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A las nueve y veinte de la mañana Ty y yo estábamos en la habitación de Fran.

-Pórtate bien ¿Eh?-

-Sí, pá-

-Sé amable y no te olvides de agradecerle a tu tía Paola-

-Claro que sí-

-Debes ayudarla en todo lo posible-

-Sí, lo sé-

-Y...-

-¡Ya lo sé pá!- rio Ty.

-Bueno, Ty. Sólo era un pequeño recordatorio- sonrió Fran –Diviértete con tus primos-

-Ajá-

-Ya deberían de...-

Como si hubieran estado esperando esa señal para llegar, el tío de Ty y sus primos entraron a la habitación.

-Hola tío Fran- saludaron dos chicos al mismo tiempo.

Mientras ellos y el tío de Ty agitaban la mano desde la puerta, un enano salió volando hasta llegar a la cabecera y abrazar a Fran.

-¡Hola Mariano!- saludó Fran -¡Cuánto has crecido!-

-¡Crecí tres milímetros!- sonrió emocionado.

Ty y yo reímos.

-¡Wow Mariano! Eso es un montón, pronto serás tan alto como tu mamá-

Vi a uno de los primos de Ty blanquear los ojos. Supuse que era Hernán. Era muy alto, me llevaba una cabeza. Tenía el cabello negro en punta con ojos cafés oscuros, profundos.

En cambio su hermano, Joel, tenía el cabello negro peinado al costado y ojos cafés claros, con un poco de verde al borde de la pupila.

-Bueno, genial verte tío. Espero que te mejores pronto- se despidió Joel.

-Adiós chicos, que la pasen bien-

Ty abrazó a su papá y me despedí de Fran.

Mientras caminaba al lado de Ty hacia el ascensor el pequeño Mariano se me acercó y paró en frente mío.

-¿Eres la amiga de Ty?- preguntó mientras sonreía mostrándome el hueco que le había dejado un diente de leche.

-Sí, hola- sonreí.

-Y ahora eres mi amiga- afirmó mientras iba a mi izquierda y me agarraba la mano.

Ty rio.

-Che Mariano, déjala vivir en paz. Sos un cargoso- dijo Hernán.

-Lo dices porque quieres que sea tu amiga, pero ahora es mi amiga y no será tu amiga- lo dijo con una velocidad increíble, por lo que tardé un poco en entender lo que dijo.

Reí.

Hernán volvió a blanquear los ojos y subimos al ascensor.

Mientras bajábamos el tío de Ty me habló.

-Hola, tú debes ser Diana, un gusto-

-Igualmente- dije estrechando su mano.

Bajamos en la planta baja y fuimos a la recepción.

-¡Oh Ty!- sonrió emocionada la enfermera Susi –Te vamos a extrañar mucho. Espero vuelvas por acá, claro que esta vez a visitarnos y visitar a tu padre mientras esté aquí-

Ty sonrió.

-Claro que vendré, muchísimas gracias Susi-

-Acá está la mochila que preparamos con tus cosas. Adiós cariño-

Susi salió del mostrador y lo abrazó.

Mientras Ty correspondía su abrazo Susi le susurró algo al oído. Ty se sonrojó al instante y asintió.

-Vamos chicos- dijo su tío acercándose a la puerta.

Seguimos caminando. Yo guiaba a Ty mientras recorría la sala de espera en dirección a la salida.

Mantuve la puerta abierta mientras él salía y noté una pequeña sonrisa al respirar el aire fresco.

Lo ayudé a bajar las gradas y al llegar al auto de su tío lo ayudé a subir.

-Abróchense los cinturones chicos- pidió su tío.

Todos le obedecimos y el auto partió.

-¿Podemos ir por unos helados, tío?-

-Me temo que no, Mariano. Tengo firmes instrucciones de dejarlos sanos y salvos en casa de tu madre en exactamente diez minutos, y creo que ir a la heladería demoraría mucho tomando en cuenta que siempre insistes en probar todos los sabores antes de elegir uno-

-¡Todos deberían hacerlo! Así estoy seguro al cien por cien del sabor que quiero- se excusó.

-Quizás vayamos a la heladería después, peque- dijo Joel.

-¿Me lo juras?-

-Dije quizás, si te portas bien...-

Mariano hizo un gesto de cerrar su boca con un cierre y sonrió.

Hubo un rato de silencio.

-¿Cómo se conocieron?- preguntó el tío de Ty, mirándonos a ambos por el retrovisor.

-Coincidencia- dijimos los dos.

-¿Cuántos años tienes, Diana?-

-Quince-

-Ja- se burló Hernán –Si todavía sos una beba-

-Uy perdón, testigo de dinosaurios, hijo de Tutankamón- dije burlonamente.

Todos rieron y Hernán se me quedó viendo sin expresión desde el asiento delantero para luego darse la vuelta de nuevo.

-Supongo que este año cumplirás dieciséis- dijo Joel.

Asentí.

-¡Yo ya cumplí siete éste año!- dijo orgulloso Mariano.

-Genial ¿Hiciste una fiesta?- le sonreí.

-¡Sí! Invité a todo mi curso y jugamos en el patio de mi casa-

-Debiste pasarla bien-

-¡Fue genial! Mi mamá me regaló un juego de mesa-

-Supongo que te gustó-

-¡Me encanta ese juego! Pero mis hermanos no quieren jugar conmigo, y se juega de a tres mínimo. Pero pueden jugar seis ¿Jugamos?-

-Quizás sería divertido-

Ty asintió.

-Podría ser-

-Ya veremos ¿Eh, peque?- dijo Joel.

-Será genial- afirmó.

-Bueno chicos, servidos- anunció el tío de Ty –Diviértanse y llámennos cualquier cosa-

-Gracias- dije mientras bajaba del auto y ayudaba a Ty con su mochila.

-Hasta luego, tío. Gracias- se despidió Ty.

-Nos vemos mañana- se despidieron los demás.

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*Hasta aquí el capítulo de hoy chicos!!

Bueno, vi los comentarios sobre mis propuesta y estamos de acuerdo así que intentaré subir doble capítulo cuando éste sea muy corto;)

Muchas gracias por todo chicos!!

Por favor sigan comentando, compartiendo y votando y...

Los amo!!<3

Hasta el próximos capítulo!!:) <3*

No me mires así  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora