**Querido Dios, tu mundo es maravilloso... pero mi vida apesta. Te aconsejo que me lleves al paraíso, puesto que estoy muerto con tremendo notición, y ya que mi vida ha sido un asqueroso infierno...** Era el pensamiento de Austin cuando volvió en si. No tenía ganas de abrir los ojos. Escuchaba que Michelle y Ryan trataban por todos los medios de sacarlo del desmayo. Había sido duro el golpe al caer. A juzgar por la tremenda punzada en el temporal izquierdo, podría decirse que se golpeó la cabeza con algo duro, preferentemente de madera. Solo que nunca podría especificar con qué fue el impacto. Aunque después de analizar los hechos post trauma, se dio cuenta que más que el golpe de la caída, le había dolido el enterarse que ella se había ido a pasar unas románticas vacaciones a la ciudad del amor... París. Abrió los ojos, furioso, y se sentó de golpe en la cama. Michelle lo miraba alarmada y Ryan no sabía que decir. Su amigo estaba allí, despierto tocándose la frente. Austin trató de enfocar los pensamientos antes de hablar. ¿Qué podía inventar en esos mili-segundos, lo suficientemente coherente para zafar de esa situación? Porque estaba seguro que ellos dos, no se quedarían tranquilos hasta que no les diera una explicación, lo suficientemente buena para aceptarla. Respiró profundamente varias veces, se acomodó, nerviosamente y sólo abrió la boca para pedir un vaso con agua. Michelle fue y enseguida le trajo el vaso de agua. Después de beber lentamente, y vaciar el contenido del vaso, lo dejó en la mesita de luz y se trato de calmar.
- Michelle: ¿Estás bien Austin? – Odiaba esa tonta pregunta. Odiaba que todos pensaran que era débil, que todo el mundo lo viera como a un infeliz niño huérfano, desdichado y perseguido por la muerte... pero no podía echarle una bronca a Michelle por preocuparse por su salud – ¿quieres que llame a un doctor?
- Austin: No... no será necesario señora Michelle... Estoy bien...
- Michelle: ¡¡Pero es que estás tan pálido!! – dijo ella en un lamento, y luego acercó su mano a la frente – al menos no tienes fiebre.
- Ryan: ¡¡Mamá!!... Déjalo tranquilo... quizás lo que necesite Austin es descansar un rato.
- Austin: Si – dijo rápidamente, mirando a su amigo – Es que... los viajes y eso... nunca me ha favorecido – suspiró – siempre hacen que me enferme – Ryan lo miró entre risueño y burlón, pero no le dijo nada.
- Michelle: Bien – dijo levantándose de la cama – entonces si te parece bien, te prepararé un té – salía de la habitación – Ryan después baja a buscarlo... y déjalo descansar- salió de la habitación cerrando cuidadosamente la puerta. Austin se incorporó de un brinco.
- Austin: ¡¡¿CÓMO ES QUE ALLY SE FUE CON ANDRÉS A FRANCIA?!! ¡¡¿ACASO SE VOLVIÓ LOCA?!! ¡¡CÓMO PUDISTE PERMITÍRSELO!! – gritó colérico.
- Ryan: Austin... - dijo algo colorado.
- Austin: ¡¡NO!! ¿ACASO NO TE LO ROGUÉ EN LA CARTA? PARECE QUE NO FUERAS MI AMIGO... - y golpeó la almohada de rabia.
- Ryan: ¡¡Hey!! ¡¡Párala ahí!! – dijo ofuscado – ¿Piensas que tengo responsabilidad por lo que la descocada de mi hermana hace? ¡¡¡Recuerda que yo también me he visto perjudicado con su actitud!!! – dijo pateando un mueble.
- Austin: ¿De qué me hablas?
- Ryan: ¡¡Faby!!
- Austin: Dime, ¿Faby se vera en Francia con alguien?
- Ryan: No le eches leña a mi fuego Moon.. Si sólo pensara eso....
- Austin: Entiende, entonces, ¡cómo me siento yo! – dijo levantándose de golpe y caminando por la habitación. – ¡¡Maldición!! Es... ¡¡terrible!! Ryan... – miró a su amigo triste – él estará con ella, una semana, en la ciudad de...
- Ryan: Si te entiendo... y Faby... – suspiró – bueno ella no sé que tendrá que hacer en esta situación...
- Austin: ¿Y por qué diablos tus padres la dejaron ir? – dijo sentándose abatido en la cama.
- Ryan: Andrés vino a hablar con ellos... se mostró tan respetuoso... - hizo cara de asco – mi madre por poco le besa los pies...- e imitó a su madre – **¡¡Ay Andrés!! Es que no podría pensar en nadie más que en ti, ¡¡para mi hijita!!**
- Austin: ¿Eso dijo tu mamá? – preguntó dolido y con lagrimas apunto de salirle de sus ojos. Siempre pensó que Michelle pensaba en él, como el único para su hijita. Ryan asintió.
- Ryan: En fin – dijo palmeándolo en la espalda – Lo hecho, hecho está – se iba – descansa... enseguida te traigo el té. No tienes por qué preocuparte...
- Austin: ¿Tú crees? – dijo acostándose poco convencido de las palabras de su amigo – Ally estará encantada de tener un viaje súper romántico, en la ciudad del amor... recitándole poemas al oído y animándose a decirle que la adora...
- Ryan: Austin...
- Austin: Todo lo que nunca pude hacer yo... – se dio vuelta mirando hacia la pared. Ryan cerró la puerta dejándolo solo – y todo lo que nunca podré hacer... porque ya la he perdido- y comenzó a llorar por el dolor de esas palabras.
Los días siguientes fue un desfile de gente, que venían a saludar a Ryan y Austin por su regreso de la universidad. Los resultados de los exámenes habían sido estupendo para ambos y tenían los puntos suficientes para ingresar a buenos lugares. Pero eso, por el momento, no ocupaba la cabeza Austin. Y por las noches, horribles pesadillas de una boda en la que él no era el novio y en la que Ally abrazaba a un Andrés satisfecho, mientras se burlaba de él por ser tan estúpido y dejarla ir, eran más tormentosas que otras pesadillas. Cada mañana Ryan tenía que hacer esfuerzos inhumanos para levantarlo de la cama y animarlo, aunque sea a desayunar. La señora Michelle lo miraba preocupado, pero él ni se percataba. Parecía que el mundo a su alrededor no existiera. Que cada uno de los que hablaban a su lado fueran marionetas que movían la boca y trataban de decir algo, pero nunca los escuchaba.
Ryan que no estaba tan distinto de Austin, al menos ponía voluntad y la depresión no se le notaba tanto. Bryan y Pablo para animarlos, los llevaron un día a su tienda. Fue un tremendo fastidio, porque en vez de pasar una jornada probando cuanto invento habían fabricado los gemelos, tuvieron que ayudar a ordenar cajas, limpiar los pasillos de las estanterías, reponer el stock de sortilegios... "¡¡No vinimos para trabajar!!" Decía Ryan fastidiado, pero a Austin no le importaba hacerlo. Al menos, tenía ocupado el cuerpo en algo... porque la mente seguía perdida entre pensamientos oscuros, que pugnaban por mandar a Andrés a.. , y tristes, pensando que Ally en esos momentos, estaría paseando... tomada cariñosamente de la mano de ese infeliz.#BGFY
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Aprendiendo a ser Romántico
De Todo¡Ok! explícame nuevamente como si tuviera 5 años...- respiró - ¿Quieres que haga qué? - Fué lo primero que dijo Ally al escuchar a su amigo. Desde hacía varios años había logrado vencer la timidez y el sonrojo que le ocasionaba estar frente a él, y...