da igual, Josh! Te dije que encontraríamos la manera, pero no has contado conmigo. Nunca lo haces- sin poder evitarlo, un sollozo sale de mi garganta.

Hago mención de salir de la sala de estar, pero Josh me frena, cogiéndome de la muñeca.

-Por favor, nena. No te vayas, no me dejes.

Sus ojos se cristalizan, pero no llega a derramar ninguna lágrima. Aún así verlo de esta forma me rompe por dentro. Se ve tan vulnerable, más de lo que nunca lo había visto antes. Pero no puedo más con esta situación, me veo metida en toda su mierda de alguna manera, juntándose con lo mío, y poco a poco me está destruyendo y matando.

-¿Sabes qué pasa, Josh?- le digo dejando caer lágrimas desde mis ojos hasta llegar a caer a mi pecho- Si tú saltas yo salto. Si tú te quemas yo ardo. Si a ti te pegan un tiro, yo sangro. Pero ya estoy harta. Harta de continuar con todo esto que sólo me hace daño. Josh... yo te quiero, pero ese querer duele, y no poco.

-¡Yo no puedo ser el novio perfecto! No voy a regalarte flores cada día, ni te voy a comprar bombones. No voy a llevarte a la cama el desayuno mejor preparado de la historia porque no sé. No voy a vestir de punta en blanco cada día y a cada hora. No le voy a mostrar mi mejor sonrisa a tu padre aunque no la merezca. No voy a cambiar mi Yamaha por un Porche, ni mi chupa de cuero por un polo amarillo. ¡Yo no soy el tío perfecto ni lo seré!

-¡Pero es que yo no quiero eso! Yo no necesito a un tío que se crea que mea colonia. Yo te quiero a ti, pero no puedes esperar que me adapte a algo como las peleas, porque no soy capaz. Y si de verdad piensas eso, es porque en realidad no me conoces tanto como creía.

Josh se queda callado, y veo como cada vez esas gotas saladas que tanto odio  les tengo, se van acumulando más y más en sus ojos. A diferencia de las mías, que ruedan por mis mejillas sin control alguno.

Me deshago de su agarre en mi muñeca, y me dispongo a recorrer el pasillo. Pero a mitad de camino me paro, y sin girarme le digo con la voz rota:

-Pero lo que más me jode de todo esto es que me hayas mentido. Que hayas roto tu promesa, ahora que pensaba que tus promesas tenían valor alguno.

-Hay una promesa que no voy a incumplir, y es que nunca dejaré de quererte. Porque eres la persona que más me importa, y aunque suene egoísta, te quiero para mí solo y para una eternidad.