Capítulo 29

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La nariz de Austin se enterró en el cuello de Ally tratando de fijar su perfume... su esencia de mujer. Ally estaba tratando de no llorar, porque sabía aunque ese momento era mágico, que en algún momento la magia terminaría y él se marcharía. A pesar de eso, se dio fuerzas... si no podía tenerlo, al menos le quedaría el recuerdo de esa noche... ella seguía cantando...
Austin no pudo contenerse más y la besó... sus labios la buscaron delicadamente al principio, tratando de que ella no se arrepintiera. Atrás quedó la verdadera intención de ese ensayo. Jasmine había desaparecido completamente de sus pensamientos y de su vida. Sólo tenía los sentidos enfocados para estar con Ally, y aunque sea esa única noche no iba a desperdiciarla. Atrás quedaron los temores, el pensar en su Ryan, en su amigo, antes que en él... ahora sólo le importaba estar con ella. Lentamente, mientras la canción seguía inundándolos de sensaciones, la llevó hacia la gran cama que había. Ally se dejaba llevar, presa de esas sensaciones que jamás, ningún chico con el que estuvo, le hacía sentir... es que era lógico, a ninguno llegó a amar, de la manera en que lo amaba a él. Capaz de perder todo por un momento con el hombre de su vida. Al llegar al borde la cama, él se separo y la miró. No se dijeron nada. Él le estaba preguntando con la mirada si seguían... sabían que al momento de caer en la cama no habría marcha atrás... la canción volvió a sonar en sus oídos dándoles la señal de que no tenían que detenerse.
La música pareció desaparecer de su vida, al igual que cualquier duda que pudiera frenarlos. No había palabras de ningún tipo. Ninguno de los dos quería decirlas por temor a que alguno se arrepintiera de lo que estaban a punto de hacer. Austin recorrió suavemente la cintura de Ally, y posó sus dedos en el tirante del vestido. Suspiró profundamente, bajándolo con delicadeza. Ally se acomodó un poco y lo miró. El tenía los ojos puestos en la piel de los hombros... La besó nuevamente, pero esta fue más pasional. Hasta que la pasión, los derrumbó.
Cuando Austin abrió los ojos, se encontró en un ambiente distinto a su dormitorio en la universidad. Y trató de enfocar la vista, hasta que recordó todo. Estaba en el cuarto de ayer. Había estado con ella. Inmediatamente giró hacia el costado. La cama era inmensa y se encontraba, enroscado en las inmensas frazadas. Pensó que Ally se encontraría allí, durmiendo, con esa mirada dulce y una sonrisa en los labios, pero a su lado no había nadie. De pronto tuvo frío... ella se había marchado. **Seguramente está arrepentida**. Desganado, comenzó a buscar sus prendas, desperdigadas por el piso. Cuando fue a buscar el zapato, encontró la hebilla de plata que Ally tenía en el pelo, y todo lo vivido la noche anterior fue más claro.

*Racconto*

Se encontraba nervioso. La tenía como quería y parecía que para él también fuera su primera vez. Con las manos temblorosas, recorrió la espalda de la chica, buscando el cierre del vestido. Sin dejar de mirarla, lo bajó lentamente, rozando con sus dedos la suave espalda desnuda. El vestido tardó segundos en caer. Y allí estaba, su cuerpo, tal cual lo imaginaba desde hace noches... Ally estaba sonrojada. Tenía un brillo especial en sus ojos. Austin, lentamente se quitó la camisa y se acercó a su cuerpo. Besó cada milímetro de su piel haciendo que Ally suspirara. Poco tardó en quitarle y quitarse la poca ropa que les quedaba, y así lentamente fue convirtiéndola en mujer. Sus cuerpos parecían estar hechos el uno para el otro. Se acoplaban a la perfección. Austin tenía una necesidad de la chica y la saciaba sin restricciones. La besó lentamente, en la frente y luego en los labios... trataba de entender que le decía ella pero nunca lo supo. Todo lo que había sentido le habían anulado los sentidos. Luego se acostó a su lado y ella sin decir nada se acurrucó a su cuerpo. Hasta que los venció el cansancio.

*Fin del Racconto*

Tomó la hebilla metiéndola en el bolsillo del pantalón y terminó de vestirse rápidamente. Miró el cuarto. Todavía tenía vestigios de la decoración, de la noche anterior. No quiso quitarla. Más tarde le pediría a José que lo hiciera. Salió a los terrenos y con las manos en los bolsillos, caminó lentamente hacia adentro. Se sentía contento, pero a la vez una porquería. Sabía que lo que había hecho estaba mal, pero no había podido evitarlo. La chica era una peligrosa tentación, y estaba demasiado cerca para dejarla pasar. Pero al llegar a las puertas, comprendió que había cometido la peor estupidez de su corta vida... había arruinado su amistad. Estaba consciente de que ya nada sería igual que antes, que con su actitud, había alejado a una de sus mejores amigas para siempre... porque de algo estaba seguro, la magnífica noche pasada no lo iba a alejar de su meta... de su querida Jasmine, aunque eso implicara perder a Ally para siempre.

#BGFY

Aprendiendo a ser RománticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora