Un ser querido • Kakashi Hatake

Aprovecharse

Capítulo 23

-Puede que antes haya dicho lo contrario, pero estaba equivocado, si eres mi compañera- dice Kakashi con su típica sonrisa, esas palabras quedaron resonando en mi cabeza.

Luego de eso se da la vuelta saca su libro y empieza a leer mientras camina y hace como si nada hubiese sucedido.

Una sonrisa se plasmó en mi rostro, no es que necesitara a Kakashi, pero que me reconociera de esa forma me alegra.

Tomo el libro Bingo para ver quién es el siguiente y aparece una mujer esta vez, revisé alguno de los otros y todos valían mucho dinero pero ella los superaba a todos, ya que había atentado contra una academia mientras los niños asistían, que asco me dan ese tipo de personas. ¿Por qué querría matar niños? Gente loca hay de sobra en este mundo si soy sincera.

Ella era fácilmente reconocible ya que tenía una gran cicatriz en su rostro, y según decía aquí vivía en el país de los campos de arroz, que quedaba a unos días de distancia de aquí. Aunque no tenemos prisa alguna, no estamos muy emocionados por matar gente para cobrar una recompensa para una organización de ninjas perversos.

-Tenemos que ir a buscar a esta chica- le dije a Kakashi mostrándole una fotografía de ella.

-Me parece bien, aunque ahora por el momento debemos descansar para recuperar fuerzas- dice Kakashi tendiendo mi bolsa de dormir y la suya en el suelo.

Yo estaba tan cansada que me acosté sin reprochar, Kakashi al segundo que se acostó se durmió, creo que esa es la habilidad que mas envidio de él, yo aunque lo intente, si no estoy cansada, me cuesta montones dormir.

Mientras intentaba conciliar el sueño no podía parar de pensar en lo rápido que fue todo, hacia unos dos meses había llegado a Konoha y ahora me encontraba aquí.

En lo que más pensaba era en Jun, yo lo consideraba un amigo, se que antes habían pasado cosas pero no sabía que el me amara como dijo, y me sorprendió que me besara, aunque ambos sabíamos que era una despedida, simplemente eso.

Pero sobre todo lo que más rondaba en mi cabeza era Kakashi, lo frío que podía ser en algún momento y lo cálido que puede ser en otros, creo que dentro de esa apariencia fría, despreocupada, pervertida, tonta y todo lo demás había mucho dolor pero sobre todo calidez, lastima que tenga tanto miedo de mostrar ese lado.

Sigo contemplando las estrellas, cuando estaba secuestrada estaba bajo tierra así que no podía admirarlas, y últimamente me quedo horas apreciándolas, giro mi vista y Kakashi esta dormido, creo que lo mejor será imitarlo ya que mañana va a ser un largo día.

Al otro día

Ya habían pasado unas horas desde que emprendimos viaje, todo el camino hubo un incómodo silencio entre Kakashi y yo, ambos lo notábamos pero ninguno hacía nada al respecto. Si esto seguía así me iba a volver loca.

Cada tanto lo miraba y el tenía esa expresión despreocupada de siempre, era muy extraño verlo preocupado o enojado, pero cuando lo hacía era un poco extremista, como cuando rebanó la mano de Hidan por tocarme.

-Aquí descansaremos- sentenció Kakashi dirigiéndome las primeras palabras del día, y eso que ya casi era de noche.

Kakashi se quedó en la especia de cueva donde decidimos quedarnos y yo salí a pescar, después de un rato intentado pude sacar 5 peces. Creo que para cenar nos dará bien. O eso espero.

Comimos muy bien, mucho mejor que con las píldoras de alimento, yo ya estaba a punto de acostarme a dormir cuando la voz de Kakashi me detuvo.

-No se si recuerdas...- dice el peliplata señalando mi espalda- pero todavía tienes unos cuantos puntos en tu espalda.

Lo había olvidado completamente, como no me dolía en lo más mínimo.

-¿Crees que ya es momento de sacarlos?- cuestiono un poco nerviosa.

Kakashi asiente, rápidamente me saco mi mi capa y mi camiseta quedando en sujetador, me acuesto boca abajo esperando que Kakashi haga el resto.

Siento las cálidas manos de Kakashi en mi espalda, el se está tomando el trabajo de cortar y sacar cada uno de lo puntos.

-Ya terminé pero no te muevas, para que termine de cicatrizar perfectamente tengo que desinfectar y vendar, no soy muy bueno en esto pero creó que servirá.

Siento como un líquido es vertido en mi espalda y esparcido con un algodón, luego de un rato así Kakashi me venda con cuidado, yo me giro quedando boca arriba.

Miro a Kakashi y el tiene la vista un poco desviada, tardo unos segundos en darme cuenta de lo que sucede.

-¡Bakakashi!- le grito cubriéndome con mis brazos, el se limita a lanzarme una mirada seductora y para nada avergonzada como las anteriores veces, se nota que ya me tiene confianza, demasiada diría yo.

El pervertido me cubre con mi bolsa de dormir y tiende la suya a mi lado metiéndose en ella.

-No lo entiendo- le digo mirando mis manos y un poco enojada.

El se limita a sentarse y alzar una ceja, se veía gracioso cuando se confundía.

-Antes, cuando me curabas, estabas muy avergonzado y sin tanta confianza, ¡¿Por qué eres tan pervertido ahora?!- le tomando el cuello de su camisa, ya me había sacado de mis cabales luego de reírse de esa manera de mi pregunta.

Para mi sorpresa no está ni nervioso ni avergonzado, es más, se nota una leve sonrisa debajo de su máscara.

Toma mis manos que cada vez están haciendo más presión en su camisa y las apoya en el suelo sin soltarlas.

-Nunca me aprovecharía o miraría una mujer que esté lastimada y casi inconsciente... pero actualmente, no te veo ni herida ni inconsciente.

Tras decir estas palabras se queda unos segundos más mirándome fijamente a los ojos, su mirada es realmente abrumadora, puedo sentir como si pudiera atravesarme el alma, y aunque quería hablar y golpearlo, mi cuerpo no se movía.

-Que descanses- dijo Kakashi librando mis manos  y acostandose dándome la espalda, siempre tan apático ese maldito.

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-Dimoche.