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Después del colegio Juli, Tris, Mauri y yo nos fuimos caminando. El bus escolar estaba repleto los viernes, por lo que era más rápido ir en taxi.

Dian y Mari tendrían el partido a las tres y media, saldríamos de la casa de Tris a las tres menos veinte para llegar a tiempo.

Al llegar a la casa de Tris almorzamos junto a sus padres, charlando de todo un poco.

Terminamos el almuerzo y ya eran las dos y media, por lo que tuvimos que salir volando a conseguir un taxi.

Cuando subimos al taxi los chicos me empezaron a hablar sobre lo asombrosos que eran los partidos de volley. Dijeron que ya habían ido una vez a verlas y que jugaban genial, se habían divertido mucho.

-Es muy complicado, pero en serio es muy emocionante ver la pelota a punto de caer y que la salven de la nada ¡Es asombroso!- dijo Mauri entusiasmado.

-Sí, y las chicas son muy buenas. Dian juega asombroso y Mari es súper capa- agregó Tris.

-Y es muy gracioso ver cómo Mauri se queda trancado viendo a Mari- rio Juli.

Mauri blanqueó los ojos y le dio un codazo.

Reí y seguimos charlando en el camino hasta llegar a la cancha en la que jugarían.

Entramos a la cancha y vimos que el lugar estaba repleto. Por suerte encontramos un lugar para sentarnos cerca a la cancha.

Eran las tres y cuarto y un partido de chicos estaba a punto de terminar, después jugarían las chicas.

Al finalizar el partido se dieron la mano entre rivales y se retiraron de la cancha.

Mientras recogían algunas chamarras en el banco de suplentes entraron las chicas y la multitud aplaudió.

No me costó mucho encontrar a Dian, su cola alta y su sonrisa resaltaba en el montón de chicas.

También vi a Mari, con su cabello recogido en un moño.

Cuando se acercaron a la banca un chico que recogía su botella de agua se acercó a Dian y pasó su brazo por sus hombros.

Le dijo un par de cosas y Dian se rio mientras lo empujaba.

El chico era moreno y era del tamaño de Dian, quizás un poco más alto. Tenía el cabello castaño desordenado y me estaba desesperando que su brazo esté en la cintura de mi novia mientras le decía un par de cosas mirando a la cancha contraria.

-Si las miradas mataran, ya sería el funeral del pobre chico- rio Mauri al ver cómo no despejaba la vista de ellos.

Sonreí y negué con la cabeza, sin apartar la vista.

Dian volvió a reír y el chico se separó de ella para despedirse. Ella le dio el puño y luego de dárselo él también, le apretó los cachetes y besó su mejilla.

Dian lo empujó mientras se frotaba las mejillas y el chico se fue corriendo.

Ella negó con la cabeza y se echó a reír junto a Mari.

Yo estaba tratando de entender el escenario, pero la verdad es que una parte de mi mente estaba concentrada en la imagen del chico junto a Dian, tomándola por la cintura mientras le hablaba.

Sacudí la cabeza para apartar eso de mi mente, luego le preguntaría quién era.

Empezó el partido y realmente me quedé tan impresionado como mis amigos por lo que hacían.

Era maravilloso ver cómo atajaban la pelota y las chicas eran en serio muy buenas.

Dian por poco hacía un hueco en el piso con la fuerza que le daba a los mates, literalmente los clavaba.

No me mires así  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora