Daifuku

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Capítulo 30


-Buen provecho- dijimos al mismo tiempo mientras yo le daba de comer a Kakashi para luego comer yo.

En medio de la comida hablábamos y reíamos bastante, su sonrisa era blanca y brillante, así que me gustaba hacerlo reír, al principio cuando nos conocimos solo sonreía por cortesía, pero esta era otro tipo de sonrisa, era tan pura y verdadera que me abrumaba.

Luego de comer ambos nos acostamos en la misma cama, no sin antes hacer una barrera con almohadas, no quería despertarme y estar más cerca de Kakashi de lo debido. Luego de terminar la barrera que por cierto creo que exageré, pude dormir tranquila y cómoda en una limpia cama en mucho tiempo.

Narra Lady Tsunade:

Ya había pasado tiempo desde que Kakashi y Ayame se unieron a Akatsuki. Ayame constantemente me informa la situación, es una gran chica. Aquí en Konoha casi todos los odiaban, a los más cercanos a ellos les costó aceptar pero al final lo hicieron.
O al menos aparentaban eso, porque ni Asuma ni Kurenai se lo creían, pero no decían nada el respecto.

Los que eran más difíciles eran Sakura y Guy. Sakura porque está devastada, primero Sasuke se va con Orochimaru, luego Naruto se había ido a entrenar con Jiraiya y por último su sensei era un criminal unido a Akatsuki, por suerte Sakura es una chica muy joven y cuando entienda todo se alegrará.

Pero por otro lado Guy estaba convencido de que Kakashi y Ayame no habían atentado contra Konoha, y además de su amistad-rivalidad con Kakashi, lo que le había hecho estar tan seguro era que Ayame le había salvado la vida de unos ANBU que envió Danzou, me alegro que lo haya hecho, pero Guy no era tan discreto como Asuma y Kurenai, así que a cualquier persona que hablara mal de ellos les pedía un duelo y se volvía loco.

Me serví un vaso de sake para seguir con el papeleo, era demasiado, pero es lo que me pasa por aceptar ser Hokage. Ese Naruto me la pagará algún día.

Narra Ayame:

Al otro día

Me despertaron los rayos de sol que daban justo en mis ojos, quería seguir durmiendo pero una vez despierta, ya era imposible. Quité una de las almohadas de barrera para ver si Kakashi seguía vivo y el estaba despierto leyendo su libro.

-Buenos días Ayame, veo que por fin despertaste- observé Kakashi me hablaba sin despegar la mirada de su lectura.

-Y yo veo que ya estas bastante mejor, digo puedes estar sentado y hasta mover tus manos.

-Si, creo que para pasado mañana al medio día ya estaré completamente recuperado- dice cerrando su libro de golpe y prestándome atención-¿No te parece hora de almorzar?.

-¿Eh?-miré el reloj de la pared y marcaba 12:29.- si, tienes razón, iré a comprar algo.

Salí sin despedirme y comencé a recorrer las calles de esa linda ciudad. Había varios puestos de comidas, pero no sabía que le podría gustar a Kakashi, sopa nuevamente no, yo necesitaba algo sólido. Estuve un largo rato dando vueltas en busca de algo rico hasta que un olor me llamó la atención, entré al local y estaban cocinando Dorado a la parrilla, definitivamente compraría eso. Le pedí dos porciones para llevar y después de unos minutos el viejo, muy amablemente me lo envolvió y me lo entregó. De camino al Hotel compré dos Daifuku. Siempre cuando era chica, mi padre me compraba uno de estos volviendo de la academia, porque a ambos nos encantan las frutillas, bueno, ahora solo a mi.

10 minutos más tarde

-¡Kakashi!Ya llegué y espero que te gusten los Dorados a la parrilla porque es lo que compré- digo cerrando la puerta y quitándome los zapatos antes de entrar.

El está sentado leyendo sin su máscara, supongo que una vez que lo vi y estábamos en privado era más cómodo estar sin ella. El peliplata se echó a reír lo que me puso un poco incómoda.

-No me digas que no te gusta, estuve años buscando algo para comer, así que lo vas a comer aunq...- fui interrumpida como el 99% de las veces que hablaba con ese idiota, que mala costumbre.

-En realidad, mis comidas favoritas son el Dorado y la Caballa- dijo mirándome con una sonrisa socarrona- lo que me hace gracia es que no sabes cocinar.

-Claro que sé- dije rodando mis ojos y mintiendo, el no apartó su mirada de mí haciendo que confesara la verdad- bueno no, pero ya no importa, lo compré hecho, así que vamos a comer.

Nuevamente coloqué la comida en una bandeja y la llevé a la cama, Kakashi se encontraba mejor pero todavía no podía caminar. Para mi suerte sí podía comer.

Al probar el primer bocado lo ojos de Kakashi se iluminaron, dejando atrás esa mirada despreocupada, lo que me pareció irónico, considerando que en muchas situaciones de vida o muerte la mantiene.

Al terminar de comer saqué el postre con una sonrisa en mi rostro, hacía más de 14 años que no probaba uno, y estaba ilusionada porque Kakashi los probara también.

-Toma- le dije a Kakashi con na sonrisa en el rostro mientras el entregaba un platito con el Daifuku.

Yo no esperé ni un segundo y lo comí con anhelo, sabía incluso mejor de lo que recordaba, aunque era sumamente dulce. Miré a Kakashi y el miraba con miedo su Daifuku mientras lo acercaba a su boca, allí me di cuenta que lo estaba comiendo por educación hacia mí, mi entusiasmo lo presiono hasta este punto.

-Kakashi- le dije tomando su atención- no tienes que comerlo, idiota.

-Gracias- dijo el mientras suspiraba y lo volvía a depositar en su plato, yo no perdí oportunidad y lo robé para luego comerlo y sacarle la lengua de forma burlona, si el no comía más para mi.




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-Dimoche.

Un ser querido • Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora