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Estaba sentado en el comedor, charlando con Hernán. Él se había disculpado conmigo en la mañana y también le pedí disculpas, dimos el tema por cerrado y todo había vuelto a la normalidad, como en todas las peleas que teníamos.

Joel acababa de llamar a los chicos para invitarlos al té. También invitó a Sara y Hernán se negó a invitar a sus amigos, dijo que vendrían al día siguiente y que no les interesaría tomar el té.

Tocaron a la puerta y Joel fue a abrir.

-Hola- escuché a Juli caminando hacia nosotros -¿Cómo están?-

-Hola- respondimos Hernán y yo.

-Ya vuelvo chicos, voy a recoger a Sara, está a unas cuadras- se despidió Joel.

Salió de la casa y nosotros seguimos charlando.

-Oigan ¿Qué les parece un partido?- escuché la voz de Mariano de la nada.

Mariano nunca hacía ruido al moverse, por lo cual para mí era muy difícil saber cuándo llegaba y cuándo se iba.

-No, Mariano. Mañana ¿Dale? Mañana vendrán mis amigos y jugaremos con vos y con Dian-

Hernán me había contado que la invitó a la casa el miércoles, quería presentarla a unos amigos...

-¡Genial! ¿Seguro, no?-

-Fija-

-Oye Ty- dijo Juli.

-¿Sí?-

-¿Sabes cómo les fue a Tris y a Dian?-

Empecé a contar hasta cinco en mi mente.

-No ¿Tú sabes?-

-¡No me contestó el celular! Quería saber si vendría, y ni si quiera se molestó en contestar-

-Estaban en el cine, Juli. No te podía contestar- sonreí.

-Oh... ¡Pero ya debió salir de la película, y ni me devolvió la llamada!-

-Bueno, sea como sea Tris y Dian si vendrán. Mauri también, aunque se atrasará un poco por su entrenamiento de básquet-

-Muero de sed. Che, ¿Quieren refresco? Voy a la cocina- escuché a Hernán levantarse del asiento.

-Sí, por favor- dijimos los dos.

-¡Yo quiero pan con mermelada!- chilló Mariano.

-Pues prepáralo, no lo haré por vos. No seas flojo-

-Bueno, bueno. Voy yo-

Supuse que los dos se fueron a la cocina.

-Ty... ¿Todo está bien con Hernán?- preguntó Juli en un susurro –Ya sabes... Anoche...-

Asentí.

-Sí, todo está bien-

La puerta de entrada se abrió y Joel nos saludó.

-Hola chicos-

-Hola-

-¡Hola!- escuché la voz de Sara -¿Todo bien?-

-Sí, gracias. ¿Y tú?-

-Todo bien, ensayo tras ensayo- escuché que los dos se sentaban a la mesa en frente a nosotros.

-¡Pará, Mariano!- escuchamos desde la cocina.

A continuación escuchamos el sonido de un vidrio roto.

-Ay, no. No la vajilla de mamá- dijo Joel preocupado, por el ruido supuse que corrió a la cocina.

-Deberíamos ir a ver qué pasa...- dijo Juli.

No me mires así  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora