Comencé a correr de forma desesperada intentando volver a mi aldea luego de 14 largos años, ya no importaban las heridas o el miedo, solo quería volver con mi familia, con el Hokage, con la aldea, había corrido por días hasta que al final la pude ve...
La tarde estuvo muy tranquila, Kakashi se la pasó leyendo mientras que yo, pasé varias horas, demasiadas diría yo sentada en el umbral de la ventana pensando, pero eso me relajaba, el silencio y la brisa junto con este bello paisaje, hacía que la oscuridad de mis pensamientos se apaciguara aunque sea un poco, porque yo pienso todo el tiempo, no puedo evitarlo, aunque la mayoría de las veces no son lindos pensamientos, me ayudan a superarme.
-¿Te encuentras bien?- me preguntó el peliplata.
-¿Umh?- inquirí sin saber la razón de su pregunta volteando mi vista para verlo a él.
-Has estado más de seis horas sentada ahí mirando por la ventana, y me pregunto y algo te sucede- contestó este con simpleza.
-Si, eso creo, no te preocupes- me levanté del asiento para ir a la cocina, ya tenía ganas de comer y echarme a dormir nuevamente, a pesar de no haber hecho ningún esfuerzo físico en todo el día, mentalmente estaba muy cansada.
-Comamos en la mesa- propuso el peliplata intentando levantarse, yo ya estaba lejos cuando el estaba a punto de caerse pero hace unos meses cuando nos conocimos, tuve la oportunidad de sellar su espalda. Hice los sellos y aparecí debajo de su brazo para ayudarlo.
El iba caminando y apoyándose en mi hasta llegar a una silla, lo dejé ahí y saqué el pescado que había sobrado del almuerzo. Con muchas complicaciones pude calentarlo para luego servirlo en nuestros platos.
-Buen provecho- dijimos y comenzamos a comer, el tiempo pasó volando, cuando me quise acordar ya estábamos los dos acostados, con mi hermosa y reconfortante muralla de almohadas.
5 horas después
Unos extraños sonidos y movimientos de parte de Kakashi me despertaron a las 3:14. Con pereza tallé mis ojos mientras intentaba despertarme, no entendía absolutamente al escuchar unos murmullos de parte de el peliplata.
Levanté rápidamente la barrera de almohadas y Kakashi se veía fatal, estaba dormido, sudando y temblando, tenía algo en sus ojos que no pude apreciar bien por la oscuridad pero al acercarme más pude notar que eran lágrimas ¿Qué mierda esta pasando? Jamás había visto a Kakashi llorar ni sabía de alguien que sí ¿Por qué lloraría así? ¿Una pesadilla?
-¡Rin!-gritó entre sollozos- perdón Obito- murmuró dejando caer lágrimas por sus blancos pómulos.
Estaba soñando, pero esos nombres, los había escuchado en el encuentro de Guy y Kakashi. No sé quienes son pero no podía ver a Kakashi sufrir de esa manera. No me gustaba en lo absoluto verle así, hacia que un nudo se formara en mi garganta sin poder evitarlo.
-Kakashi, despierta Kakashi- dije mientras lo sacudía despacio.
-Ah-Kakashi se levantó de golpe y seguía llorando mientras su cuerpo temblaba sin parar y su respiración era cada vez más acelerada, intenté que me mirara pero el no parecía notar mi presencia ya que estaba totalmente sumido en sus recuerdos.
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Rápidamente se levantó de la cama y se cayó al suelo, pero no le importó, torpemente fue corriendo y cayendo por el lugar hasta llegar al fregadero de la cocina. Yo lo ayudé a ponerse en pie pero parece ser que ni me notó, lo único que hizo fue abrir el agua y comenzar a lavar sus manos con desesperación.
Verlo de esa forma como ya había dicho me hacia sentirme muy mal y más que nada impotente ¿qué podía hacer yo en ese momento? yo no entendía que estaba pasando, pero nome gustaba para nada.
-¡Rin, perdóname Rin!- susurró para él mientras miraba sus manos que temblaban con fuerza, estas estaban rojas y un poco raspadas por la fuerza que él estaba usando al lavarse, su pecho subía y bajaba indicando que se estaba hiper ventilando, si seguía de aquella forma podía desmayarse, así que no esperé más.
Giré el cuerpo de Kakashi dejándolo frente a mí, pero el seguía viendo sus manos mientras lágrimas rodaban por sus mejillas. Puse mis manos su cara con un poco de fuerza golpeándolas y haciendo que Kakashi me mirara aún temblando, yo le sonreí de lado con dolor, pasé mi mano derecha por su nuca y la izquierda por su cintura atrayéndolo a mi para abrazarlo, mi frente descansó en su pecho mientras su respiración volvía a la normalidad.
-Tranquilo, Kakashi, estoy aquí, no sé que está pasando pero yo te apoyaré ¿me entiendes? Ya no estás solo.
No sé si fue por mis palabras o por el abrazo, quizá una mezcla de las dos cosas, pero el peliplata cedió. Su cabeza se apoyó entre mi hombro y mi cuello y comenzó a llorar mientras me apretaba entre sus brazos, el dolor que el sentía era palpable en el aire, tanto que una lágrima amenazó por salir de mis ojos pero la contuve. Ahora que lo pienso, esto se puede deber a que es la primera persona que he abrazado en mi vida sin contar mi familia, se sentía reconfortante, como si al juntar nuestro pecho nos conectáramos, esto jamás lo había sentido antes y espero que Kakashi sienta igual, así su dolor se apacigua, aunque sea un poco.
-Vamos a la cama, mañana ya hablaremos cuando estés mejor ¿sí?- dije mirando a sus ojos de los cuales aún brotaban alguna lágrimas, el solo asintió así que lo tomé de su mano y caminamos hasta acostarnos en la cama.
Ya no iba a poner la estúpida barrera, creo que el bienestar de Kakashi supera mi espacio personal en una lista de prioridades. El peliplata me estrujó entre sus brazos aún llorando, yo me acosté boca arriba mientras el se apoyaba en mi abdomen, una de mis manos estaba apoyada en su espalda para reconfortarlo de alguna forma, mientras que la otra jugaba con sus cabellos plateados. Eso sirvió porque al cabo de unos minutos el ya se encontraba dormido y bastante relajado.
Lo que me sigue intrigando es qué pasó con Rin y quién es ella, debe ser alguien importante para alterar a un hombre tan sereno y apático como Kakashi.
Horas mas tarde
Ya habían pasado algunos minutos desde que me desperté pero no tenía intención de despertar al peliplata también. La verdad es que a pesar de lo sucedido horas atrás yo había dormido muy cómoda entre el cálido cuerpo de mi compañero, y pienso que él igual ya que no se movió ni hablo en el transcurso de la noche.
Miré fijamente los ojos de Kakashi aunque ahora simplemente podía ver sus párpados y comencé a acariciar sus cabellos como horas atrás en la noche. Pasados unos minutos Kakashi empezó a abrir lo ojos encontrándose con lo míos, sus pupilas estaban un poco dilatadas y sus escleróticas bastante rojas. Por supuesto Kakashi enseguida desvió su mirada, no le gustaba que lo vieran de esa forma, pero mi no me molestaba, es más, me gustaba apoyarlo en esos momentos, si no, ¿Qué clase de persona sería?
