Capítulo 20. CUANDO ESTOY ASÍ DE FRUSTRADO SUELO TOMAR UN BAÑO

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-¿Por qué estás decepcionada?-la voz de Pacita desde el umbral de la puerta me sobresaltó. Entró al cuarto y se sentó a mi lado, esperando que le respondiera

-No estoy conforme con la persona que soy...-expliqué al cabo de un momento-, me siento estancada en la persona que fui, esa que Daniel conoció y engañó y no sé cómo desengancharme de esa versión mía.

-Ningún cambio externo te desprenderá de eso, ¿lo sabes verdad? Podrás hacerte miles de piercing, tatuarte todo el cuerpo y la cara y te seguirás sintiendo igual, porque lo que quieres cambiar no está afuera, sino adentro de ti.

-Cuando me hice el piercing en la nariz y me ví en el espejo, sentí que por fin coincidía la imagen interna que tenía de mi misma, con la que estaba en el espejo; por eso me sentí tan bien.

-Te entiendo. Me ha pasado lo mismo. Es como si quien te mira en el espejo no fueses tú, sino una versión que no te representa por completo.

-Exacto. Y quiero verme en un espejo y saber que lo que veo afuera, es lo mismo que está adentro. Porque ya no quiero ser esa versión mía, que se conformaba con que una extraña la mirara desde el reflejo.

-¿Y qué te impide hacerlo?-preguntó

-En realidad, nada me lo está impidiendo. Pero me da miedo, que no le guste a las pocas personas que quedan a mi lado.

-Pero si te gustará a ti, ¿Qué importa si le gusta a los demás?

-¿Y si tu después no quieres ser mi amiga? Porque si saco mi Amelia interior, será muy distinta a lo que soy ahora... muy distinta a ti.

-Yo tampoco soy la persona que ves frente a ti Amelia. Mi reflejo tampoco me gusta. Yo también me siento decepcionada de mí, pero por lo menos tú has hecho algo para unificar tus dos versiones; pero ¿qué he hecho yo? Nada.

Tomé sus manos entre las mías sin saber que responderle. No tenía respuesta para ella, tanto como no la tenía para mí. Al cabo de un momento me atreví a preguntarle

-Si pudieras hacer algo para exteriorizar tu Marypaz interior ¿Qué sería? No pienses en lo que la gente dirá, ni si es correcto o no.

-¿Eso fue lo que hiciste cuando decidiste hacerte el piercing?-asentí en respuesta-Yo... me tiraría a Gabriel-confesó.

-¿Enserio? ¿Por qué eso?-pregunté confusa

-Porque quiero saber que es el sexo, y saber si se merece todo ese tabú que mis padres armaron a su alrededor. Mi yo interior es un poco... cachonda-dijo entre risas que me contagió.

-En ese caso, tíratelo-la animé-. No importa si no es correcto, si no ha pasado las tres citas, si es muy pronto... exterioriza a esa Pacita libidinosa y hormonal

-¿Y tú que harás?-preguntó cuándo nuestras risas se calmaron

-¿Con Rámses? No lo sé... él dijo que iría a mi ritmo, pero no sé si querré ir rápido o lento sino hasta que esté en el momento.

No Juzgues La PortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora