Aprendiendo a ser Romántico

Capítulo 81

El evento más importante que había en la casa de los Dawson sin duda era el aniversario de casados de los señores Dawson. 27 años... y esos solo eran los años de casados... si contaban los años que estaban juntos, la cifra subiría a 30. Por supuesto que todos sus hijos estaban orgullosos de tener unos padres como ellos. El señor y la señora Dawson, habían sido los mejores padres del mundo... y sus hijos para compensarlos por tanto sacrificio, habían decidido hacer una fiesta sorpresa... Las invitaciones habían sido enviadas a todos los amigos... Faby había peleado con Ryan, porque él con su tan mala caligrafía y horrores de ortografía, había arruinado casi la mitad de las tarjetas... para suerte de ellos, la castaña sabía como arreglar los desbarajustes causados por su novio.

Serían cerca de 100 personas, los que vendrían... Eso tenía a los muchachos algo frenéticos... La casa debía quedar en óptimas condiciones.
Pero la que estaba a punto de sufrir un colapso nervioso de proporción mundial, era una chica que se había empecinado en hacer la comida... Todo estaba tranquilo para ella, porque pensaba que a la fiesta solo vendrían algunos amigos... pero cuando Faby le dijo que vendrían la insignificante cantidad de 100 personas, debieron asistirla entre todos los hermanos. Gritó, pataleó, dijo unas cuantas palabras irrepetibles, y desapareció de la vista de todos para sumergirse en un libro de cocina.
Para Austin, este tipo de eventos era algo inusual en su vida, así que decidió disfrutarlo de la mejor manera... y que mejor manera de disfrutarlo, que solo observar a su adorada Ally. Sonrió con ternura al verla tan nerviosa, haciendo los preparativos de la fiesta... pero a la hora, decidió que no podía verla tan histérica... Así que una vez que arreglo el patio, y colaboró con los hermanos para la colocación de una gran carpa, donde se llevaría a cabo el festejo, decidió ayudarla. Entró despacio a la cocina... Ally estaba absorta pelando unas papas... tanto, que no lo escuchó acercarse. Austin la observó un segundo mientras trabajaba. Sus manos eran tan rápidas con el cuchillo, que hasta sintió pena por la papa. Tenía el rostro con gotas de sudor, y un mechón le molestaba en la cara... eso lo dedujo porque Ally lo sopló al menos cinco veces, antes de gritar exasperada porque no podía dominarlo. Él sonrió, y sin mediar palabra, tomó el mechón rebelde y lo pasó suavemente detrás de su oreja. Ella giró la cabeza, sorprendida y vio esos intensos ojos cafés... casi se corta el dedo de la impresión.

- Ally: Austin... - sonrió, mostrándole la dentadura perfecta y Austin solo atinó a tragar saliva – ¡me asustaste!

- Austin: ¡¡Tú me asustas!! – Ella se dio vuelta para seguir pelando las papas – Por la forma en que tomas el cuchillo. ¡Mujer! ¡¡Que culpa tiene la papa!! – Ella rió.

- Ally: Disculpa... ¡¡Yo no tengo la culpa de que los idiotas de mis hermanos hayan invitado a medio mundo!! – bufó – ¡¡y solo se les ha ocurrido decírmelo esta mañana!!

- Austin: Cariño... – ella lo miró sorprendida – digo... cariño de hijos... eso es lo... que tienen... tus hermanos – dijo suspirando.

- ally: Pensé que me decías cariño a mí... – dijo ella y sonrió con picardía.

- Austin: ¿Quieres que te lo diga? – dijo él acercándose.

- Ally: Recuerda que tengo novio... - dijo ella serena.

- Austin: Si, de eso no podría olvidarme nunca... - murmuró entre dientes.

- ally: ¡¡Austin!! – dijo alarmada haciéndolo sobresaltar – ¡¡Yo no creo que pueda!! Mira, estamos casi en la hora y yo... ¡¡no sé!! ¡¡Estoy con la mitad de las cosas por hacer!! ¡¡Y estas malditas papas que no se terminan nunca de pelar!!

- Austin: Cálmate – dijo sereno, haciéndole un suave masaje en los hombros – si te pones nerviosa, las cosas empeoran... deja que te ayude.

- Ally: Si, ¿tú? – dijo incrédula.