XII

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El viento azuzaba contra las cortinas, permitiendo que el frío entre al apartamento acompañado de leves copitos de nieve

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El viento azuzaba contra las cortinas, permitiendo que el frío entre al apartamento acompañado de leves copitos de nieve. La cama vieja que estaba contra la pared de su habitación estaba destendida y con una pila de libros sobre la misma, encabezada por el grueso libro de biología que había adquirido días atrás.
Se había olvidado por completo de ello, había pasado por mucho en aquellos días.

Con un vaso de agua en una mano se sentó apoyando su espalda contra el concreto para revisar el gran libro cubierto de polvo. Había de varios temas: de leyendas antiguas, de ocultismo e incluso uno sobre el tarot y la adivinación, todos recolectados de tiendas antiguas o bibliotecas diferentes, con el fin de descubrir a ciencia cierta su maldición.
En casi todos los libros fantásticos nombraban la existencia de una criatura sombría que era mitad hombre mitad perro u lobo que se alimentaba de carne apenas los rayos de luna aparecían en el cielo. Sin embargo, necesitaba uma prueba científica, algo que le explicara el porqué de todas las personas que existen en el mundo, ella debía padecer aquel mal; que es lo que la llevó a convertirse en un monstruo.

Se había formulado esa duda desde hace cinco años, luego de que el lobo se asomara por primera vez. Las maneras que mencionan en las leyendas no aclarabn nada, necesitaba algo mucho más preciso.

Abrió el libro y las partículas de polvo la hicieron estornudar, obviamente su nariz era mucho más sensible a los diferentes cambios. Dando un sorbo al vaso, maldijo para sí misma al haberse olvidado por completo de lo que había revisado hace días en la biblioteca. Demasiadas distracciones. Revisó el índice letra por letra, quedando confundida por la terminología desconocida, así que simplemente decidió pasar las páginas para ver con que se encontraba.

Los primeros capítulos no eran necesarios, hablaban en su mayoría sobre los ecosistemas, simbiosis y biomas. Pasó al siguiente. Nada, solo algo de botánica y procesos químicos. El siguiente: zoología. Se detuvo allí, podría servir.
Reino animal, comportamiento y jerarquías entre las especies entre decenas de subtemas más.

Hasta que al fin encontró algo relacionado a lo que leyó anteriormente: embriología de las especies.

Entre página y página con imágenes de células y fetos animales lo encontró: Teratología: el estudio de las malformaciones o mutaciones en la etapa fetal o embrionaria.

Imágenes grotescas y esquemas de las anomalías cromosómicas era lo que abundaba. Ver aquellas imágenes le causó escalofríos. Sentía como si la imagen de la cabra de dos cabezas en la página seiscientos sesenta y tres la observaba con ojos demoníacos. Podría ser un indicio de que El caprino la llamaba desde los recónditos parajes del Infierno.

El tema abordado era muy interesante pero aún no conseguía su objetivo. Esa noche Leena leyó las ciento diecinueve páginas del capítulo pero no encontró relación alguna con su condición. Al parecer no había sido estudiada del todo.

Se repitió a si misma lo estúpida que era una y otra vez, cada vez que observaba la palabra "Monstruo" o "bestia" recogía el libro y lo estudiaba de inicio a fin sin encontrar nada. Todo envuelto en el aire del misterio y la duda.
A veces deseaba encontrar a alguien como ella pero luego se contradecía. No le deseaba ni a su enemigo más odiado tener la misma calidad de vida que ella.

Teratos: Luna Roja (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora