Las olas rompían con violencia en la costa rocosa mientras el bullicio de las gaviotas arrinconaba al silencio en aquel bello paraje bañado por la luz del sol de mañana. Esto provocó que el joven Travis frunciera el ceño para proteger sus ojos del fuerte resplandor. Su cabello se agitaba al compás del viento que se confundía con la leve bruma marina. En su mano, una pequeña girasol tímidamente se abría mostrando sus bellos pétalos como el mismo astro que le regala su nombre.
Una mujer de mediana edad que cargaba a un pequeño caniche con dos lazitos de lunares en las orejas lo había observado desde hace algún tiempo mientras le daba unos sorbos a su capuchino comprado a unas calles atrás. Se sentía un poco preocupada por el joven, el cual llevaba más de una hora sentado allí, sobre una gran roca muy cerca donde las olas se convertían en simple espuma.
Su perrito se mostraba curioso ante el extraño, tanto que deseaba zafarse de su correa para ir a lenguetear su rostro de manera cariñosa. Su dueña no iba a impedir aquello.
—¿A quién esperas muchacho? Has pasado más de una hora allí...
—A una amiga —le dolía responder aquello. Habían quedado hace más de hora media encontrarse en aquel lugar, que al parecer ella conocía. «Quizá se hubiese perdido» eran los pensamientos más positivos del chico.
La mujer ahora si se sintió mal por él, pero no quería meter las narices en donde no le han llamado, ya se había metido en múltiples problemas por aquel mal hábito.
—Agarrarás un mal resfriado si sigues por aquí. El sol no estará allá arriba por mucho rato —exclamó observando el cenit cubriéndose por encima de los ojos con su mano enguantada.
Travis solo ignoró el comentario y suspiró con la mirada fija en los amarillos pétalos del girasol, el cual seguía fresco a pesar de haberlo comprado esa mañana en el mercado de la ciudad. Fue entonces que se dió cuenta de que ella no vendría y de que había permanecido allí sentado escuchando el bullicio del paraje marino por más de una hora sin lograr su cometido.
Se puso de pie y caminó hacia la mujer entregándole la flor como detalle.
—Gracias por abrirme los ojos...Y simplemente se marchó del lugar, dejando a la mujer confundida y al cachorro ladrando incesantemente a los frailecillos que acababan de aterrizar entre las rocas luego de haber comido algo de peces en el mar.
Travis se alejó, con el corazón oprimido y algo desconsolado mientras se maldecía a sí mismo por no haberle pedido a Leena su número de teléfono o saber la dirección de su hogar para saber de la razón por la cual haya faltado.
Le preocupaba demasiado su bienestar, otra razón por las que él estaba perdidamente enamorado de ella.
Como él se iba a imaginar que la luna se alzaría al día siguiente y cambiaría la dulce faceta de su chica.
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Teratos: Luna Roja (EDITANDO)
Werewolf★COMPLETA★ ¿Saben lo que es ser un verdadero licántropo? No es como lo narran... La vida de un hombre lobo esta llena de dolor, angustia e ira... La gente creía que era un asesino en serie, otros un animal salvaje como un lobo u oso enfurecido. L...