Capítulo 119

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  - Austin: Sé que no eres materialista... y disculpa si crees que quiero ganar tu amor a costa de regalos... - dijo algo ofendido – pero es solo un detalle.

- Ally: También dijiste eso de los aretes, el collar de perlas, la pulsera.. y me encantan, ¡¡pero no son tan exorbitantes como eso!!

- Austin: Era de mi madre... - dijo bajando la voz.

- Ally: ¿Qué? – dijo atónita.

- Austin: Era de mi madre... - suspiró – mi padre... - se dio vuelta y dejó de mirarla – Mi padre se lo regaló cuando yo nací – Ally se quería golpear la cabeza contra la pared... por ser tan boca suelta.

- Ally: Austin...

- Austin: Cuando llegaron a la casa, conmigo... Franco estaba allí – suspiró – lo vi en un video de mi – la miró – ella estaba sentada, en la silla mecedora tratando de que yo durmiera, y él... mi padre se acercó... hubieras visto su mirada Ally... – dijo y sus ojos se aguaron – Mi padre estaba feliz de tener una familia. Se arrodilló frente a mi madre y ella lo miró con amor... y le regaló el colgante – Abrió el estuche para observarlo. Era una gargantilla de diamantes, en cuyo centro descansaba un corazón de esmeralda. Lo cerró – Él le dijo que así tendría el corazón de su hijo cerca... que de esa manera, ella podría presentir el peligro, si a mi me pasara algo – sonrió – tiene una magia o algo así...

- Ally: Austin – dijo ella haciéndolo girar para estar frente a frente – lo siento – dijo y sus ojos amenazaron con llorar.

- Austin: No llores bebe... si no lo quieres...

- Ally: Está bien - dijo sonriente – lo acepto – él sonrió. Abrió rápidamente la caja y con los dedos temblorosos, lo colocó alrededor del cuello de su novia. Cuando cerró el seguro, le dio un cálido beso en la nuca.

- Austin: Te amo Ally - Ella sonrió.

- Ally: Pensé que el metal estaría frío...

- Austin: Eso depende... si a mi me pasara algo comenzará a enfriarse.

- Ally: Eso no pasará nunca – dijo tratando de lucir serena para no demostrar el pánico que sentía ante la sola idea de que a él le sucediera algo malo.

- Austin: Cuando lo encontré en una de mis cajas del banco, pensé en dártelo ya que al estar lejos... ese collar te hará saber constantemente que estoy bien.

- Ally: Quisiera poder ir contigo – dijo abrazándolo – no quiero que te pase nada... ni a ti ni a nadie de mi familia...

- Austin: Sabes... será una manera de estar juntos – Ella arqueó una ceja sin entender – porque a pesar de que yo me vaya bien lejos... será como no separarnos – se acercó dispuesto a besarla, pero antes acarició el colgante y con ella algo de piel de Ally, lo cual la hizo estremecer – Aunque tu estarás en ventaja – dijo sonriendo.

- Ally: Ah, ¿si?– dijo ella coqueta – ¿y por qué?

- Austin: Porque aunque yo me vaya... contigo se quedará mi corazón – y la besó. No supo cuanto tiempo estuvieron haciéndolo, pero para ellos fueron minutos eternos... se separaron sonrientes. Ally no tenía dudas... esa noche Austin sabría la verdad, le contaría todo... le diría que lo amaba, y después **Que sea lo que Dios quiera** – Será mejor que vayamos al salón... o tus hermanos comenzarán a buscarte- Cuando llegaron, todos voltearon a ver a la pareja, que sonrientes se dirigían hacia donde se hallaban los señores Dawson. Ella algo nerviosa le preguntó con timidez.

- Ally: ¿Austin?

- Austin: ¿Qué?

- Ally: ¿Qué tanto me ve la gente? – de pronto se quedó parada de golpe haciendo que Austin detuviera su marcha y la mirara interrogante – ¡¡ay!! ¡¡Austin!! ¿Se me corrió el maquillaje? – dijo mirándolo alarmada – ¿qué tal me veo?

- Austin: Amor – dijo tomándola del mentón y besándola – estás increíble esta noche... cuando te vi allá arriba en las escaleras... me dije, aquí está la representación de Afrodita... - ella le sonrió coqueta y continuaron la marcha – y si me permites decirte esas te ven de envidiosas.

- Ally: ¿Por qué voy con el mejor partido del mundo? – dijo ella, en broma para calmar la tensión de enterarse que para Austin ella era una diosa.

- Austin: Aparte... – Él rió – no, en verdad ellas te ven con envidia, porque no pueden creer que haya una muchacha tan hermosa como tú... y los hombres, me envidian a mi, porque ellos sólo podrán mirarte – se acercó sensualmente al oído – yo soy el único que puede disfrutarte – ella sintió sus orejas quemarle mientras se acercaban donde estaban los demás....  

#BGFY

Aprendiendo a ser RománticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora