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Empezamos a comentar sobre el libro una vez que Dian se fue. Ahora no sería el único en esperar sus visitas.

-Pero no deberíamos hacerla leer todo el tiempo- dije –Es una amiga, no un CD de cuentos-

-Obvio, viejo- dijo Juli.

-Claro- dijo Tris.

Mauri empezó a reír de la nada.

-¿Qué pasa?- preguntamos.

-Nada, solo me acordé del ridículo de Tris con Dian-

Nos reímos.

-Tengo que aceptarlo, ella es difícil- dijo Tris –Pero ya verán, lo lograré-

-Dian es muy buena onda- dijo Mauri.

-Sí, es graciosa- dijo Juli.

-Y linda- aumentó Tris.

-¿Creen que vuelva más tarde?- preguntó Mauri.

-No sé- dije frunciendo el ceño –Es muy temprano como para que no vuelva-

-¡Ni que no pudieras divertirte con nosotros!- exclamó Juli.

-Sí, pero... No lo sé, me cae muy bien-

Empezamos a hablar de cosas al azar, algunas muy trilladas, hasta que sonó mi celular.

-¿Quién es?- pregunté.

Mis amigos me pasaron mi teléfono.

-No te va a gustar- dijo Mauri.

-Es Vanessa- dijo Tris.

Bufé. Tan bien que iba todo.

-Dejemos que suene un rato, a ver si se cansa- sugirió Juli.

Unos minutos después mi celular no paraba de sonar y ya llevaba once, doce, trece llamadas perdidas de Vanessa.

-Ya debería contestarle- dije –La otra vez que hice esto apareció en mi casa con un oficial para comprobar si estaba bien-

Mis amigos contestaron la llamada y la pusieron en altavoz.

-¿Hola?-

-¡Por Dios, Ty! ¡Me asustaste! Ya estaba de camino al hospital-

-No, no, no, no, no- me apresuré a decir –No vengas, por favor...- pensé un poco mis palabras –No quiero que canceles tus actividades por mí...-

-¿Cómo no lo haría? ¡Todo por mi beffito Ty! ¡Mi MEJOR amigo!-

-Sí, sí, sí... Um... Es que... No me bañé en... seis días, sí, desde que llegué. Estoy... Apesto, sí, eso- como verán no podía mentir muy bien.

-No me importa beffito. Ty, voy de camino-

Mis amigos y yo nos estampamos las manos en la frente, ésta chica en serio no entendía las indirectas.

-¡Que no, Vane!- dije casi gritando.

Escuché un suspiro, casi imperceptible. Sabía que le gustaba que le dijera Vane, pero yo odiaba hacerlo ¿Por qué? Porque llamaba por sus diminutivos a mis amigos, ella no era mi amiga. Me caía pésimo. Sólo le decía Vane si era un caso grave, como para atontarla un rato.

-Pero Ty, ya casi una semana sin vernos. O sea, no podemos estar mucho tiempo más separados, digo, la amistad se quebraría-

"¿Qué amistad?"

-Pero tranquila. Estoy bien-

-¿Voy hoy o mañana?-

"No vengas nunca"

-No puedes. Tienes que hacer... Algo...- ¿Qué me dijo que hacía siempre los fines de semana? –Este... ¡Reunión familiar!-

-¡Pero beffito! ¡Si tú eres parte de mi familia!-

Suspiré resignado.

-Podría ir ahora toda la tarde o mañana a eso de las diez, pero me quedaría hasta las doce, máximo. ¡O podría ir los dos días! ¡Podríamos...-

-¡Mañana!- grité ya enojado -¡Mañana, mañana, mañana!-

-¿Seguro? Podría ir los dos dí...-

-¡Mañana Vane! Y... Y... ¡Mañana nos vemos, adiós!-

-¡Espera, Ty!-

-¿¡Qué pasa!?-

-¿En serio te quedaste así como sin vista? Lo siento mucho es muy triste que...-

-¡Ya sé que es muy triste! ¡No necesito tu lástima! ¡Adiós!-

Colgué inmediatamente.

Esa fue la gota que colmó el vaso. Odio cuando la gente te dice "lo siento, es muy triste" o cosas por el estilo. ¡No necesito la lástima de nadie!

Suspiré.

Diana es diferente. Ella no me dijo nada de esas tonterías cuando supo que estaba ciego. Trató de consolarme, sí. Pero sentí que no sentía lástima por mí, sino que quería apoyarme. Admito que seguía en mi mente la frase que me dijo sobre el ciego, pensaba en ella a menudo.

-¿Ty?- sentí que Mauri me tocaba el brazo.

-Ella no es así, es diferente-

No sé por qué lo dije, se me salió.

-¿Quién? ¿Vanessa?-

-No, Vanessa no... Dian. Ella es diferente. Ella no me tiene lástima. Ella me apoya, es mi amiga-

No sé de dónde salió todo eso. Me lo decía más a mí que a ellos.

Suspiré.

-Viejo, nadie te tiene lástima aquí- dijo Juli.

-Eres mi mejor amigo desde que tengo memoria, Ty. Jamás sentiría lástima por ti. Siempre te apoyaré en lo que sea- dijo Mauri.

-Somos un equipo, como los tres mosqueteros, pero con cuatro- continuó Tris.

Reí.

Sentí cómo mis amigos se acercaban y me cubrían en un abrazo grupal.

-Gracias chicos, en serio- susurré.

Después del abrazo Juli preguntó.

-¿O sea que mañana tendremos a una Vanessa cargosa a eso de las diez por aquí?-

-Eso parece. Me gustaría decirle que no venga nunca, pero saben la culpa que siento por el tiempo en que la excluyeron casi todos por mi culpa...- confesé.

-Bro, ya tienes que superarlo. Ella te perdonó y deberías decirle de una vez que no te interesa- dijo Tris.

Se lo dije una vez, estuvo deprimida toda la semana. Entonces opté por no rechazarla, pero tampoco hacerle caso...

-Le di muchas indirectas ya, pero ya vieron que está medio hueca-

Rieron.

-Solo espero que no se pase de la raya algún día...- dijo Mauri.

-No lo hará... No lo creo... ¿Qué más puede hacer aparte de pegar fotos mías en su cuarto?-

Hace tiempo le había mandado fotos de su cuarto a una de sus amigas, ella le mandó a otra, y a otra, y a otra... Después de toda una cadena me llegaron a mí. Es muy creepy... ¿Pero qué más creepy podría hacer que eso?

-Ojalá tengas razón- susurró Juli.


No me mires así  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora