No me mires así (COMPLETA)

D

Después del colegio Mari fue a almorzar conmigo a la casa de mi tía.

Los adultos comían en el comedor, mientras que nosotras comíamos junto a Luan en su habitación. Ella no podía subir al comedor.

Le conté a Luan sobre Vanessa en tanto almorzábamos.

-¡Sí que está loca esa chica!- dijo Luan frunciendo el ceño.

-¡Yo quedé en shock cuando me lo contó! ¿Qué rayos le pasará?- dijo Mari.

Me encogí de hombros.

-No lo sé, pero mis papás quieren hablar con los suyos-

-Y está bien, enana. Tienen que saber lo rara que es su hija- contestó Luan.

Seguimos charlando hasta las cuatro.

Al salir del colegio Mari y yo habíamos quedado en salir con los chicos, íbamos a ir al cine.

Fabri y Cris también querían ir, pero tenían que pasar clases de apoyo de matemáticas después del colegio.

Mis papás nos dejaron en la entrada del cine.

-No te olvides preguntarles ¿Sí?- me recordó mi mamá al despedirse.

Asentí.

-No lo olvido-

Mientras entrábamos a encontrarnos con los chicos molesté un poco a Mari.

-¿Qué te parece Mauri?- pregunté dándole unos codazos amistosos.

-¿Mauri? Es genial, me cae muy bien- sonrió.

-¿En serio?- pregunté devolviéndole la sonrisa.

-Sí, es genial. ¿Te digo algo? Juli es muy lindo, me hace reír mucho. Creo que podría gustarme-

Mi sonrisa empezó a borrarse.

-Oh... Okey-

"Rayos Mari, ¿Qué no notaste lo raro que se pone Mauri a tu lado?"

Nos encontramos con los chicos, y tal como lo había visto en la película, Mauri siguió dedicándole miradas furtivas a Mari.

"Oh, Mari. Te daría una medalla por distraída. En realidad dos, otra por si la pierdes"

Mientras dábamos unas vueltas con el pochoclo para hacer hora hasta que empiece la peli, charlamos animadamente.

Nos reímos mucho.

Al llegar la hora de entrar a la sala de cine apenas nos quedaban la mitad de los pochoclos.

Tris se sentó a mi izquierda y Juli a mi derecha, después se sentó Mari y a su lado Mauri.

La película era cómica, tanto que Juli tuvo que irse un rato de la sala por reírse tanto que hizo caer los chocolates.

-Voy a comprar más- dijo mientras se paraba e iba a la salida.

Mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo y vi el nombre de Hernán en la pantalla.

Me levanté y salí de la sala mientras contestaba.

-¿Hola, Hernán?-

-Hola linda, ¿vendrás mañana? Quisiera que pasemos la tarde ¿Dale?-

-Jum... No puedo, lo siento. Tengo entrenamiento de volley-

-Oh, vamos ¿A qué hora?-

-A las cuatro, hasta las cinco y media-

-Voy a recogerte ¿Dale? Vamos, Dian-